“O cambiar de sector o reinventarnos en el nuestro”. Era el momento de elegir. Marta y Mónica no tenían otra opción. La burbuja inmobiliaria acababa de explotar y, al igual que al resto de arquitectos y profesionales ligados al mundo de la construcción, les había salpicado. “Optamos por lo segundo porque no nos imaginábamos nuestro futuro desvinculado de la arquitectura”.
La reinvención de Marta y Mónica pasaba por la divulgación. Ya que la situación les impedía ‘construir’, decidieron “contribuir a dar a conocer el patrimonio ya construido”. Ambas siguieron dando vueltas a la idea hasta que llegaron a la conclusión de que una buena manera de acercar la arquitectura a los no-arquitectos podría ser la de diseñar joyas inspiradas en edificios célebres. El nombre elegido para esta aventura sería Architexture.
El Palau Güell de Gaudí o el Pabellón alemán de Mies van der Rohe, en Barcelona, o las Termas de Vals (Suiza) se convirtieron en fuentes de inspiración para los diseños de Arquitexture. “Nos gusta toda la buena arquitectura, independientemente del estilo o la época, pero es cierto que nos sentimos más cercanas a la arquitectura moderna: desde las obras de Le Corbusier o Mies van der Rohe hasta los proyectos de Enric Miralles, Toyo Ito o Herzog & de Meuron. En nuestra colección nos hemos centrado en la arquitectura europea del siglo XX y principios del XXI, pero intentando recoger un poco de todos los estilos”.
Junto al diseño, la información sobre los edificios ‘imitados’ que acompaña a cada creación es la otra gran característica de las piezas de Architexture. “Cada anillo se presenta en una caja que incorpora información del edificio en el cual se inspira. Para nosotras es tan importante el anillo en sí como la información asociada a él”.
Marta y Mónica coinciden en que el diseño de joyas y la arquitectura tienen mucho en común: “Como arquitectas nuestro trabajo consistía en generar ideas y ser capaces de llevarlas a la realidad. Y en eso, el hecho de diseñar joyas es bastante parecido. Los procesos y las etapas a seguir son en gran parte similares: diseñar siendo realista, construir controlando todo el proceso, explicar el proyecto para poder venderlo y escuchar las opiniones y las experiencias para ir mejorando el producto. Con un ligero cambio de escala, seguimos haciendo lo mismo: antes teníamos que “pelear” con el fabricante del hormigón o con el carpintero, y ahora es con el proveedor de las fundas o con la imprenta”.
Aunque, reconocen, que el diseño de joyas es “mucho más libre” que el de un edificio. La joyería permite una libertad a la hora de diseñar que no es posible cuándo hablamos de arquitectura”. De hecho, no creen que fueran capaces de darle la vuelta a la tortilla y crear edificios a partir de diseños de anillos: “No nos sentiríamos cómodas haciéndolo. Creemos que la arquitectura debe responder a las necesidades del entorno, a las condiciones del lugar y al uso que va a tener. Nos gusta la arquitectura que hace todo eso y a la vez es capaz de aportar soluciones nuevas y crear espacios sugerentes, pero que no pone la estética por delante de lo demás.
