¿Horacio? ¿Horacio? ¡Dime algo!

22 de julio de 2011
22 de julio de 2011
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«Recibo con estupor la desagradable noticia de que el primo Horacio, un guacamayo azul que vivía en Elche, ha sido disecado. Falleció de muerte natural, nada extraño si consideras que lo natural en la vida es que termines falleciendo, sin excepciones».

El disgusto se lo ha llevado esa lechuza de la foto. Es la protagonista del capítulo ¿Horacio? ¿Horacio? ¡Dime algo! de la revista Yorokobu. Este es el making of de la sesión fotográfica, realizada por Eva Díez, cofundadora de Verve Creative Group:

Y este es el fin de la historia de Horacio:
«Probaré a quedarme muy quieto, con una patita levemente adelantada, tratando de averiguar qué siente mi primo en su nueva condición. Las lechuzas no solemos movernos demasiado en vida, pasamos muy buenos ratos fijándonos mucho, con los ojos bien abiertos, por si apareciese un ratoncillo que llevarse al buche; imagino entonces que una lechuza disecada debe ser un buen ejemplo a la sevillana: «Mas parado que …» .
Primo Horacio descendía de ilustres guacamayos que vivieron al hombro de insignes piratas, y de ahí su soberbia que, a juzgar por la foto que me han enviado, ha sabido perpetuar en un rictus el taxidermista que se encargó de la tarea.
Se me ocurre que hacerse el disecado puede ser una buena estrategia para eludir responsabilidades. ¿Es suyo ese Golf blanco en doble fila? Te haces el disecado. La cuenta, Señor. Te haces el disecado. ¿Qué es esta mancha de carmín en el cuello? Te haces el disecado.
A ver si va a resultar que el primo Horacio no murió».

 

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