Las secuelas de la aplicación de los mil millones

Pocos días después de su llegada a la plataforma Android, Instagram se consolida como la aplicación estrella. Facebook ha pagado 1.000 millones de dólares para quedarse con una herramienta que ha generado millones de descargas durante su reinado en el universo Apple. Su éxito demuestra que el usuario móvil siente una paradójica atracción por lo retro. Con este trasunto de Polaroid compiten en popularidad clásicos juegos de mesa como Scrabble – Apalabrados- o Pictionary -Draw Something-, pero ninguno de ellos ha conseguido generar un universo virtual similar al de Instagram.

INSTAGRAMERS

Los adictos a Instagram también tienen su propia publicación online que está creada y gestionada por un francés de ascendencia española, Phillipe González. Los numerosos usuarios que congrega Instagramers ya opinan sobre el futuro de su afición favorita a manos de la red social más famosa y no parecen contentos con la idea. Más de 260 grupos repartidos por ciudades del mundo integran esta comunidad y participan en foros, tutoriales, exposiciones y concursos bajo el lema «Let´s Instagram the world!».

PINGRAM

 

Este mash-up entre Instragram y Pinterest es un canto a la vanidad al cuadrado que une ambas herramientas con un solo clic. Pingram permite integrar las los archivos del primero en el tablero del segundo y en un futuro, cuando la web esté completada, se podrán añadir comentarios a las imágenes colgadas.

 

INSTAFB

El matrimonio de los mil millones de dólares ya se avanzaba con InstaFB. Desde esta web se han podido hasta ahora vincular las cuentas de Instagram y Facebook, compartiendo contenidos en vez de tener que publicar las imágenes en un mensaje del muro, como si fuera un elemento externo. Solo ofrecía un número limitado de transferencias, algo que ahora ya no será un problema.

PRINSTAGRAM

Si algo faltaba a Instagram para ser la versión 2.0 de la Polaroid era la posibilidad de imprimir con la misma versatilidad estética. Este servicio web, tan oportuno como poco original, aprovecha la fiebre Instagram y ofrece la posibilidad de plasmar las imágenes en un formato muy similar al original. También ofrece impresiones en forma de póster, pegatina, álbum o mini libro y de un nuevo paso en el arte de la fotografía telefónica.

RESTAUGRAM

Hacer fotos a la comida, por muy mundana que sea, es un impulso tan natural como inexplicable. Esta versión gastronómica de la millonaria nueva adquisición de Facebook permite unir dos hobbies en una misma plataforma. Al tiempo que se suben imágenes a la Red se hacen recomendaciones culinarias, especialmente sobre vinos. Todo ello ordenado por temáticas a partir de etiquetas.

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