Un pincel manchado de azul cielo, una cerveza y un pulso de oro. Son las herramientas con las que un artista del estudio Farrewell, en Brooklyn, da vida a uno de los carteles de Miss Lily´s 7A.
Cuando este restaurante caribeño, que también tiene una estación de radio, abrió en 2014 su segundo establecimiento en Nueva York, su director creativo contactó con Farewell para que el estudio buscara la mejor forma de dar vida a la mítica esquina de la 7th & A, donde se ubicaría el nuevo local.
Los creativos de Farewell se basaron en las fachadas de bodegas que hace años llenaban Nueva York y en su amor por el lettering para idear una vistosa propuesta: decorarían cada rincón de la fachada de Miss Lily´s 7A con coloridos carteles hechos a mano.
Podría pensarse, al contemplar el resultado final, que se trata de un estudio caracterizado por una mirada nostálgica. Pero nada más lejos de la realidad. Según su director creativo Kevin Devine, adoran vivir en la era digital. “Lo genial de vivir en este tiempo es que podemos investigar al instante prácticamente toda la historia humana. Además, ¡hay tantas nuevas tecnologías (impresoras 3D, realidad aumentada…) que podemos usar para hacer florecer nuestras ideas!” El diseño inteligente de una camiseta puede inspirarlos tanto como el ala egipcia del Metropolitan. El caso es crear “trabajo culturalmente interesante”.
Incluso su obra más artesanal, la de empapelar Miss Lily´s con sus alegres y enérgicos carteles handmade, tuvo algo de digital en su proceso, sobre todo en la fase de planificación.
Después, “el equipo de pintores lo formó un puñado de buenos amigos y colaboradores trabajando alrededor del reloj”. La consecuencia inevitable de esto es que “muchas de las sesiones terminaron en borracheras y fiestas de pintura nocturna”.
“Dibujar es probablemente la forma más directa y personal que tienen los humanos de convertir sus ideas en arte”, opina Devine. Por eso casi todos sus proyectos comienzan con lápiz y papel. Después, solo desarrollan las piezas a mano cuando realmente procede. “El estilo y la ejecución son aspectos muy importantes a la hora de hacer un buen diseño, pero, al final, todo depende de la idea”.
Pintar a mano fue para ellos más un hobby que un servicio profesional. Otros clientes les han pedido señales pintadas pero, cuando conocen el proceso y el coste de ese trabajo totalmente artesanal y personalizado, “pocos quieren seguir con el proyecto… eligen que la señal se la haga una máquina”.
Miles de personas pasan cada día por la esquina 7th & A. Muchas pasan de largo a pesar del colorido hipnótico de la fachada. “La gente tiende a pasar por alto que todo lo tipográfico ha sido creado por alguien teniendo en cuenta la legibilidad, el estilo, la emoción, la comunicación de ideas…” Pero a ellos no les parece mal. Los fundadores de Farewell, que se conocieron por su interés mutuo por los graffitis tipográficos de grandes dimensiones, se conforman con regalar al mundo “diseños que apetezca mirar”.