Tengo el mejor trabajo del mundo. Disfruto de una ocupación que me permite, entre otras cosas, leer noticias como esta: «Un familiar de un muerto lo saca del nicho y se hace una foto con él». Sin embargo, uno es un profesional y se debe entregar a la búsqueda de aquello que ocurre en la red, de lo que queda más allá (no pun intended) que el mero disfrute de la información más relevante.
Por eso, una vez conocida la noticia, seguí tirando del hilo. Un especialista en investigación como yo se vio obligado a dar el siguiente paso lógico. En la foto publicada en el Diario Información, el rostro del difunto está pixelado. Me asaltó una duda. ¿Sería guapo el interfecto? Es cierto que falleció hace 23 años pero la belleza no es algo terrenal. Es un valor eterno, mutable pero con una esencia imperecedera. Por eso, mi obligación era averiguar.
Utilicé una herramienta que está al alcance de cualquiera: el buscador de imágenes de Google. Lo que me mostró el gran buscador es la prueba palpable de que en esto de la inteligencia artificial y los algoritmos de búsqueda queda mucho camino por recorrer.
Unas llaves y unos bloques de viviendas. ¿Cómo?
Efectivamente, la piel del fallecido está, probablemente, tan tersa como la de un bebé. Creo que ahí terminan los parecidos entre las imágenes.
Esta sí, la imagen es clavada. Google acierta sin ningún tipo de duda.
Más allá de que, probablemente, alguna de las integrantes de la imagen ya comparta destino con el protagonista de este post, no acabo de encontrar similitudes.
Esta chica es Community Manager, en serio. No me preguntéis cuál es la lógica de la elección de la foto por parte de Google.
Estoooo, sí. Exacto. Gracias por sugerir una imagen tan similar a la original.
Como esta no sea la cara que se te queda al ver la foto original, no sé que pinta este dibujo manga en las sugerencias de Google.