No รฉramos cartรณgrafos, pero sabรญamos dibujar mapas cuando jugรกbamos a piratas y escondรญamos tesoros en imaginarias islas desiertas. Eran planos sencillos, con apenas un par de montaรฑas, un sendero que rodeaba el islote y una palmera de forma extraรฑa seรฑalada con una enorme cruz. Ahรญ se encontraba el tesoro.
Es cierto que lo aprendimos de las pelรญculas y de los libros, pero ya tenรญamos inoculado el afรกn de registrar en un papel cรณmo era aquel territorio en el que se movรญa nuestra imaginaciรณn. Serรก porque, como dice Kevin R. Wittmann, ยซsomos lo que cartografiamosยป, y entonces gozรกbamos de una felicidad sin curvas, ni barrancos ni giros inesperados.
Wittmann es historiador del arte y doctor en la Universidad de La Laguna (Tenerife) y divulgador, y ha centrado su lรญnea de investigaciรณn en la historia de la cartografรญa desde la รณptica de la historia cultural y de las mentalidades. Tambiรฉn es el autor del libro La huella de los mapas. Cartografรญas de lo humano, publicado recientemente por geoPlaneta.
ยซEn cierta manera, nos representamos a nosotros mismos en funciรณn de los mapas; es decir, representamos nuestra propia visiรณn del mundo a travรฉs de la representaciรณn cartogrรกfica. Nuestra visiรณn y la informaciรณn que queremos transmitirยป, aclara el investigador.
Y al hacerlo, ya sea consciente o inconscientemente, nos retratamos a nosotros mismos en ellos, trasmitimos de esta forma una imagen propia y de los demรกs. ยซA fin de cuentas, un mapa es un texto, y como texto, como elemento cultural, nos define de alguna manera. Pero, claro, hay que saber leerlos en ese sentido y tener en cuenta que un mapa es mucho mรกs que una representaciรณn grรกfica de un territorioยป.
A lo largo del libro, Wittmann nos lleva de la mano por la historia de los mapas desde los orรญgenes de la humanidad hasta hoy. Una recopilaciรณn de historias que muestran cรณmo esos mapas han marcado nuestra forma de entender el mundo y cรณmo cada civilizaciรณn, cada cultura, cada pueblo han ido definiรฉndose a sรญ mismos a travรฉs de su relaciรณn con el territorio que ocupaban y con el que les quedaba mรกs lejos.

Y si algo queda claro despuรฉs de leer su libro es que no hay una definiciรณn exacta de lo que es un mapa. Porque, ademรกs de esas representaciones que estamos acostumbrados a manejar y a ver, un mapa puede ser tambiรฉn una canciรณn, como las songlines de los aborรญgenes australianos, o incluso un peinado, como los que hacen las palenqueras colombianas.

ยซA mรญ me gusta pensar que un mapa es algo asรญ como la representaciรณn grรกfica de conceptos espaciales, mรกs allรก del soporte en el que se realicen y de la forma en que se hagan. Por supuesto, no es una definiciรณn canรณnica ni completa, pero no es mal punto de partidaยป, se anima a describir Wittmann. ยซA partir de eso, se puede reflexionar sobre todos los tentรกculos, todas las patas y flecos que tiene la representaciรณn cartogrรกfica o el concepto de mapa y que se nos quedan atrรกsยป.
De hecho, segรบn el estudio que hizo un geรณgrafo hace unos aรฑos con el propรณsito de investigar todas las definiciones que se han hecho de los mapas a partir del siglo XVII, existen mรกs de 300 diferentes. Y eso, dice el historiador del arte y autor de La huella de los mapas, habla de la complejidad del concepto cartogrรกfico.
Mรกs allรก de la pura representaciรณn geogrรกfica de un territorio
Lo cierto es que un mapa no se limita solo a describir un territorio y a representarlo sobre un plano. Eso es lo mรกs bรกsico, pero hay mapas y conceptos que manejamos con tรฉrminos cartogrรกficos que no representan necesariamente un territorio. Son los llamados mapas conceptuales, por ejemplo.
ยซMuchas veces partimos de la base de que es obvio que una representaciรณn cartogrรกfica, mรกs allรก del material con el que estรฉ hecha, tiene una base fรญsica, estรก hecha con un material, sea papel, caรฑas, la propia arenaโฆ Pero tambiรฉn los mapas invisibles tienen una importancia fundamental en determinadas culturas y en nuestra propia vida; lo que se llama mapas cognitivos, desde el punto de vista psicolรณgico. Pensamos en tรฉrminos cartogrรกficos muchas veces, la mayorรญa del tiempoยป, corrobora Kevin R. Wittmann.
ยซTambiรฉn los mapas que no se representan en una superficie hablan mucho de la identidad de una determinada sociedadยป. El ejemplo mรกs claro son las songlines australianas, la manera en la que los aborรญgenes de aquel paรญs cartografรญan el territorio a partir de canciones. ยซEsos mapas no estรกn representados en ningรบn sitio, sino en la propia cultura, en la propia mente, en la propia idea colectiva que tienen los aborรญgenes australianos de diferentes culturas de entender y cartografiar su propio territorioยป.
Tampoco es necesario que un mapa represente un territorio real. Basta pensar en los que hizo Tolkien de la Tierra Media, o el del Macondo de Cien aรฑos de soledad o los que ideรณ Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver, y asรญ hasta un largo etcรฉtera. De alguna manera, al cartografiar esos territorios imaginarios los hacemos reales, nos apropiamos de su orografรญa, de sus habitantes, de su cultura. Lo que no existe se convierte en verdad gracias a ser dibujado.


Al fin y al cabo, la imaginaciรณn siempre ha estado presente en los mapas. Quรฉ era, si no, aquel Hic sunt dracones que se podรญa leer en ciertos mapamundis medievales antes del descubrimiento de amรฉrica, en los que se representaban monstruos y seres fantasiosos para describir lo desconocido a partir de ese punto.
Quรฉ serรญa del ser humano sin la imaginaciรณn, se pregunta Wittmannn. Y esto, afirma, es tambiรฉn absolutamente clave en la representaciรณn cartogrรกfica. Nos cuesta aceptar que un mapa tambiรฉn puede mentirnos porque le exigimos veracidad, porque lo entendemos como una representaciรณn fiel, objetiva, de un territorio. Pero cuando nos damos cuenta de que la imaginaciรณn, tambiรฉn de una forma voluntaria o involuntaria, estรก muy presente en la representaciรณn cartogrรกfica a lo largo de la historia, aprendemos a valorar tambiรฉn los mapas de otra manera.

ยซEn cualquier caso โaclara el autor de La huella de los mapasโ, el diรกlogo, ese matrimonio entre elementos reales y legendarios o imaginarios es clave en nuestra forma de entender el mundo. De hecho, hoy es una prรกctica mรกs o menos asentada o habitual que los cartรณgrafos y cartรณgrafas utilicen determinados detalles como marca de agua, como forma de anticiparse a posibles infracciones de los derechos de reproducciรณn, representando callecitas que no existen o islas en el ocรฉano que realmente no estรกn ahรญ, pero que son una especie de firma del cartรณgrafo y que son utilizados como argumento jurรญdico en el caso de que un mapa se plagieยป.

ยซPor tanto, creemos que conocemos el mundo de alguna manera, porque creemos que lo hemos cartografiado por completo, que lo conocemos en su totalidadยป, continรบa explicando, ยซpero ese mundo no es tal y como nosotros lo representamos y, por tanto, como nosotros lo aprendemos y lo entendemos. Un lugar se hace real en la medida en que lo imaginamos y entramos en ese juego. Y eso es muy importante en la cartografรญa literaria y en los mapas literariosยป.
ยซPor ejemplo, la propia Tierra Media de Tolkien, la entendemos como parte de nuestra cultura popular y, de alguna manera, forma parte de nuestra vida tambiรฉn. Por supuesto, es un mapa de un territorio que no existe, pero existe en la medida en que forma parte de nuestra educaciรณn cultural. Por tanto, lo imaginario y lo simbรณlico tambiรฉn forma parte de esa representaciรณn del mundo, por mucho que esa representaciรณn la queramos hacer lo mรกs fiable posible y lo mรกs real posibleยป.

La dudosa (e inexistente) neutralidad de los mapas
En cualquier caso, un mapa es cualquier cosa menos neutral e inocente. ยซLa atenciรณn al contexto cambia nuestra percepciรณn de los mapas y del mundo en que vivimosยป, afirma Kevin R. Wittmannn en el libro. Porque un mapa siempre tiene un motivo detrรกs, un objetivo, una idea que representar. ยซTener en cuenta el contexto en el que se realiza un mapa, por quรฉ se realiza, por quiรฉn se realiza y para quiรฉn se hace es fundamental para entenderlo en toda su magnitudยป.
Un mapa, asegura Wittmannn, siempre, por definiciรณn, implica una elecciรณn de informaciรณn. ยซMostramos lo que queremos mostrar y escondemos lo que queremos esconder, porque tambiรฉn los silencios en los mapas son muy importantes. Muchas veces, los silencios hablan mรกs que la propia informaciรณn que estรก a la vista. Y esto sigue ocurriendo hoyยป.
Y pone el ejemplo de lo que ocurriรณ en 2011 con Google Maps, cuando el gobierno brasileรฑo pidiรณ a esa compaรฑรญa que eliminara las favelas de los mapas de su aplicaciรณn para mejorar su imagen de paรญs de cara al prรณximo Mundial de fรบtbol que se celebrarรญa en Brasil. ยซEsto implica y demuestra que un mapa es tambiรฉn una herramienta de poderยป, concluye el historiador del arte.

Asรญ pues, los mapas no son neutrales porque no pueden serlo, partiendo de que es imposible representar una esfera (el planeta) en una superficie plana sin que sufra ciertas deformaciones. De ahรญ la conocida frase de que ยซlos mapas mienten maravillosamenteยป. Porque por mucho que tendamos a identificar la representaciรณn de un paรญs como ese paรญs, no es asรญ, es solo una representaciรณn distorsionada y bastante selectiva de รฉl.
ยซEl mapa se ha utilizado en muchas ocasiones como herramienta diplomรกtica. El mundo en que vivimos, desde un punto de vista geopolรญtico, estรก configurado por mapas, y muchas de las tensiones diplomรกticas y conflictos bรฉlicos a lo largo de la historia (estamos viendo ahora uno terrible entre Palestina e Israel) tienen su origen, de alguna manera, en una representaciรณn cartogrรกficaยป, asegura Wittmannn.
ยซPor tanto, los mapas, en el sentido de que definen un mundo, una imagen del mundo, la imagen del mundo que se muestra a los demรกs, son herramientas que pueden llegar a ser bastante peligrosas y nunca son neutrales. Por mucho que se intente, no lo son. Y cuando se intenta que no lo sean, pueden llegar a ser bastante peligrosas y destructivasยป, concluye.