La calle es nuestra

30 de septiembre de 2015
30 de septiembre de 2015
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Dijo Fraga en 1976 que la calle era suya. Poca gente se lo discutía en aquella época pero si así hubiera seguido siendo, difícilmente podrían haber salido adelante todas las iniciativas ciudadanas que han peleado por la reocupación del espacio público.
La Semana de la Arquitectura COAM 2015 analizará el incipiente fenómeno de apropiación de los espacios urbanos tanto en la capital madrileña como en Berlín. (Aquí está la información al completo).
El caso de la ciudad alemana es, como explica Rosario Talevi, arquitecta y comisaria de Make City Berlin, heredero de la turbulenta historia de la ciudad durante el último siglo. La superficie de la ciudad se ha visto en constante proceso de mutación a causa de bombardeos, ocupaciones, divisiones y una innumerable sucesión de propuestas de planeamiento urbano. «Se generó una superabundancia de espacios vacíos y estructuras en desuso», señala.
Además, tras la caída del muro, la ciudad comenzó una carrera de búsqueda de su propia modernización que condujo a la bancarrota de la misma en el año 2002.

Bauhütte. Foto de Viviana Abelson.
Bauhütte. Foto de Viviana Abelson.

Cuentas corrientes y espacios vacíos: ese manto es el que ha servido para que los berlineses hayan regado la ciudad con un buen puñado de iniciativas propias que alejan su origen del discurso oficial emitido por las autoridades. «Durante este periodo se generó una cultura fuerte de autogestión y autoorganización: un modelo paradigmático en el cual la austeridad se transforma en audacia», explica la arquitecta argentina.
En los últimos años, las políticas neoliberales han generado una amenaza que se cierne sobre la ciudad: gentrificación, especulación inmobiliaria, presión de los agentes económicos o desplazamiento de los ciudadanos aunque, aclara Rosario Talevi, «distante aún de la situación de ciudades como Londres o Nueva York».
Los representantes de la resistencia tienen nombre propio y están contribuyendo, entre otras cosas, a convertir el planeamiento urbano en una herramienta democrática para hacer las ciudades más habitables. El viejo aeropuerto de Tempelhof, que se rescató para su reutilización en el año 2010, es ahora el mayor parque público de Berlín. «Es un imán para numerosas iniciativas ad hoc como huertos urbanos, skate-surfing y festivales de teatro», señala la arquitecta.
Tafel Garten, Le Balto. Foto de Viviana Abelson
Tafel Garten, Le Balto. Foto de Viviana Abelson

El reaprovechamiento de este gran espacio de más de 350 hectáreas se llevó a cabo a pesar de los obstáculos sembrados en el camino por parte del gobierno municipal. «En mayo de 2014, la iniciativa cívica 100% Tempelhofer Feld obtuvo suficientes firmas para forzar un referéndum contra el plan urbano impulsado por la ciudad. Los 739.124 ciudadanos que votaron a favor de la petición superaron el cupo necesario. De hecho, más de un millón de berlineses votaron en el referéndum, que impide al gobierno llevar a cabo su planes. Esto dejó muy claro que los berlineses quieren ser parte del proceso de pensar y hacer ciudad», narra Talevi.
La crítica, además, apunta a la lentitud que muestran los gobiernos locales con respecto a la propia ciudad y su población. «En Berlín, los proyectos autosugestionados sucedían independientemente del sistema político y había una gran libertad para poder hacer», dice la porteña. Además, la diferencia entre las prioridades de lo oficial y lo ciudadano generaba un conflicto que ponía en duda la conveniencia de privatizar espacios públicos. «Si, globalmente, las instituciones municipales entienden a la ciudad como una empresa, ¿cómo lograr que impulsen proyectos donde se fomentan valores sociales, ecológicos, políticos antes que los económicos?  ¿Cuánto poder tienen las autoridades municipales si la ciudad está privatizada? ¿Cómo integrar los valores inmateriales dentro de la planificación urbana oficial?».
El antiguo aeropuerto de Tempelhof es solo un ejemplo significativo del trabajo que han hecho los agentes trasformadores en la ciudad alemana. No es el único. Flussbad, por ejemplo, es un proyecto de renovación urbana parcialmente financiado a través de crowdfunding que permitirá a los ciudadanos volver a nadar en el río Spree.
PxB – Projekt am Blumengroßmarkt, es un caso de mix-used redevelopment en el centro de la ciudad. Los arquitectos se convierten en desarrolladores, desafían el procedimiento tradicional de venta de tierras públicas y proponen cambiar las reglas del juego inmobiliario.
Rosario Talevi analizará los tres proyectos en una mesa de debate que se celebrará en el COAM madrileño el próximo 9 de octubre. Sean realistas. ¡Demanden lo imposible! es el nombre de la convocatoria que, a la vez, contará con la presentación de proyectos análogos en la ciudad de Madrid.
Flussbad. Foto de Realities United.
Flussbad. Foto de Realities United.

Para José María Ezquiaga, decano de COAM, el caso de la capital española responde al paso atrás dado por las entidades municipales en la promoción de la creación artística, cultural o del ocio. «Han sido los propios ciudadanos los que han promovido esas iniciativas como la reutilización de Tabakalera o la plaza de la Cebada».
El proyecto original de Tabakalera (en la calle Embajadores), el que estaba auspiciado por el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Cultura, contemplaba la rehabilitación de los espacios y la creación de un centro de innovación artística. Sin dinero para acometer la aventura, algunos colectivos hicieron llegar sus propuestas al Ministerio para generar una programación cultural y convertir el espacio en autogestionado. «El hecho de que el edificio no estuviera completamente rehabilitado no era un obstáculo. Todo lo contrario. Podía ser un aliciente para obtener un enfoque más innovador», explica Ezquiaga. El proyecto, salvando algunos inconvenientes derivados precisamente de la falta de una rehabilitación completa, funciona sin problemas.
No muy lejos de Tabakalera, el Campo de la Cebada se ha convertido en bandera de transformación social y urbana que ha trascendido su propio ámbito de barrio, el de La Latina. La idea original partía de la demolición de las viejas instalaciones deportivas de la Plaza de la Cebada y la ejecución de un proyecto en parte público y en parte privado. La falta de presupuesto frenó las obras.
Holzmarkt Zitty. foto de Lena Grassman
Holzmarkt. Foto de Lena Grassman /Zitty

En este caso, los vecinos pidieron la cesión del solar para su transformación colectiva y, la cosa se ha dado tan bien que el Campo de la Cebada ha sido premiado en diferentes convocatorias de arquitectura o cultura digital, entre otras disciplinas.
Las causas del aumento de este tipo de experiencias es eminentemente económico, según el decano de COAM. Sin embargo, el prisma político también ha determinado en gran medida la vinculación de los responsables municipales con los diferentes proyectos. «Tradicionalmente, las autoridades han sido siempre refractarias a las actividades no programadas», cuenta Ezquiaga. «Los ejemplos de Tabakalera y el Campo de la Cebada han sido positivos y creo que se deben combinar proyectos de este tipo con otros manejados directamente desde el ayuntamiento».
[pullquote]«En la Administración suele haber muchas reticencias a lo que viene de los ciudadanos». José María Ezquiaga[/pullquote]
El arquitecto plantea también la posibilidad de acabar con la gestión vertical de algunos de los espacios municipales. «La opción ideal no pasa por la ocupación de espacios privados sino la cesión de públicos para su aprovechamiento. La enseñanza de estas experiencias es la de que la programación no tiene por qué hacerse desde arriba, sino desde colectivos innovadores que puedan darle un sentido distinto al uso de esos edificios».
Una de las claves para el cambio de modelos es el rejuvenecimiento de los equipos gestores presentes en la nueva corporación municipal madrileña. «Son personas que han vivido directamente este tipo de experiencias y lo encajan mucho más en lo natural. Tienen una tarea muy difícil: la de hacer que la maquinaria municipal funcione con nuevos objetivos», declara José María Ezquiaga.
La mesa debate de COAM contará también con representantes de Esto es Una Plaza, Paisaje Sur, Paisaje Tetuán y la Red de Huertos Urbanos. Toda la información acerca de esa mesa, que estará moderada por el vicedecano de COAM Carlos Lahoz, está en este enlace.
Puedes consultar el resto del programa de la Semana de la Arquitectura aquí.
Moritzpool. Foto de ALAS.
Moritzpool. Foto de ALAS.

 
 Todas las fotos son cortesía de Make City Festival Berlín 2015.

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