Pisar un chicle cuando caminas por la calle es una experiencia asquerosa e incómoda solo superada por la desagradable sensación de pisar un excremento. A pesar de las campañas que los ayuntamientos realizan en sus ciudades para concienciar a la ciudadanía de mantener limpia la calle, las calzadas y aceras no dejan de estar sembradas de estas gomas pegajosas. Algo se va consiguiendo respecto a recoger las deposiciones de los perros, pero lo de los chicles no termina de entrar en la conciencia ciudadana.
Ámsterdam es una de tantas ciudades europeas que padece este problema. Se estima que un millón y medio de kilos de goma de mascar se arrojan a las calles de Holanda durante un año. El coste de limpiar este tipo de desperdicio supone a los ayuntamientos millones de euros que podrían emplearse en otras cosas más importantes.
Según Marijin Bosman, concejala de Sostenibilidad en el Ayuntamiento de Ámsterdam, el de los chicles es el segundo problema de basura más importante en esta ciudad después de los cigarrillos. ¿Cómo evitarlo sin apelar continuamente al civismo?
I Amsterdam buscó una solución en colaboración con la empresa británica Gumdrop y la marca de zapatos Explicit: reciclar los chicles y convertirlos en materia prima para otros fines relacionados con la moda. Así nacieron los Gumshoes, unas zapatillas cuyas suelas están fabricadas con goma de mascar. Si los vas a pisar, mejor incorporarlos definitivamente a tu calzado.
https://youtu.be/f155BH2MErE
Gumdrop ya había encontrado una solución para reciclar los chicles que los británicos arrojaban a las calles de Londres colocando cajas para que el público pudiera tirarlos allí en lugar de hacerlo en el suelo.
Anna Bollum, diseñadora de la división Gum-Tec de Gumdrop, explica en un vídeo cómo es el proceso mediante el cual se obtiene el plástico que se usará en la fabricación de las suelas. «Descubrimos que el chicle está hecho de goma sintética. Descomponiendo sus propiedades conseguimos crear un nuevo tipo de goma».
De esta manera, la materia prima de la que están hecha los chicles acaba convertida en unos gránulos que se pueden moldear de distintas formas, en este caso, suelas de zapatillas que llevan dibujado el mapa de Ámsterdam.
Las suelas, aseguran, son tan resistentes como la goma y para no olvidar su origen, huelen ligeramente a chicle (pero no son pegajosas). El resto de la zapatilla está fabricado en piel.
Además de convertirse en calzado, el reciclaje del chicle se extiende también a las suelas con las que se fabrica ya que se investiga en nuevas posibilidades para que los usuarios puedan reciclar y reemplazar por otras las suelas cuando se desgastan.
Las deportivas Gumshoes saldrán a la venta el próximo mes de junio en Holanda, pero ya se está pensando en abrir mercado a otras ciudades europeas. Ya se sabe lo que dice el refrán: si no puedes con tu enemigo, únete a él.
buenas tardas amparo
buenas tardas amparo besos
Una idea fantástica y un diseño totalmente innovador. ¡Gracias por el aporte!