Lo de diseñar algo sin encargo previo era territorio desconocido para Carlos el Rojo. Hasta el día en el que en un taller de Javier Jaen algo se desbloqueó en su mente. «Decidí subir a redes cualquier idea que se me ocurriera, sin mucho filtro y sin dedicarle demasiado tiempo. No había cliente, no había briefing, solo un juego con la imagen y el concepto». Bienvenidos a los Juegos Visuales de Carlos el Rojo.
El hoy socio director de arte en Coma, Comunicación Creativa, consideró aquellas primeras creaciones 100% personales como una liberación. Desde entonces, Carlos el Rojo confiesa pasar el día «conectado», buscando cosas que llamen su atención. De encontrar algo que le inspire uno de sus Juegos Visuales, intenta materializarlo de inmediato para que no se le olvide, algo que le pasa con relativa frecuencia: «Muchas veces no apunto la idea pensando “esto es imposible que se me olvide”, pero sí, se me acaba olvidando».
El también colaborador de Libros del Océano confiesa sentir admiración por la capacidad que tiene algunos creativos de transmitir ideas de manera directa y sin apenas explicaciones, «dejando muchas veces al espectador una parte importante del proceso».
Entre esos privilegiados se encuentran maestros del humor gráfico como Chumy Chúmez, El Périch o Forges cuyas viñetas son para El Rojo «vitaminas para el cerebro». Pero también diseñadores e ilustradores o fotógrafos como Chema Mazoz, Isidro Ferrer o el propio Javier Jaen, al que debe buena parte de aquel desbloqueo creativo con el que se iniciaron sus Juegos Visuales.
«Le mantengo informado desde el primer día. De hecho me pasó una cosa muy simpática. En 2019 diseñé el cartel de las fiestas del Apóstol en Santiago y quedaron muy contentos. Al año siguiente, me pidieron que recomendara a otro diseñador (cosas de la Administración). Pero después de ver mis Juegos Visuales en IG, me volvieron a llamar para el cartel de las Fiestas de la Ascensión. Curiosamente, acabó siendo mi mayor éxito de crítica y público. Por supuesto le di las gracias a Javier Jaén y me felicitó. Le doy bastante la chapa, he de reconocer, pero es un tipo muy majo».
