Que no lo veas no significa que no esté ahí. La simplicidad guarda más información de lo que en principio pueda parecer. Detrás de las geometrías hay muchas más historias que una letanía de líneas y curvas. Este es el lenguaje que utiliza Aaron de la Cruz, un artista en cualquier lugar en medio del diseño, la ilustración y el graffiti.
El artista afincado en San Francisco no piensa en la imagen que quedará después de pasar su pintura por una pared. No planea. No visualiza. Empieza a pintar y se deja llevar hasta donde las geometrías le arrastren…
“No planifico el diseño antes de comenzar a hacerlo. Por eso la decoración de cada muro es completamente distinta. Me gusta el hecho de que cada pieza que hago es como un problema que tengo que resolver. Lo que sí tengo es un idea general del espacio del que dispondré entre las líneas y la sensación de cómo puede ser el diseño”, explica de la Cruz.
Para hacer sus diseños en las calles de San Francisco utiliza “tinta, un cepillo y mucha concentración”, especifica. Y pintar en el espacio público implica que “unas son legales y otras no”.
La obsesión por las formas geométricas viene de la arquitectura. “He pasado toda mi vida inspirándome en la arquitectura y las líneas rectas de los dibujos de viviendas y edificaciones. También he escrito mucho y eso hizo que empezara a dibujar cientos y cientos de letras y estilos distintos. Eso supuso hacer muchas más formas geométricas. Las obras que creo ahora resultan de un híbrido bastante abstracto de esas dos influencias”.
Aaron de la Cruz hizo esta imagen para Yorokobu.
West Oakland.
La Brea Mural Project (I parte).
La Brea Mural Project (II parte).