Rencor y estupidez en 'Happy Valley'

Los personajes de Happy Valley son gente corriente con problemas corrientes. Los malos son tan estúpidos como crueles. No hay trucos de guion baratos: las cosas que pasan tienen que pasar. Lo interesante de esta producción británica no es lo pasa, sino cómo lo viven los personajes. (Momentos que erizan los vellos).
(Contiene algunos spoilers del capítulo 1).

El comienzo es modélico según el guion de Hollywood: se introduce pronto el tono y el tema. Además, se crea una metáfora poderosa de la vida de la sargento de policía Catherine Cawood: hay idiotas que crean problemas y ella los resuelve.
LOS HOMBRES ESTÚPIDOS EN HAPPY VALLEY
En la primera secuencia de Happy Valley, un heroinómano sobre una atracción infantil amenaza con quemarse a lo bonzo. Se siente frustrado porque su novia le dejó tres días antes y se acuesta con un amigo de él.
Happy Valley - El parque
Catherine llega con un extintor y le advierte del peligro de mezclar las drogas, un mechero y la gasolina. El drogadicto desoye la advertencia; cree controlar la situación por estar a mayor altura que Catherine. La sargento resume su vida de tirón (como la anciana que ante los achaques de la vecina, expone los suyos):
«Soy Catherine, por cierto. Tengo cuarenta y siete años, estoy divorciada, vivo con mi hermana que está desenganchándose de la heroína. Tengo dos hijos. Uno muerto y otro que no me habla, y un nieto».
Quizá la secuencia siga el canon de Hollywood (en lo estructural), pero la autopresentación rompe los esquemas: más palabras que imágenes. Palabras que calan. Palabras que acompañan la expresión cansada de Catherine, derrotada antes de entrar en plano. Aquí está Catherine Cawood: tiene un nombre que parece del universo de Stan Lee, pero es una mujer corriente con problemas corrientes. Por esto, el drogadicto no puede evitar preguntar:
«¿Por qué no te habla?»
Catherine crea una duda en el suicida. Táctica sencilla e inteligente que distrae al joven. Así lo reduce con la espuma del extintor.
El drogadicto no es el único personaje de Happy Valley que cree estar sobre los acontecimientos no siendo así. El toxicómano es ejemplo del idiota que quiere solucionar sus problemas (en su caso, reposar el dolor) con una acción violenta.
EL RENCOR Y LA ESTUPIDEZ, MALOS COMPAÑEROS
Kevin Weatherill es otro ejemplo de estupidez mezclada con rencor y precipitación. Este contable pide aumento de sueldo a su jefe para costear la universidad privada a una de sus hijas. Kevin espera una respuesta favorable porque su padre y el padre del jefe crearon el negocio juntos. Ahora, Kevin es un empleado bien pagado, pero a su juicio no lo suficiente. Aquí hay rencor. Y donde hay rencor no siempre hay buen juicio. Kevin no espera la respuesta definitiva y planea el secuestro de la hija del jefe con unos delincuentes locales, no menos estúpidos. Para cuando el jefe comunica el aumento, el secuestro está en marcha. (¡Qué malas son las prisas!)
Ashley Cowgill, el jefe de los secuestradores, acepta el plan sin meditar los pros y los contras, y cuenta entre sus hombres con Tommy Lee Royce, expresidiario drogadicto e inestable.
A la estupidez de secuestrar a la hija del empresario se suman nuevas estupideces que provocan dramas colaterales.
CATHERINE CAWOOD Y EL RENCOR
Catherine Cawood también guarda rencor en el corazón: la hija quedó embarazada tras ser violada por Tommy Lee Royce, no pudo abortar, tuvo el hijo y se suicidó. Pero a diferencia del contable, Catherine reflexiona. Como cuenta al exmarido en un encuentro furtivo:
«Estoy sopesando los pros y los contras de lo que supondría tomarse la justicia por su mano (…) Creo que el lado malo sería si no te sintieras diferente ni mejor después de haberlo hecho».
Aquí muestra Catherine su impotencia. No es el policía que considera que podría matar a un expresidiario peligroso y salir impune. No es el rocoso Gary Cooper en Solo ante el peligro que hace lo que tiene hacer, contra la voluntad del pueblo, sin motivos personales. Catherine tiene motivos que la desgarran cada día. Olvidar no es posible. El nieto es el fruto de la violación. De nuevo, Catherine es mostrada como un personaje realista.
Al emplear Happy Valley como recursos la frustración, el rencor y la estupidez, esta serie se acerca a la cinematografía pura propuesta por Bresson en Notas sobre el cinematógrafo:
«Que los sentimientos causen los acontecimientos. No a la inversa».

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