Living Staircase: una escalera para subir, para bajar o para quedarse

20 de agosto de 2015
20 de agosto de 2015
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El elemento central del edificio de oficinas Ampersand, en el Soho londinense, es una peculiar escalera de caracol obra de Paul Cocksedge Studio.
La pieza, a medio camino entre un elemento útil y una escultura artística, ha recibido el representativo nombre de Living Staircase. Viva, porque su forma le da apariencia de dinamismo. Viva porque su balaustrada está repleta de jardineras con plantas colgantes. Pero viva, sobre todo, porque contiene originales descansillos circulares donde sentarse a leer, a conversar o a tomar un té.
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Algo tienen los lugares de paso para que poetas, dibujantes y artistas de cualquier índole los encuentren inspiradores. ¿Cuántas escenas de libros o de películas suceden en estaciones de tren, en aeropuertos…? Los sitios que solo transitamos fugazmente para ir a otro lugar tienen un magnetismo especial: nos invitan a pensar qué pasaría si nos paráramos por un momento a mirarlos, a estar en ellos. Detenerse un instante y ver a los otros pasar tiene algo de inspirador. En los sitios de paso se mezclan las historias ocurridas en los lugares de donde venimos y las expectativas puestas en aquellos a los que nos dirigimos. Tienen la fuerza de los puntos de inflexión, aquellos en los que convergen caminos y que nos permiten cambiar de rumbo o volver por donde habíamos venido.
Living Staircase nace del atrio del edificio para conectar, a través de sus doce metros y medio de altura, las cuatro plantas de oficinas. Una metáfora a gran escala de la filosofía de Ampersand, un proyecto de oficinas contemporáneas de Resolution Property, que pretende que la creatividad alcance todos los estadios del entorno profesional.
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Imagina un muelle o espiral. Ahora, ensancha en tu cabeza sus curvas. Conseguirás que el espacio interior sea más amplio. Eso es lo que se hizo con Living Staircase: eliminar el pilar central de carga que tienen las escaleras convencionales y ensanchar el «muelle» para que admitiera la creación de espacios de descanso e inspiración en las zonas libres que quedan en su interior.
Living Staircase, que tardó trece meses en ser construida, está concebida como un espacio social. La idea es que los propios trabajadores se detengan a cuidar las plantas de su jardín interior e incluso cultiven sus propias hierbas aromáticas. También es un espacio para el diseño. Por ejemplo, el primer rellano está iluminado por una lámpara de Zettel’z 6 de Ingo Maurer. Y un espacio para la inspiración y el conocimiento, como demuestra la biblioteca situada en el segundo nivel.
«Si la función de una escalera consiste en permitir a las personas trasladarse desde el punto A al punto B, en este caso existe un universo viviente completo que palpita y respira en el espacio entre ambos puntos», explica Paul Cocksedge, cuyos ingeniosos proyectos espaciales le han hecho merecedor de fama internacional. El arquitecto está deseando ver cómo usan los trabajadores reales de las oficinas la escalera, convencido de que «la convertirán en algo suyo».
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