La parca se está extendiendo por Twitter y no hay quien la pare.
No se sabe el lugar exacto por donde se filtró esa tradición mexicana de las «calaveras literarias» en la red de los pajaritos. Sería, seguramente, de la mano de algún tuitero mexicano.
Lo cierto es que ahora ha trascendido esas fronteras. Por ejemplo, Nicolás M. Poulsen, con gracia y ninguna piedad, se dedica desde Argentina a cargarse a sus contactos de Twitter de esta poética manera:
Héctor (junto con Miguel)
quiso pasarse de vivo
y al saberlo fugitivo
se fue la muerte tras él.
El que murió fue Gael.— Nicolás Moller Poulsen (@NicolasPoulsen) October 31, 2017
Ese mundo que soñó@fragmentario, sin gobierno,
sin paraíso o infierno
finalmente lo alcanzó:
la muerte con un cuaderno.— Nicolás Moller Poulsen (@NicolasPoulsen) October 31, 2017
Pero claro, la oscuridad provoca más oscuridad. Algunos se han vuelto en contra del propio Poulsen usando sus mismas armas:
Por un verso nada más
Perdió un combate de coplas
Con la parca Nicolás:
“¿Viste Poulsen? ya no soplas”
@NicolasPoulsen— Andrés Paniagua (@andres_paniagua) October 30, 2017
Él dice que no fue él, que uno de los principales impulsores del «calaveraje tuitero» fue Tigre de la Falacia.
Pero el daño ya estaba hecho. No es posible matar del todo, no precisamente hoy; y la técnica de esta matanza tuitera se extendió como la pólvora.
En la misma Argentina, El topo erudito también fue reclutado por ‘la flaca’ y comenzó a cargarse a sus amigos sin piedad:
La Catrina se alimenta
de pulpa y deja las cáscaras.
Así es que @milyunamascaras
ya es pura piel y osamenta.— El Topo Erudito (@ElTopoErudito) October 30, 2017
Sin nada para beber
se ha quedado en un chasquido
y por eso ha perecido
el buen @soloporjoder.— El Topo Erudito (@ElTopoErudito) October 30, 2017
Total, que poco después ya había toda una red de caídos y de venganzas por Latinoamérica.
La muerte llegó en la hora
de las ventanas cerradas.
Dijo con voz impostada:
¿Aquí es donde Juanlu mora?@juanlumora— Sol (@solmurana) October 30, 2017
‘La afanadora’ cruzó el charco de tuit en tuit. Esta mañana, en España se despertaban ya con un buen puñado de víctimas, las que salieron de las teclas del narrador oral Héctor Urién.
Tijera, madeja e hilo
un golpe y cambia la suerte
de Jorge, pues fue la muerte
anoche quien pidió Asilo.@drexlerjorge— Héctor Urién (@hectorurien) October 31, 2017
Hoy es un día inoportuno
para escribir microcuentos.
Zanjó la muerte, "van cientos
nadie verá más ninguno."
Zas, guadaña, adiós, @pepbruno.— Héctor Urién (@hectorurien) October 31, 2017
Las largas garras de la catrina llegaron hasta Yorokobu a través de ese mercenario:
¡No podrás! ¡Vamos a verlo!
y a su postureo: ¡piedad!
la muerte, la sin edad,
se la llevó de estraperlo.
Hasta siempre, @MarAbad— Héctor Urién (@hectorurien) October 31, 2017
Y, ya contagiados del regusto de la oscuridad en la víspera de la Noche de los Muertos, no pudimos quedarnos de brazos cruzados y nos cargamos al mensajero:
Se pensaba @hectorurien
que con él no iba la cosa.
Mas la parca es caprichosa,
le da igual uno que cien.
¡Se lo merendó también!😛
— Isabel Garzo (@isabelgarzo) October 31, 2017
Pero aquí te dejamos el arma por si quieres continuar la cadena…