ยฟHay burbuja del ladrillo en Alemania?

En 2006, Armando Carrillo, benicense de 36 aรฑos y doctor en la Technische Universitรคt de Berlรญn, se comprรณ una casa en Moabit, barrio del norte-centro en la zona oeste de la ciudad. Su apartamento de 61 metros cuadrados tuvo un precio de 49.000 euros, a los que habrรญa que sumar otros 20.000 que se gastรณ en reformarlo y hacer del salรณn una habitaciรณn de dos alturas gracias a su alto techo, lo que incrementa en otros diez metros cuadrados รบtiles su vivienda. Allรญ vive con su mujer y sus dos hijos.
ยซMi vecino de enfrente vendiรณ hace aรฑo y medio su casa por 125.000 eurosยป, explica en una sala de ensayo de la Humbolt Universitรคt, de cuya banda de jazz es director, ยซy uno de mi mismo edificio ha puesto la suya en venta por 200.000 eurosยป. Conocedor exhaustivo de la ciudad, รฉl solo traspasarรญa su propiedad por un ยซprecio tan obscenamente altoยป que nadie lo pagase, ya que tiene planes para que su hijo lo use cuando realice sus estudios.
โ€”ยฟCrees que hay una pequeรฑa burbuja inmobiliaria en Alemania?
โ€”Yo creo que sรญ; hay gente que estรก tratando de hacer dinero con esto. A otro de mis vecinos le van a echar dentro de siete aรฑos de su casa. Lleva viviendo ahรญ de alquiler desde que naciรณ, pero la ha comprado un inversor inmobiliario. Esto que siempre oรญas que ocurrรญa en Neukรถln o Kreuzberg, ahora estรก pasando tambiรฉn en Moabit.
Con los datos en la mano, parecerรญa que Carrillo tiene algo de razรณn. En su รบltimo anรกlisis, el Bundesbank ha advertido de que las viviendas de las รกreas urbanas estรกn sobrevaloradas entre un 10 y un 20%, llegando a un 25% en grandes ciudades como Berlรญn, Hamburgo, Mรบnich o Frankfurt am Main. Aunque es cierto que el nรบmero de alemanes que tiene su casa en propiedad ha subido desde el 48% de 1995 hasta el 53,3% en 2012, sigue siendo una anomalรญa en una Europa, donde solo Austria tiene un porcentaje similar. La media es del 70% y en los paรญses de la burbuja sube en torno al 80%.
Esta tendencia al alza se debe a que los ยซincentivos fiscales para alquilar casas han sido mermadosยป, ademรกs de que las bajas tasas de interรฉs favorecen la compra y como las pensiones tambiรฉn son menores ยซhay mรกs necesidad de ahorro individual, y una forma muy comรบn de hacerlo es comprando una viviendaยป, explica el economista Michael Voigtlรคnder, especialista en mercado inmobiliario del Institut der deutschen Wirtschaft Kรถln y autor del artรญculo โ€˜Why is the German Homeownership Rate so Low?โ€™.
Menos convencido se muestra sobre una posible burbuja inmobiliaria, que en su opiniรณn no es otra cosa que ยซuna demanda real de apartamentos debido al crecimiento de las grandes ciudades, con mรกs trabajos y mejores infraestructurasยป. Voigtlรคnder aporta como prueba que ยซno hay crecimiento acusado de nuevas hipotecas como hubo en Espaรฑaยป. El montante total de dinero prestado a los hogares alemanes para la compra de viviendas ha subido de 913 billones de euros en 2004 hasta los 1.022 de 2014. Este incremento sigue alejado del espectacular ascenso que experimentaron hasta sus respectivos picos Irlanda, 43 y 124; Espaรฑa, 239 y 665; Portugal, 65 y 115; o Italia,132 y 367; todo segรบn datos del Banco Central Europeo. Pero en Alemania juega que todos los que hicieron fortuna en estos paรญses necesitan ahora un nuevo lugar donde colocar su dinero y que, de acuerdo a una encuesta realizada por la consultora KPMG entre medio centenar de ejecutivos de fondos de inversiรณn inmobiliaria, es el destino favorito del 71%.
De esta demanda puede dar fe Elena Noman, barcelonesa de 31 aรฑos, y fundadora de BrickBerlin, una inmobiliaria enfocada a los extranjeros, preferentemente espaรฑoles, italianos y griegos, que quieren invertir en el mercado berlinรฉs. En Berlรญn desde que se mudรณ con su pareja en 2008, tras ver los precios de venta en un periรณdico inmobiliario que se comprรณ por curiosidad, descubriรณ que querรญa dedicarse a este ramo. En estos cuatro aรฑos ella y su socio italiano han gestionado 140 operaciones, diez de ellas con edificios completos, por un valor total de 38 millones de euros. Y dice asombrada:
โ€”Desde que yo he llegado, hay barrios que han doblado su precio.
La burbuja de la reunificaciรณn
El origen de esta espectacular subida hay que buscarlo en la particular geografรญa polรญtica de Berlรญn. Zonas hoy de moda, como Prenzlauer Berg, Neukรถln, Kreuzberg o Mitte estaban atravesadas o tocadas por el conocido muro, por lo que no eran especialmente valoradas por los amantes del vivir tranquilo. En los aรฑos 90, mientras el resto del mundo miraba la caรญda de la Uniรณn Soviรฉtica, Alemania se centraba en la reunificaciรณn de sus dos mitades. En este proceso, cuya gran perdedora fue la parte comunista y toda su estructura industrial, tambiรฉn se hinchรณ una burbuja inmobiliaria en la flamante capital.
En junio de 1991 se promoviรณ una ley llamada Fรถrdergebietsgesetz con el objetivo de animar la economรญa del Este. Junto con subvenciones del Estado, esta normativa incluรญa generosos incentivos fiscales para la inversiรณn inmobiliaria en la antigua RDA y acaudalados ciudadanos del Oeste, incluyendo presentadores de TV y exministros, vieron su oportunidad y comenzaron a invertir en ladrillo, desde pisos hasta complejos de oficinas.
De 1990 a 1998, los precios llegaron a subir un 70%; mientras, cada vez se construรญan y renovaban mรกs casas espoleados los inversores por la atractiva fiscalidad y la especulaciรณn. Cuando tras diez aรฑos, estos incentivos finalizaron, los constructores se encontraron con que habรญan sobrepasado la demanda y, mientras que en el resto de paรญses europeos los precios de las propiedades comenzaron a subir a finales de los 90, en Alemania entraron en una รฉpoca de calma chicha que hizo que, virtualmente, el precio de una propiedad permaneciese estable durante la siguiente dรฉcada.
Justo entonces es cuando Noman llega a Berlรญn y se compra ese periรณdico inmobiliario que le desvelรณ su futuro. ยซMe voy de Espaรฑa con la crisis empezada, con la curva en lo mรกs alto, y llego a Berlรญn en su punto mรกs bajoยป, explica mientras acompaรฑa la palabra trazando un arco descendente con la mano derecha, ยซcon un precio por metro cuadrado muy econรณmico, donde cada vez hay mรกs demanda y tienen un potencial de sacar una gran revalorizaciรณn, y en el que ademรกs los alquileres tambiรฉn estรกn subiendoยป.
Entre los casos de revalorizaciรณn mรกs impactantes destaca el del barrio turco de Neukรถln, hoy refugio de jรณvenes modernos con dinero y ejemplo perfecto de ese aburguesamiento que responde al nombre de gentrificaciรณn. ยซAllรญ los inversores tenรญan miedo a meter su dinero, pero he vendido pisos por 19.000 euros, unos 700 euros el metro cuadrado, y ahora los puedes vender por 2.000 eurosยป, cuenta. ยซUn alemรกn puede que no se diese cuenta de lo que habรญa, pero yo como espaรฑola y viniendo de lo que venรญamosโ€ฆ no habรญa ningรบn riesgoยป. Y confiesa que ha llegado a comprar pisos sin siquiera haberlos visto, solo baremando las variables de precio, zona y la expectativa al alza.
Ahora, ยซel mercado ha evolucionadoยป y ese rango ya no se encuentra, siendo el nuevo mรญnimo para una propiedad que no arrastre problemas, ยซunos 1.200-1.300 euros el metro cuadradoยป, pero parte del ยซpotencial de Alemania es su carรกcter de paรญs mรกs de alquiler que de compraยป. Segรบn las estadรญsticas, el 47% de los alemanes vive en arrendamiento, una cifra que sube cerca del 80% en el caso de Berlรญn, y los negocios inmobiliarios se hacen con el inquilino dentro de la casa, adquiriendo el nuevo dueรฑo, con la compra del inmueble, esa relaciรณn contractual.
Un paรญs en alquiler
Cuando la II Guerra Mundial finalizรณ con la derrota alemana en 1945, el 20% de los edificios del paรญs estaba en ruinas. Segรบn los datos del censo de 1946 en Alemania Occidental, habรญa 13,7 millones de unidades familiares pero solo habรญa 8,2 millones de viviendas, por lo que habรญa una carestรญa de 5,5 millones de lugares para vivir.
Asustadas ante la posibilidad de un alzamiento izquierdista, las autoridades polรญticas tomaron una serie de medidas como prohibir el partido comunista, comenzar un plan de vivienda pรบblicaโ€ฆ El primer ministro de Vivienda que tuvo la reciรฉn estrenada Bundesrepublik y antiguo militar de la Wehrmacht, Eberhard Wildermuth, declarรณ que ยซel nรบmero de votantes comunistas en los paรญses europeos es inversamente proporcional al nรบmero de casas por cada mil habitantesยป.
En diez aรฑos este programa logrรณ impulsar la construcciรณn de 6,7 millones de viviendas y, mientras estuvo vigente hasta los 90, otros 14,6 millones. Ademรกs de crear hogares, impulsรณ el crecimiento econรณmico de la capitalista Bundesrepublik. La participaciรณn pรบblica en su construcciรณn se fue reduciendo desde un 46% en los inicios hasta llegar a un exiguo 9% en 1980.
Para el cientรญfico Voigtlรคnder, este gran ยซprograma de construcciรณn socialยป y su alta calidad es una de las explicaciones del amor de los alemanes por el alquiler, ya que creรณ ยซun enorme mercado privado de casas para alquilarยป que se ยซliberalizรณ muy pronto, en los 60, y las leyes lograron mantener un equilibro entre los intereses de arrendador y arrendatarioยป. Pone como ejemplo que, de momento, los arrendadores pueden poner el precio que quieran a un nuevo inquilino, pero si tienen a una persona alquilada, este incremento estรก muy limitado por ley, un 15% cada tres aรฑos en las zonas con escasez de vivienda y, al menos sobre el papel, el contrato es para toda la vida frente al plazo de tres aรฑos prorrogables en Espaรฑa. Ademรกs, los dueรฑos de su propia casa no reciben el mismo tipo de incentivos fiscales que los espaรฑoles, pero por el contrario los arrendadores alemanes tienen ventajas de las que los espaรฑoles carecen.
Nomรกn explica que el mercado de alquiler, al que tambiรฉn se dedica su empresa ยซestรก subiendoยป. En sus operaciones con edificios enteros, en los que tiene acceso a una lista de inquilinos piso por piso con su correspondiente arriendo, observa ยซque hay algunos que aรบn pagan cuatro euros por metro cuadrado y que, cuando se vacรญan por las razones que sean, pasan a pagar ocho, con lo que el inversor duplica su rentabilidad de un dรญa para otroยป. El precio del alquiler en Berlรญn, segรบn datos del Bundesbank, ha subido un 35% de media desde 2007. Algunas parejas se han encontrado en la absurda situaciรณn de que, cuando sus hijos dejan el hogar familiar, no les compensa abandonar su vivienda ya que pagarรญan mรกs por un nuevo y pequeรฑo apartamento.
Se prevรฉ que en el verano de 2015 entre en vigor una nueva serie de medidas que incluirรก la imposibilidad de aumentar las rentas entre contrato y otro nuevo mรกs de un 10% por encima de la media recomendada, con lo que se busca que los arrendatarios ahorren unos 280 millones de euros anuales. ยซEl problema de estoยป, razona Voigtlรคnder, ยซes que esta media es considerablemente mรกs baja que los precios reales del mercado, por lo que los arrendadores no podrรกn subir los alquileres y esto les llevarรก a preferir vender sus apartamentos antes de alquilarlosยป. Vaticina que en los prรณximos aรฑos los hogares con ingresos mรกs bajos tendrรกn mรกs complicado acceder a un alquiler, aunque segรบn Franz-Georg Rips, presidente de la Asociaciรณn Inquilinos Alemanes, estos serรกn justo los mรกs beneficiados por la limitaciรณn.
Para Noman y sus clientes estas subidas tienen un aspecto negativo y son los pisos ยซcon el precio por metro cuadrado okey, pero que la rentabilidad, debido a que el inquilino vive en la casa desde antes de la subida de precios, es superbajaยป. En estos casos, algunos clientes le preguntan si es posible echar a los ocupantes de las viviendas. ยซNo es nada fรกcil y solo puede hacerse en caso de que, hablando como para niรฑos pequeรฑos, se porten mal o el dueรฑo quiera la propiedad para uso propioยป, aunque aclara que ยซhay gente en el negocio que paga a los actuales moradores 10.000 o 20.000 euros a cambio de que vacรญen el pisoยป. ยซEste tipo de acuerdo se hace muchoยป, asegura.
Otra cara de esta realidad es la que ven los 60 activistas de Zwangsrรคumung Verhindern, una asociaciรณn germana inspirada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y el movimiento Stop Desahucios. โ€˜Martinโ€™, alias con el que se presenta un joven alto de 30 aรฑos y ojos azules, se come un bocata al lado de la estaciรณn de metro de Gรถrlitzer, la misma que la policรญa llegรณ a cerrar en febrero de 2013 para impedir que mรกs manifestantes acudieran a intentar parar el desahucio de la familia Gรผlbol en el nรบmero ocho de la calle Lausitzer.
Este caso, que fue su primera gran acciรณn y les dio popularidad dentro de Alemania, Martin lo califica como ยซmuy complicadoยป. Un inversor, Andre Franell, comprรณ todo el edificio en una subasta despuรฉs de que su dueรฑo anterior se arruinase. La familia Gรผlbol, que llevaba catorce aรฑos en esa vivienda, tenรญa ยซun trato verbal con este, segรบn el cual ellos podrรญan tratar de comprarle el piso en un par de aรฑosยป, pero el problema fue ยซque no lo escribieronยป. Cuando Franell comenzรณ a subir los alquileres, la familia se negรณ y entrรณ en un proceso judicial que culminรณ con su derrota. Aunque pagaron lo que debรญan, de acuerdo a la ley el retraso era suficiente motivo para echarles.
Martin cuenta que los arrendadores buscan ยซeste tipo de nichos en la ley para finalizar los contratosยป. Retrasos de dos meses en el pago del alquiler โ€”ยซesto le puede pasar a cualquieraยปโ€”, normas acerca del comportamiento โ€”ยซdos avisos y estรกs fueraยปโ€”, alegar mala relaciรณn entre aquellos y el inquilino โ€”ยซha habido casos en los que han alegado esto contra alguien que ha organizado a los vecinos contra una subida de alquilerยปโ€”.
Segรบn la estimaciรณn de la organizaciรณn a travรฉs de documentos judiciales, al dรญa se emiten en Berlรญn 22 รณrdenes de desahucios de las que llegan a ser efectivas la mitad mรกs o menos. La inmensa mayorรญa son de casos de alquiler, no de hipoteca como en Espaรฑa, y suceden principalmente en los barrios de moda como Neukรถln, Kreuzberg, Friedrichshain o Wedding. Otra diferencia es que, mientras que en Espaรฑa hay un proceso establecido para tratar de parar un desahucio y un dragรณn a batir en forma de banco, en Alemania cada caso requiere una estrategia diferente al ser los orcos enemigos desde pequeรฑos propietarios hasta fondos de inversiรณn de riesgo, pasando por pequeรฑas y medianas empresas o el propio Estado.
Los pasos para tratar de echar a alguien de sus casas comienzan con una carta de finalizaciรณn de contrato que el arrendatario puede aceptar o no. Si este ve que no se ajusta a derecho o se niega, puede acudir a los tribunales y luchar por quedarse en la vivienda. Si la Corte falla en su contra, le da una fecha para abandonar, que varรญa segรบn el tiempo que haya vivido en la casa y otras circunstancias especiales, como si hay niรฑos o personas enfermas. En caso de que el inquilino decida ignorar la orden judicial, el dueรฑo debe acudir de nuevo a los tribunales, que emitirรกn una orden de desahucio donde seรฑalan la fecha en la que irรกn a cambiar la cerradura y quedarse con los muebles y pertenencias que queden dentro de la vivienda.
Al otro lado hay posibilidades de dilatar el proceso, ยซasegurando que no puedes mudarte ya que te quedarรญas sin hogar o que tienes un problema de saludยป, aunque esto ยซdepende realmente del juzgadoยป. Un caso especialmente sangrante fue el de Rosemarie F., una anciana de 67 aรฑos que muriรณ a los dos dรญas de ser desahuciada en abril de 2013. El gerente del refugio que la acogiรณ adujo su fallecimiento al estrรฉs. ยซElla decรญa todo el rato que no iba a sobrevivirยป, recuerda ahora Martin
Segรบn cuenta, algunos arrendadores ยซusan tรฉcnicas suciasยป como llevar a los juzgados de manera repetida a sus inquilinos ยซhasta que los tribunales les dan la razรณnยป, ยซabrir las ventanas de los pisos sin alquilar en invierno para que entre el frรญo y se estropee la fontanerรญaยป cuando tienen a medio vaciar un inmueble para reformarlo y alquilarlo mรกs caro, atacar a los vecinos ยซuno a uno para que no se organicenยปโ€ฆ
Hoy el piso de los Gรผlbol vuelve a estar alquilado. La familia sigue viviendo en el mismo edificio, en la casa de los abuelos. A los primeros inquilinos que fueron a mudarse allรญ los activistas le contaron la triste historia y se negaron a coger el inmueble. Los segundos decidieron ยซirse a vivir allรญ igualmenteยป. Martin no los culpa. No cree que deba ser un dogma el hecho de no poderse mudar a un piso donde alguien ha sido desahuciado.
โ€”Es el mercado y como trabaja. Solo podemos luchar contra รฉl.

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#142 Primavera / spring in the city

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Patrick Thomas

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