Durante el vuelo de aquella mañana, Nik Loukas tomó melón con jamón, dos tipos diferentes de queso italiano, embutidos, fruta fresca, pan crujiente y mermelada italiana. «Y, por supuesto, nos sirvieron también café recién hecho». Al desayuno que Air Dolomite le dispensó durante el trayecto en Business Milán–Munich, Loukas le otorgó un 9,5.
Es una de las puntuaciones más altas que se pueden encontrar en su blog Inflight Feed. Tras más de una década de experiencia en el sector aeronáutico, donde ha desempeñado diferentes puestos, en 2012 estrenaba papel como «crítico culinario de a bordo» de las aerolíneas con las que viaja.
Desde entonces, Loukas no ha parado de volar (en una entrevista concedida a QZ calcula que durante el último año se ha subido a un avión más de 300 veces), compaginando su labor como gestor de proyectos de formación y desarrollo de productos para diversas líneas aéreas con la de alimentar (nunca mejor dicho) a su blog con comentarios sobre los menús que ofrecen las líneas aéreas de todo el mundo.
Su incontinencia viajera le ha permitido volar con más de 150 compañías. De todas ellas, se pueden encontrar referencias en su blog y en sus perfiles en redes sociales sobre la calidad de sus menús en clase Business o Turista, el coste de los suplementos que hay que pagar por ellos, la posibilidad de pedir o no menús especiales, etc.
«Para mí lo importante es ofrecer información útil a los viajeros», cuenta por mail a Yorokobu. Y añade: «Aunque soy consciente de que son cada vez más las aerolíneas que consultan los comentarios de mi blog para ver su puntuación y para ver qué está haciendo la competencia».
Pese a saberse «seguido» por el personal de muchas de esas compañías, Loukas no cree que sea un personaje popular entre las tripulaciones. «No soy una estrella del pop como Kylie o Madonna». Aunque reconoce que sí es frecuente que le ofrezcan vuelos gratis y le inviten a degustar sus menús: «En esos casos, opto por no hacer ningún comentario. Soy consciente de que el personal de abordo ha sido informado para tratarme con especial atención».
Dice que es posible que hace unos años la comida de los aviones se ganara a pulso la mala fama que tradicionalmente la ha acompañado aunque en la actualidad es un mito es fase de desmoronamiento: «Hoy en día hay más y más aerolíneas que recurren a la tecnología para tratar de medir los efectos que el volar puede llegar a ejercer en nuestras papilas gustativas. Por lo general, creo que se está tratando de hacer las cosas mejor para los viajeros. Es cierto que todavía existen aerolíneas que no se preocupan por lo que se come a bordo, pero también hay muchas otras que están invirtiendo una gran cantidad de dinero para que comer en sus aviones sea una gran experiencia».
En la actualidad, Nik Loukas está en pleno proceso de rodaje de un documental sobre la industria alimentaria que abastece a los aviones para, según sus palabras, «tratar de averiguar cómo es posible dar de comer a tantas personas en un ambiente tan confinado e inusual».
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