Sí, ya lo sé. Ya sé que llego tarde. Es 26 de abril y es hoy, casi con el mes exhalando su último aliento, cuando te digo que la revista de papel correspondiente al mes de abril es más bonica que una caja de cerveza helada.
Ya saben, las vacaciones, un cierto relajo por haber estado enfocado en tareas menos agradecidas y que uno es andaluz y me parecía musho lío lo de ponerme a escribir con el tiempo tan bueno que ha hecho.
En fin, que la paz forma parte del pasado y que aquí vamos con los contenidos que se incluyen en el Yorokobu de abril.
A veces un objeto banal y cotidiano como una bolsa de plástico hecha en China puede representar un complejo universo de memorias y sentimientos. También puede hacer que centenares de personas en todo el mundo se sientan identificadas con una historia aparentemente simple, y que sin embargo entrañe valores tan universales como la resistencia, la lucha por la supervivencia o la superación. Es lo que ocurre con Umaskhenkethe Likhaya Lam, el ensayo fotográfico de la joven fotógrafa Nobukho Nqaba, que se construye alrededor de una bolsa llamada unomgcana o umaskhenthe. «Es un recuerdo de mi propia migración dentro de las fronteras de Sudáfrica», explica.
Las redes sociales empezaron siendo un juego y están pasando a convertirse en una obligación adictiva para millones de personas. Si ni siquiera los periodistas —uno de los sectores más expuestos— tienen por qué aceptar la necesidad de la actualización constante, ¿hay algún motivo para que la acepten los demás?
Dinara Kasko es una pastelera ucraniana que se caracteriza por su facilidad para jugar con las texturas. Sus trampantojos agradan a los clientes, según ella, «porque les gusta que les sorprendan y porque es divertido ver delante de ti un objeto extraño y encontrarte dentro una tarta». Además, sus propuestas están buenas, que es algo que también ayuda a un objeto comestible.
El sueño es clave. Nick Littlehales ha conseguido mejorar el de Cristiano Ronaldo o el de otros deportistas de élite. Littlehales relata su método de recuperación del organismo en su libro Dormir. Estas son algunas de sus recomendaciones.
Lo dijeron Aristóteles, Cicerón y Shakespeare: hay que hablar claro. Pero no sirvió de nada. La mayoría de las compañías y administraciones españolas redactan contratos y documentos incomprensibles. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué no emplean un lenguaje sencillo y eficaz para comunicarse con los ciudadanos?
Las estudiantes de diseño argentinas Gabriela Lubiano y Gilda Martini aprovecharon el potencial de transmisión de información de los billetes para apoyar una causa que repercute en un bien común sin ideología ni poder. «Nos pareció válido apuntar hacia una problemática latente en el país y a nivel mundial: la extinción de especies nativas y de sus biomas», explican.
Una recopilación con más de cien animales para evitar que los humanos olviden que existe una cosa llamada naturaleza.
Andaban Boa Mistura trabajando en La fábrica de pepinos, su estudio de diseño, cuando se toparon con estos versos de Pablo Neruda:
Primavera (…),
dame por hoy el sueño de las hojas nocturnas,
la noche en que se encuentran
los muertos, los metales, las raíces,
y tantas primaveras extinguidas
que despiertan en cada primavera.
Como el nerudeo y la primavera tienden a contonearse unidos entre subidones de amor, rayos de sol al atardecer y picor estomacal de mariposas, la portada de la revista de abril de Yorokobu les salió sola.