Cuatro o cinco años de carrera. Otros tantos de pringado llevando café y haciendo de piñata en tu primer trabajo. Llegan las primeras responsabilidades, los primeros triunfos y las primeras guerras por escalar. Tu carrera va viento en popa, tienes lo que hay que tener para llegar a lo más alto, y cuando estás a punto de hacerlo, cuando estás acariciando el triunfo, cuando casi puedes saborearlo… contratan a un rapero con pinta de marciano como director de innovación creativa.
En ese momento pueden pasar dos cosas. O replicas las escena de los 88 maníacos de Kill Bill en tu oficina o haces salto base desde la azotea del flamante edificio de Intel.
Esta historia, aunque parezca rocambolesca, es lo que Intel acaba de anunciar con uno de los componentes de los Black Eyed Peas, Will.i.am.
Debo decir que si Intel considera a este tipo parangón de la innovación, en pocos años nos vemos como en Mad Max…
Pero la cosa no acaba ahí. La gente de Polaroid ha hecho más o menos lo mismo con Lady GaGa.
Manda narices. Esto es como que Nike hubiese contratado de director de innovación al cantante de Boney M en los años 70… No se puede poner a un producto al frente de otro.