En El Planeta de los Simios, la imagen de la Estatura de la Libertad semienterrada en la playa simbolizaba el fin de la humanidad. En la serie fotográfica de Nickolay Lamm, el famoso monumento y el skyline neoyorkino se dan una vuelta por cada uno de los planetas del sistema solar para comprobar y demostrar que la vida en la Tierra es realmente un milagro.
Con las imágenes, el fotógrafo pretende hacer reflexionar sobre las innumerables condiciones que hacen de la Tierra el único planeta habitable (al menos, que se sepa…)
“Quería demostrar que la Tierra es un lugar realmente especial y por eso debemos cuidarlo”.
Lamm ha contado con la colaboración la astrobióloga Marilyn Vogel, extrabajadora de la NASA, encargada de explicar cómo sería Nueva York en los demás planetas de nuestro sistema.
Mercurio
La fina capa de hidrógeno que envuelve el planeta apenas puede llamarse atmósfera. El fulminante resplandor del sol la atraviesa sin apenas resistencia. También lo hace la oscuridad del espacio. El viento solar, por su parte, interactúa con el campo magnético del planeta levantando columnas de polvo y partículas. La superficie de Mercurio, perforada de cráteres y cubiertos de polvo volcánico, recuerda en ocasiones al de la Luna de la Tierra.
Venus
La silueta de los rascacielos apenas puede apreciarse debido a las nubes de ácido sulfúrico y CO2. La amarillenta atmósfera de Venus tampoco permite ver con nitidez a la Estatua de la Libertad. A su alrededor no hay agua, solo los cráteres y las nubes polvo de azufre producidos por la incesante actividad volcánica del planeta.
Marte
La atmósfera de Marte es fina y fría y está compuesta fundamentalmente de CO2. Pero su principal característica es su capacidad para oxidar los materiales de hierro, de ahí el aspecto rojizo del planeta. Pero el ambiente de Marte es también polvoriento, debido a las numerosas tormentas de polvo que sufre y que pueden durar varios meses.
Júpiter
Es el más grande de los planetas del sistema y dispone de una densa atmósfera en la que hidrógeno y el helio son sus principales componentes. La masa principal del planeta la conforma una superficie líquida. A unos 100 km por encima de esta, la presión del aire es similar a la de La Tierra, pero su composición química es capaz de pulir cualquier metal, incluido el de la Estatua de la Libertad.
Saturno
Al igual que su vecino Júpiter, Saturno dispone de una atmósfera densa, compuesta por hidrógeno y helio y una superficie líquida. Las nubes son de color crema debido a las nubes de amoníaco que generan frecuentes tormentas. También aquí la superficie de metal de la estatua se ve oxidada por la acción de los gases atmosféricos.
Urano
El frío Urano está azotado por vientos que superan con creces los huracanes más violentos de la Tierra. El desigual calentamiento de su superficie los provoca. La Estatua de la Libertad es rápidamente víctima de su virulencia. El color aguamarina de la escena es consecuencia de la presencia de metano en la atmósfera.
Neptuno
Tampoco aquí el monumento resiste las envestidas de los fuertes vientos. El planeta más alejado del sol es también el más frío y oscuro. Y también el más azulado debido a las trazas de amonio de su atmósfera.
La Tierra