Vivimos en un mundo global. Perdón por la obviedad, pero es una realidad que ya no hay que ir a Japón para degustar el mejor sushi, ni a Italia a probar la mejor pasta. Sin embargo, el sushi que más les gusta a los japoneses es el que hacen ellos y la pasta al dente que hacen los italianos no la hacen en otros países.
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Para un andaluz, su salmorejo con huevo y jamón es inigualable. Y nadie restriega el tomate en el pan como un catalán. Ni fríe los calamares como en los céntricos bares de Madrid. Y lo mismo ocurre con determinados platos en el resto de autonomías del país. Esta realidad gastronómica le ha servido a Forta para explicar los puntos fuertes de la red de televisiones autonómicas de España: la proximidad y el conocimiento del consumidor.
Igual que la globalidad se compone de realidades regionales diferentes, la construcción de una cobertura televisiva nacional debe hacerse por la suma de coberturas regionales. En Forta se hacen una pregunta: ¿por qué las campañas son nacionales, si el consumidor es de cercanía?
Con su nueva campaña, Forta quiere dejar claro que sus cadenas son televisiones de cercanía, pero que aportan una cobertura muy alta en cada uno de sus ámbitos, y por ende, a nivel nacional; y que la cercanía genera empatía y el telespectador recibe la comunicación con una actitud más receptiva. A la vez, quiere poner en valor el orgullo de ser autonómico, basándose en el conocimiento de la audiencia, algo que les diferencia de su competencia nacional. Por eso los anunciantes en todas sus planificaciones deben tener presentes esa oferta comercial nacional llamada FORTA y que aporta valores que nadie más que ellos pueden ofrecer en el mercado.
Y todo eso lo han hecho con una cata de tapas: 9 tapas con denominación de origen.