Orgullo hetero: «Ser un hetero aliado te va a convertir en alguien mucho más orgulloso»

29 de junio de 2020
29 de junio de 2020
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Siempre que llegan estas fechas la parte más rancia de la sociedad se pregunta, ¿por qué no hay un día del Orgullo hetero? Hasta ahora se podía replicar a este lamento de plañidera argumentando datos. Comentando que la homosexualidad es ilegal en 70 países, en 11 de ellos castigada con la muerte. Que solo en España se denuncian más de 50 agresiones al mes por homofobia, bifobia o transfobia. Que el colectivo LGTB se enfrenta diariamente a discriminaciones y microagresiones por ser quienes son. Minucias.

Pero este año, si alguien viene con la pregunta de marras, cualquiera le puede responder que ya tiene su día. Y que se calle. La campaña Orgullo hetero pretende resignificar una idea que se ha lanzado repetidamente contra el colectivo en los últimos años. «Es una forma de trolear este concepto, de hackearlo», explica Javier Vaquero, uno de los artífices. «Si buscas “Orgullo hetero” ahora mismo en Twitter tienes un feed que normalmente no tendrías».

Quien lo haga se va a encontrar con un montón de información. Con una interpelación directa para que cese en el discurso del odio y se convierta en aliado. Esa es precisamente la idea de la campaña. En lugar de concienciar a quien ya lo está, de fortalecer lazos existentes, la idea aquí es establecer nuevos vínculos. Crear un diálogo con quien se encuentra en los márgenes discursivos del movimiento LGTB. «Por eso la campaña es muy pedagógica. Está dirigida a gente hetero y tiene un glosario y un listado de referentes y personas a las que seguir en Twitter», comenta Vaquero.

La iniciativa se ha presentado ahora, pero lleva cocinándose meses. «Surge de un grupo de investigadoras digitales y expertas en comunicación que, en abril, compartimos la preocupación por el ascenso de discursos de odio y miedo y la necesidad de hacer algo», explica Vaquero. Ese algo cristalizó en Red Levadura, una plataforma con unos 400 miembros que se ha propuesto combatir el discurso del odio y las fake news. Su nombre es un guiño al que se convirtió en producto estrella de la cuarentena y da buena cuenta del factor clave que tiene el humor en sus acciones.

«Ser un hetero aliado te va a convertir en alguien mucho más orgulloso», dice Rocío Sáiz, una de las artífices de la campaña, en el vídeo de presentación. «Amplía tus referentes, educa en diversidad y no pases por alto los mensajes fóbicos», añade el activista Pepe Serrano. Todos los discursos, lanzados desde la ironía y el humor, abundan en esa idea; la de explicar que esta es una lucha por los derechos civiles y la igualdad. Que es responsabilidad de todos, no solo del colectivo LGTB. Y que la figura del hetero aliado es clave en este movimiento.

CÓMO SER UN HETERO ALIADO

La figura del aliado es compleja. Sobre ella reflexionó de forma brillante Iván Repila en su libro homónimo. No puede enarbolar la bandera en primer plano pero tampoco permanecer ajeno a las injusticias que presionan a minorías de las que no forma parte. No puede arrebatar el altavoz al marginado, pero debe unirse a sus gritos en segundo plano.

Todas las luchas por los derechos civiles, vengan estas del feminismo, del movimiento LGTB o de la lucha antirracista, necesitan interpelar al resto de la sociedad para convertirse en transversales. Tienen que concienciar a toda la población. Pero deben evitar que el foco se ponga en quienes siempre han estado sobre el escenario. En este complicado proceso muchas veces se pisan sensibilidades (o hipersensibilidades) ajenas. Quienes claman por un orgullo hetero son los mismos que se preguntan por qué no hay un día del hombre, o los que apuntan que el Black Lives Matters debería pasar a llamarse All Lives Matters. Quieren diluir la lucha por la discriminación de unas minorías haciéndola extensible a una gran y heterogénea mayoría.

Es fácil y comprensible que los movimientos por los derechos civiles ignoren o desprecien a esta parte de la población. Pero es mucho más interesante optar por la pedagogía, sino directamente con ellos con quienes pueden caer en su trampa discursiva. «Uno de los objetivos de Red Levadura es establecer vínculos comunicativos con gente que no esté tan definida políticamente», apunta Vaquero. «Hacer campañas que vayan dirigida a gente con la que normalmente no tendríamos contacto».

Así la campaña de Orgullo hetero viene a complementar las muchas otras que hay dirigidas al colectivo. Pretende sumar a más gente a la causa. Interceptar y sustituir el discurso del odio con humor e información. «Al final no estamos contra ellos, el heteropatriarcado es el sistema», apunta Vaquero. «Por eso me parece interesante apelar a los hombres en el 8M o a los heteros en el Orgullo». Los protagonistas ese día siguen siendo quienes están invisibilizados el resto del año, pero se pide al resto de la población que se sume a la protesta para que esta impregne todos los rincones de la sociedad. Para cambiar las cosas y dar a esta sociedad más motivos para el orgullo.

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Patrick Thomas

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