¡Aaaah, el amor!, qué glorioso sentimiento, qué estado de felicidad suprema cuando nos toca. Normal que le dediquemos un día para él solito. Pero cuánto nos cuesta aceptar que, como muchas cosas en esta vida, también tiene sus fases y que se va desgastando con el uso.
Desde luego, enamorarse es el primer paso para empezar una vida en pareja, y pasa, obviamente, por esas campanillas y cosquillitas en el corazón que se sienten cuando encuentras —o crees haber encontrado— a la persona que te complementa. Pero el tiempo todo lo enfría, y cuando se da el paso de formalizar la relación e iniciar la convivencia, las campanillas ya no suenan tanto ni tan bien, y las cosquillitas pueden convertirse en rozaduras y callos.
El fotógrafo y cineasta Eugenio Recuenco ha explorado a través de siete fotografías las distintas fases por las que pasan las relaciones de pareja, y con ellas ha montado la exposición efímera Intimidades desapercibidas. Recuenco ha sido Premio Nacional de Fotografía ABC (2004), ganó el León de Oro en Cannes (2005) y ha expuesto sus obras en ciudades como Madrid, Berlín, París o Shanghái.
«Al ver estas imágenes, uno no puede evitar verse reflejado en momentos que son parte de nuestra propia vida, y eso es lo que más nos sorprende — explica el fotógrafo y cineasta—. Posiblemente estas son las fotografías más psicológicas que he realizado. En un contexto donde la IA domina la creación de imágenes, regresamos a la fotografía genuina para llevar los datos a un plano más emocional».
La muestra se basa en el estudio Radiografía de la intimidad de las parejas españolas realizado por Pikolín e ideado por Eva Santos, directora creativa del proyecto y co-founder de Delirio & Twain, en el que participaron 1000 personas de entre 25 y 65 años. Y como resultado, se demuestra que 9 de cada 10 parejas tienen problemas en su intimidad.
Esa intimidad es la base sobre la que se construye la conexión física y emocional de las parejas, ese espacio donde pesan más los cuidados mutuos y los pequeños gestos del día a día, que el sexo. Porque la realidad impone retos a los que los enamorados deben enfrentarse a la hora de mantener la llama, la chispa y la relación. Desafíos como la rutina, las responsabilidades diarias, el cansancio y las pantallas en la cama.
Recuenco se inspira en las siete ‘cajas de intimidad’, una metáfora de las fases de las relaciones de pareja, que pueden darse en una relación sentimental: Las primeras veces (enamoramiento y pasión inicial); Abismo (monotonía y rutina); Él, Ella, Él (infidelidad, tanto emocional como física); La frontera (ruptura inminente y distanciamiento); We need to talk (reconexión a través de la comunicación); El ovillo (ternura y cuidado mutuo) y El reencuentro (redescubrimiento y vuelta a la pasión).
«Este proyecto nos propone mirar más allá de los extremos simplificados a los que se suele reducir la intimidad en pareja y reconocer la complejidad de las capas emocionales y experienciales que conforman una relación, explica Eugenio Recuenco sobre Intimidades desapercibidas. Y Lo hace «buscando generar reflexión sobre esas distintas fases de la vida en pareja que suelen pasar desapercibidas, pero que en realidad son universales y fundamentales para entender cómo las parejas evolucionan y sobreviven».
La exposición estará abierta al público de manera gratuita en la Fundación Fernando de Castro (C/San Mateo, 15. Madrid) hasta el 18 de febrero.
