Todos estamos a un sólo paso de una habitación con las paredes acolchadas. Lo que nos mantiene a este lado de la línea que separa una vida ordenada de otra en la que lo normal es arrancarse el cabello a tirones, son los marcadores fijos sitúan nuestras referencias. Sé que retrasando de manera circunstancial los vídeos del viernes al martes, alguno estará ya con embudo en la cabeza y cantando canciones de Dolly Parton con la mirada perdida pero, qué diantres, algunos de los prohombres que han ayudado a que la humanidad alcance el miserable estado en el que se encuentra estaban como maracas. Así que no sufran y disfruten de los vídeos, sea el día que sea.
A Steve Jobs hay que agradecerle muchas cosas como que haya puesto un flash a la cámara del iPhone varios años despés de crearlo o que nos haya sacado la pasta sin que nos doliese. Sin embargo, del lado de los reproches podríamos situar el ser el responsable directo de cosas como esta.
Ya está bien de manipulación. Estamos dejando a nuestros hijos en manos de unas personas que quieren educarlos a base de capítulos de Dora La Exploradora. ¿Y quién esta chica? Una señorita que deja a Chuck Norris como delicado experto en macramé. No hace mucho estaba dando de hostias a Minnie Mouse en la Puerta del Sol, en Madrid. Ahora, esto.
Hace una semana aún afirmaría que si la ciencia ha creado algo más alucinante que las botellas de Coca Cola rellenas de Mentos, yo me corto el brazo. En los tiempos que corren, una semana es mucho y la ciencia avanza que es una barbaridad. ¿Que no?
Si aún no han estado en Euskadi, no sabrán que lo que retrata el anuncio de Iberdrola que pueden ver a continuación no tiene ni un ápice de exageración. Son así. Lo juro.
Supongo que a estas alturas de la película, sabrán que el día que averigüemos como se dice «estar feliz» en islandés, cambiaremos el nombre de Yorokobu por esa palabra. ¿Que por qué? Por su capacidad para regenerar el sistema democrático y por cosas como esta.
Cada año, el tío Neil celebra un festival benéfico para recaudar fondos para Bridge School, un colegio que investiga tratamientos para la parálisis cerebral, afección que padecen dos de sus hijos. Este año, un a de las bandas invitadas ha sido Arcade Fire, que se han unido a Young para cantar la historia más bonita que se ha contado nunca acerca de un pueblo de North Ontario. Helpless.