Los árboles ya no quieren vivir en esta ciudad

24 de septiembre de 2014
24 de septiembre de 2014
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15 personas han perdido la vida en las últimas tres semanas por el impacto de los ‘árboles asesinos’. El gremio paisajista aún no ha dado con una respuesta convincente para explicar lo que está pasando. Menos todavía han sido las respuestas de los políticos intentando echar balones fuera. La contrata que desde hace 30 años gestiona la totalidad de los servicios públicos en la capital, ADVANTIA™, ha explicado en un comunicado que se trata de un problema ambiental. «Las raíces no se adhieren correctamente al pavimento. Es consecuencia de la sequía que ha asolado el país en los últimos años. Estamos trabajando para que esto se subsane lo antes posible». Un científico comprometido hizo un censo hace poco de los árboles de Madrid y encontró que apenas quedaban un millar en toda la ciudad.
Nos hemos resignado a su eventual desaparición pero hasta en Sunset Park, la exclusiva urbanización donde reside la mayor parte de la élite empresarial y política, han tenido que vérselas con un árbol en caída libre. Aunque el tema se ha intentado acallar en la prensa, mis fuentes me dicen que uno de los hijos del Ministro de Obras Públicas, Corcero, perdió la vida el pasado jueves por el impacto de un alcornoque podrido. Los titulares dijeron que se cayó de un caballo.
Ya tenemos incluso algún cantamañanas que otro vendiendo la salvación en este aparente sinsentido. Las sectas han proliferado como setas. Dicen que es la respuesta de Dios ante nuestra decadencia como sociedad. A mí me parece más bien que es sintomático de algo más profundo que va mal, pero que poco tiene que ver con la religión ni esas soplapolleces. Hace tiempo que la totalidad de todos los servicios de esta ciudad pasaron a manos de Fulgencio Jiménez, presidente del Real Madrid. Ese que lleva 50 años en el cargo, a punto de cumplir 100 años, que sigue con vida gracias a los grandes avances de la ciencia. Lo que no nos dijo Aubrey de Grey cuando pregonaba cómo íbamos a vivir 200 años es que por ahora esa tecnología estaría disponible sobre todo para los más pudientes. Ahí le tienes, el muy cabrón está estupendo. Incluso sale a correr cada mañana y es capaz de hacer 100 flexiones sin pestañear.
Tiene a los políticos cogidos por lo huevos. Los medios lo llaman EL ALCALDE. Nadie ostenta ni de lejos el poder que tiene esa sanguijuela que nos chupa la sangre a todos los habitantes. Pero claro, muchos votan a sus secuaces. Están agradecidos porque este hombre les proporciona un plato de comida cada noche. Emplea a la mitad de la ciudad y por mucho que el voto sea libre ellos tienen maneras de descubrir si votas por la persona equivocada. Hace tiempo que la oposición tiró la toalla. El único escaño que ocupan se lo cedieron a un ciborg destartalado.
Colegios, guarderías, centros de mayores, metro, autobuses, universidades. Jiménez lo tiene todo. Bueno no, tienen competencia por parte de SOLVANTIS ™, otro mastodonte dueño de todo lo que no sea de ADVANTIA™. Hay rumores de una eventual fusión entre las dos.
Desde que empezaron a caer estos árboles a mansalva algo ha cambiado. No sé si es una catarsis. Suena algo masoquista definirlo así ya que a nadie le consuela ni tranquiliza que los árboles puedan matarte en cualquier instante. Pero es imposible de ignorar. Es como si la gente perdiese el miedo. Como si se diesen cuenta de que hasta los árboles no quieren vivir en esta puta cuidad que hemos construido.
Ante la preocupación ciudadana, el Consistorio ya tiene una respuesta. Acaba de firmar un acuerdo con ADVANTIA™ para imprimir 1 millón de árboles en 3D. «Procederemos a la instalación de estos nuevos arbustos a lo largo de la ciudad durante el año 2043 y 2044», declaraba Jose María Aznar III, «alcalde» de la ciudad, a El Mundo País. «Son fáciles de gestionar y baratos. Están hechos de un material acolchado incapaces de producir daño alguno a las personas que pasan por allí».
«El parque Repsol (anteriormente parque del Retiro) lucirá un nuevo aspecto más limpio y seguro para todos. Estas construcciones artificiales no suponen un paso atrás. Son un paso adelante en nuestra evolución como especie. Seguirá la estela de proyectos como la repoblación de palomas mediante impresión 3D que tan buenos resultados han dado. Ahora tenemos la ciudad llena de estos animales tan característicos de la urbe, pero sin tener que sufrir el efecto de sus excrementos. Pronto tendremos lo mismo con los árboles. Preciosos ejemplares que además suponen un ahorro de agua y gasto público considerable. Madrid y sus ciudadanos serán los grandes beneficiados».
Pero ni Aznar III se salvó de la ira de los arbustos. Unos días después perdió la vida mientras hacía ‘running’ por las calles desiertas de Sunset Park. La parte superior de un olmo cayó sobre él atravesando su corazón. Un escueto comunicado informó a todos de su muerte. En su honor se plantó un árbol impreso en 3D con vistas a la Plaza de Margaret Thatcher.
Madrid Iberdrola 2043

Foto portada: Konstantin Sutyagin / Shutterstock.com
Capítulo 1: Madrid no es ciudad para bancos
Capítulo 2: ¿Te comerías un bocata en esta plaza?

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