Diez pistas para transitar por una vida feliz

La felicidad es como el trasero. Todo el mundo piensa que puede alcanzar la suya propia pero, oye, cuesta llegar a ella con comodidad. Además, cada persona tiene su propio método para tratar de lograr el objetivo. Raquel Gañán y Ángel García han pensado que su decálogo para ser felices quedaría mucho mejor presentado en una animación y una infografía. La cosa pinta así.
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Esta evangelización de la felicidad en la que Gañán y García se han embarcado forma parte de una epifanía. Vivían en Barcelona y trabajaron durante ocho años para grandes empresas o marcas de ámbito internacional. «Tras tomar contacto con un tipo de vida más slow en uno de nuestros anteriores viajes, nos dimos cuenta de que queríamos dejar atrás los horarios, las prisas y el estrés”, explican.
Ángel García es ahora uno de los diseñadores que trabaja para Yorokobu. Es posible que la circunstancia tenga algo que ver en su nueva manera de ver el mundo. Queremos pensar que no porque eso convertiría a Yorokobu en una especie de secta del buenrrollismo y, claro, da un poco de mal rollo. Pero el caso es que sí, cambiaron al carril lento de la vida.
Hace un año comenzaron con One Day In, un sitio web en el que contaban su proyecto de dar la vuelta al mundo. «La idea era publicar diariamente una fotografía acompañada de un titular y un post, a modo de diario de viaje, donde reflejar lo que íbamos viendo y las reflexiones que íbamos haciendo durante un año, que era la duración inicial del viaje», explica Raquel.
Como las cosas no salen siempre como uno quiere, el proyecto se frustró en el día 176. «Me rompí el tobillo y como la recuperación era larga, dejamos el viaje en pausa y volvimos a España», sigue contando Raquel.
Y como cuando algo sale mal, lo mejor es avanzar con buena cara, la pausa se convirtió en la excusa perfecta para crear Slow Blog, un blog en el que cuentan su nueva visión de la vida, «un blog donde hablamos de filosofía de vida slow, pensamiento positivo, pautas y consejos para una vida más sencilla y feliz».
Así llegamos hasta este decálogo para ser feliz, que es tan útil o inútil como otro cualquiera pero que difícilmente estará mejor diseñado.