ยฟQuรฉ tiene esta ilustraciรณn que me fascina? La encuentro en Facebook con una leyenda simple: Gerda Wegener, 1900.

La fascinaciรณn

La imagen cuenta tantas historias como la imaginaciรณn permita: a la hora de la siesta, la muchacha acostada fue sorprendida leyendo (me lo dicen la negligรฉ y zapatos) por la otra muchacha que, con un antifaz como รบnica prenda, se colรณ en la habitaciรณnโ€ฆ Ambas huelen a notas de sudor y perfume colocado al mediodรญa, cuando despertaron.
Cambian los personajes: unas veces estรกn casadas โ€”cada una con su maridoโ€”; otras, son primas; otras, seรฑora y doncella; ama y esclava; maestra y maestra; maestra y discรญpula; seรฑoritas de un burdel filosรณfico; una es carne y otra su sueรฑo. Cambian las historias: la lectura es una excusa, estaba preparado; una calentรณ a la otra con poemas sin rimas; la culpa fue del vino y el chocolateโ€ฆ
Mi primera intenciรณn es escribir: ยกQuรฉ hermoso, cuรกnta sensualidad!, un comentario pobre.

La extravagante autora

Mรกs tarde sabrรฉ que Gerda Wegener es la autora (y no el nombre de la ilustraciรณn), que es danesa, y que no hay acuerdo en su fecha de nacimiento, pero esto no me importa. Posiblemente 1900 tampoco sea el aรฑo de la ilustraciรณn: por entonces Gerda tendrรญa entre once y quince aรฑos. Algo no cuadra.
Tambiรฉn descubro que Gerda Wegener trabajรณ en Parรญs como ilustradora de Vogue y La Vie Parisienne (revista en la que escribiรณ Colette, recordada por las recopilaciones de citas cรฉlebres, antes en tapa dura, ahora online). Gerda se casรณ con un pintor que despuรฉs se convirtiรณ en la primera transexual mujer reconocida: Lili Elbe. Se presentaban en sociedad como hermanas. Un matrimonio que anulรณ el rey de Dinamarca.

El secreto de las muchachas

Estos datos no resuelven mi enigma: ยฟpor quรฉ esta ilustraciรณn me fascina? Estas muchachas de trazo sencillo, naricitas, colorete en las mejillas y monocromo rosado tienen texturas: las sombras realzan las carnes plegadas โ€”como las mujeres realesโ€”; las rodillas y los tobillos; el huequito del ombligo; la negligรฉ permite entrever el รบnico pezรณn moreno atrapado.
[pullquote]ยปEn la vida real hay tripitasยป, dice Maria de Medeiros a Bruce Willis en Pulp Fiction.[/pullquote]
Aquรญ hay un interรฉs por recrear las redondeces. Justo son las tripitas las que despiertan el apetito voyerista porque conceden una realidad a las muรฑequitas, como las piernas convierten en mujer a una criatura mรญtica del mar.
ยซEn la vida real hay tripitasยป, dice Maria de Medeiros a Bruce Willis en Pulp Fiction. La portuguesa quiere una y trata de justificarlo, aunque a Willis no le importa lo que guste o no guste a los demรกs.
Aquรญ hay una declaraciรณn de amor de Tarantino a las tripitas, una de las pocas a esta parte tan placentera del cuerpo femenino, tan denostada por vende-dietas, coach hipertrofiados y profesionales del retoque fotogrรกfico.
Muchachas leyendo
La fuente Wegener
Gerda Wegener 69
Muchachas jugando a la hora de la siesta โ€”tรญtulo reciรฉn inventadoโ€” y otras ilustraciones de la misma serie (como las de arriba) se diferencian de las diseรฑadas para Vogue y La Vie Parisienne. No solo en la temรกtica (que es evidente), tambiรฉn en las formas. Gerda se deja atrรกs las redondeces: el art decรณ rehuye las formas de la naturaleza.
Greta Wegener VOGUE Greta-Wegener LA VIE PARISIENNE
ยซPor desgracia, lo que es placentero para el tacto y para los ojos no suele ser lo mismoยป, dice Maria de Medeiros. Amรฉn. Aunque en Muchachas jugandoโ€ฆ de Gerda Wegener lo placentero a los ojos tambiรฉn podrรญa serlo a los dedos.

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#142 Primavera / spring in the city

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