Una de las quejas más recurrentes sobre las olimpiadas es el despilfarro de recursos que se emplean para organizarlas. Las ciudades se hipotecan de por vida para organizar un evento deportivo que dura 3 semanas y crean infraestructuras sobredimensionadas que encuentran poca utilidad al finalizar el evento. Atenas, sin ir más lejos, se gastó más de 8.000 millones de euros en organizarlas y hoy la mitad de los espacios construidos están en desuso. Sudáfrica también sufre un problema similar.
Los organizadores de las olimpiadas de Londres quieren intentar evitar caer en los errores del pasado y, para eso, han tomado una serie de medidas como, por ejemplo: Los partidos de baloncesto se jugarán en un estadio temporal con capacidad para 12.000 espectadores.
Una vez finalizados los juegos, “los asientos podrán ser destinados para otros eventos y hay posibilidades de que la estructura exterior sea utilizada para las olimpiadas en Río de Janeiro en 2016”, explica Johnathan Glancy, en un artículo en de The Guardian.
Esto no solo evita que Londres acabe con un estadio de baloncesto en desuso en una ciudad con poca afición por este deporte, también tiene el potencial de abaratar el coste de este tipo de eventos, según Glancy. “No es tan dificil imaginar futuras olimpiadas itinerantes organizadas en edificios temporales y reutilizables. No solo salvaría a las ciudades de deudas, también significaría que los juegos se podrían hacer en lugares con menos recursos. (…) ¿Podriamos llegar a ver olimpiadas móviles en ciudades como Addis Abeba, Dhaka o La Habana?”.
Los organizadores del mundial de Katar también apostarán por un modelo similar en 2022. Para un país con una población de 1,69 millones de personas, mantener los 9 estadios necesarios para hacer el torneo no tiene ninguna lógica una vez que acabe el torneo.
Como solución han diseñado un plan que añade gradas temporales a la mayor parte de los estadios que, posteriormente, serán donados a países subdesarrollados una vez que termine el torneo. Lo que queda son estadios más pequeños y con unas dimensiones más acordes a las necesidades del país.
Hacer estructuras temporales reutilizables para eventos deportivos no es nuevo, pero su uso generalizado puede ayudar a cambiar el concepto de las olimpiadas para evitar que estos eventos acaben dejando una montaña de deudas a futuras generaciones.