La imprenta de tu ciudad se va a India

25 de octubre de 2017
25 de octubre de 2017
2 mins de lectura

No te has dado cuenta. Muy pocas personas lo han hecho. Pero hoy, igual que mañana, hay una convocatoria de huelga en el sector de las Artes Gráficas en España. Eso significa que en los lugares en los que se siga el paro, ni hoy ni mañana se imprimirá el Romancero Gitano, Todos los hombres del presidente o el cartel del concierto de Lagartija Nick de dentro de unas semanas.

En días como hoy, la ciudad, las librerías o tu buzón se zambullen en una ruptura de la comunicación. Los mensajes se quedan flotando en una especie de purgatorio, esperando a que las imprentas vuelvan a funcionar.

El triste panorama tiene una explicación que se halla muy próxima a la de otras industrias: la deslocalización de la producción está precarizando el sector hasta extremos que amenazan su supervivencia. Como explican de el colectivo Resistencia Gráfica, «si imprimes en países donde los salarios son inhumanos puedes ahorrarte una buena pasta… si no te importa que lo impriman esclavos, claro está».

Resistencia Gráfica realizó el pasado domingo en Madrid una acción que consistió en la pegada de varios folios en blanco, formando un mural no impreso en cuyo centro podía leerse el lema de la campaña, ‘La Impresión Desaparece’, junto a un código QR que redirige al comunicado de Resistencia Gráfica sobre la huelga.

El objetivo de la acción era sencillo, como explica Adrián, uno de los miembros de Resistencia Gráfica. «Queríamos apoyar la convocatoria de huelga con nuestros medios y nuestro capital creativo. No pretendemos suplantar en absoluto la labor de los sindicatos. Creemos que toda ayuda es necesaria y que cada grano de arena cuenta cuando hablamos de nuestro sustento».

Resistencia Gráfica señala la externalización del trabajo, la deslocalización de la producción y la acumulación desmedida de los beneficios como principales ejes de su denuncia. Las señales que han conducido a esta convocatoria llevan mucho tiempo manifestándose, según el colectivo. «Realmente es un cálculo sencillo: si la empresa tiene la capacidad de solicitar ‘empleados bajo demanda’ (en el caso de las empresas multiservicios con salarios inferiores a los del Convenio Colectivo) según las necesidades puntuales que vaya teniendo, ¿por qué iba a realizar contrataciones más estables y con mejores garantías para el trabajador?».

La externalización de servicios es la herramienta con la que se lleva a cabo la degradación de las condiciones de trabajo. Adrián explica la trampa. «La Ley 14/1994 regula la posibilidad de cesión de trabajadores de las Empresas de Trabajo Temporal a la ‘empresa usuaria’. No obstante, en los últimos años, la proliferación de ‘empresas multiservicios’ ha venido a dar otra vuelta de tuerca. Se han configurado empresas cuyos trabajadores no están amparados por el convenio colectivo del sector o la empresa usuaria. Tienen, por tanto, mayor dificultad para negociar colectivamente sus condiciones laborales y no dependen de la empresa usuaria en ninguno de los sentidos».

Es la trampa perfecta. Se mantiene a los trabajadores fuera de la empresa y disgregados, sin capacidad de negociar mejores condiciones laborales. Todo, a través de empresas multiservicio que, desde el mismo núcleo, envían a trabajadores a imprentas, recogen las basuras de las ciudades o gestionan escuelas infantiles.

Los trabajos del Sector de Artes Gráficas se están facturando made in India por esquivar «remuneraciones justas y evitando el fomento de una economía local, un producto de calidad y unas garantías para todos los trabajadores y trabajadoras del sector», afirman desde Resistencia Gráfica.

No te pierdas...