Escribir es una danza. El trazo de la mano lleva el paso y el compรกs. El calรญgrafo dirige la composiciรณn desde su pluma igual que el director de orquesta produce mรบsica del vuelo de su batuta.
Escribir es mรบsica. No importa quรฉ digan las palabras. El trazo del lรกpiz sobre un papel o el ruido del pincel generan una sinfonรญa de letras.
La caligrafรญa es tan evocadora que, a veces, aparece un sonido de fondo en la mente del que lee. Otras veces es tan fรญsica que el calรญgrafo, al contornear palabras, escucha el eco del rotulador a su paso por la cartulina.
Joan Quirรณs oye las palabras que dibuja. No es que hablen. Es que la caligrafรญa tiene algo de arquitectura y construcciรณn. Poner ladrillos hace ruido. Rayar una lรญnea por el filo de una regla tambiรฉn. ยซCada herramienta provoca un sonido. La combinaciรณn de los lรกpices y los papeles generan una especie de composiciรณn musicalยป, explica el calรญgrafo. ยซEn el papel surge una composiciรณn. Las letras son las notas. Los espacios en blanco son los silencios. Los estilos de letra dan ritmos distintosยป.
Ese ruido surge del movimiento, pero en la quietud, las letras tambiรฉn desprenden sonidos. Hay fuentes, como la cursiva inglesa, que se deslizan con ligereza sobre el papel. ยซEs como el sonido de la brisaยป, indica el valenciano. ยซOtras, como la gรณtica, son mรกs duras. Resuenan como si cayese un รกrbolยป.
En la caligrafรญa afloran muchas sensaciones que de la tipografรญa no surgen. En esto el humano sigue venciendo a la mรกquina. El trazo de una mano desprende mรกs emociรณn que un tipo mรณvil de plomo, madera, antimonio o estaรฑo. Y rematadamente mรกs que cualquier fuente creada en ordenador. Por eso hay quien califica la caligrafรญa del โporno de la tipografรญaโ.
Si el recorrido de la imaginaciรณn es largo, la caligrafรญa puede llevar a un olor o un sabor. Quirรณs nunca probรณ una uva amarga en sus letras, pero sรญ conoce las esencias que desprenden los grafemas. Un lector, al pasar los ojos por la panza de una jota, puede trasladarse a la sombra de un jazmรญn. La fantasรญa apenas dista unos milรญmetros del aroma real que desprende ese arbusto una noche de primavera.
El olor, para el valenciano, no tiene un sentido figurado. รl huele la tinta, el papel y las herramientas que hay sobre su mesa. Al final cada oficio tiene una nariz.
El Quirรณs de la adolescencia pintaba letras en muros, pero eso no parecรญa una profesiรณn de futuro. Optรณ por el diseรฑo grรกfico. En eso se ocupรณ hasta hace cuatros aรฑos. Fue entonces cuando descubriรณ que tambiรฉn podรญa vivir de la caligrafรญa. Se especializรณ y hoy su trabajo consiste en dibujar palabras.
Joan Quirรณs descubriรณ el pulso de las letras. Las conoce con la precisiรณn del mecรกnico que calibra una brรบjula y sabe que el mensaje de un vocablo no estรก sรณlo en su significado. Las palabras cuentan mรกs cosas. ยซHay muchas formas de decir โTe quieroโยป, indica el valenciano. ยซCada trazo transmite una sensaciรณn. No es lo mismo escribir esa frase en una gรณtica que en una cursiva inglesaยป.
Un โTe quieroโ en monotype corsiva produce un empalago horrible;, un โTe amoโ en Kaiserzeit Gotisch da un tremendo repelรบs.
La caligrafรญa tiene su propio lenguaje. Las fuentes no pueden librarse de ese halo cultural que remite las gรณticas al Medievo y la cursiva inglesa a la era Industrial. Esos otros significantes fascinan a Quirรณs. ยซLa caligrafรญa funciona como un refuerzo del significado de una palabra. Puede incluso dar un mensaje contrario a lo que dice. Por ejemplo, un trazo enรฉrgico en un vocablo suave provoca una contradicciรณnยป.
El Quirรณs de la infancia aborrecรญa los cuadernillos Rubio. Su madre lo perseguรญa para que rellenara aquellas pรกginas en las que habรญa que dibujar una โaโ redondรญsima diez veces en unos renglones tan tiesos como las cuerdas de tender. Esos caracteres regordos aburrรญan al niรฑo hasta la extenuaciรณn.
Poco queda hoy de lo que le enseรฑaron esas prรกcticas de escritura. Su letra manuscrita ha perdido el ritmo infantil y recuerda a la grafรญa de las cartas de principios del XX. Ahora los palos de sus pes y sus efes se alargan todo lo que pueden. Las eses parecen serpientes y las curvas de las emes se han vuelto del revรฉs. Quirรณs dice que todo el cuidado y la precisiรณn que emplea en sus caligrafรญas desaparece por completo cuando hace la lista de la compra. ยซMi letra es horribleยป, comenta. ยซTengo letra de mรฉdico. Casi no la entiendo ni yo. Trato de enlazar todas las letras que puedoยป.
โยฟA quรฉ fuente se parece tu letra?
โA la Comic Sans
Quirรณs siente que, en cierto modo, ha vuelto a los cuadernillos Rubio. Manejar un lรกpiz no fue lo mejor de su infancia, pero despuรฉs de pasar varios aรฑos pegado a una pantalla y agarrado a un ratรณn, descubriรณ que escribir en una libreta no era tan perturbador.
Harto de trabajar como diseรฑador grรกfico atado a una computadora, decidiรณ volver a una actividad mรกs artesana. ยซAprender caligrafรญa se parece un poco a los ejercicios que tenรญa que hacer de pequeรฑoยป, rememora. ยซMe saturรฉ de estar frente a una pantalla y ahora intento trabajar lo mรกs posible con pluma, tinta y papelยป.
La caligrafรญa es una habilidad exquisita. En el mundo islรกmico siempre fue una de las mรกs finas artes. De ahรญ que, en realidad, tenga mucho mรกs de espiritual que de porno. Observar a una persona dibujando letras es hipnรณtico. A Quirรณs tambiรฉn le ocurre. Al ver cรณmo trabajan sus maestros queda embelesado en una especie de borrachera sensorial.
Mirar a Quirรณs dibujando letras produce esa sensaciรณn de adormecimiento. En su mesa llena de instrumentos punzantes, sedosos y hasta con garfios, el calรญgrafo aborda el papel con minuciosidad para empezar un trazo. La velocidad es constante hasta que la tinta se acerca al final. Entonces el pincel desaparece como si ascendiera a los cielos. Escribir es volar.
[โฆ] dรญas, cuando se adelanta al alba, Quirรณs hace un estudio del tipo de escritura que encontrรณ en un manuscrito de La divina comedia de 1444. [โฆ]