Palermo y la moda argentina

20 de diciembre de 2011
20 de diciembre de 2011
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Catalogué

Buenos Aires. Viernes 3 de diciembre de 2011, 17 horas.
-Catalogue, por favor.
-No queda- responde el quiosquero.
La frustrada compradora frunce el ceño.
-No lo entiendo, ¿ayer por la mañana no había llegado y ahora ya no queda?

Catalogué, revista catálogo que recoge en bazares y editoriales las prendas estrella de los diseñadores de moda argentinos- Paula Cahen D’anvers, Chocolate, Vitamina, Complot…- y de otros menos conocidos, se agota nada más salir a la venta.

En sus más de 300 páginas en papel fotográfico se contemplan ropa, bolsos, zapatos y otros complementos de las colecciones a la venta en los locales de los diseñadores, situados en su mayoría en Palermo Viejo.

Palermo

La ubicación en el tradicional barrio bonaerense no es casualidad: hace poco más de una década un grupo de jóvenes con ganas de hacerse notar en el panorama del diseño textil argentino se instalaron allí ante lo barato de los alquileres. A golpe de patrón y aguja forjaron una nueva identidad a esa parte del barrio (Palermo tiene el tamaño de una pequeña ciudad), convirtiéndolo en meca del diseño y la modernidad tanto para locales como para visitantes.

“Vivo en Palermo desde que había 5 o 6 locales. Todos eran diseñadores independientes, hablo de los años post crisis 2001. Y en cuestión de un año, año y medio, explotó. Primero con muchas marcas vanguardistas, luego fueron instalándose marcas masivas y así Palermo se convirtió en el destino obligado de compras: tiene tendencia, moda, vanguardia…», apunta Jimena Castillo, licenciada en publicidad que trabaja en marketing bancario y cuyo “hobbie es la moda”.

La directora de Harper’s Baazar Argentina, Ana Torrejón, compara el fenómeno a lo sucedido en otras ciudad donde ha residido, como Madrid y el caso de Chueca o París y Le Marais. “Los barrios se convierten poco a poco, forman parte de la vida y a veces se extrañan los pequeños mercadillos o los bares, pero se ponen concurridos y bonitos”.

Catalogué

Ante este fenómeno, Jimena Nahón decidió en 2006 fundar Catalogué. Las últimas páginas de cada ejemplar están destinadas a que los lectores apunten las prendas que más han gustado, la marca y el precio. “Hacé tus cuentas y decidí tus compras” (sic), reza el titular. Los precios de las prendas oscilan entre los 150 y los 700 pesos (al cambio, la relación es de 1euro -5.5 pesos).

Jimena Castillo es compradora habitual de la publicación, que tiene cuatro ediciones anuales, dos por temporada: “Catalogué publica prendas antes de que sean ‘moda’, de esas que podrás usar unas cuantas temporadas.  Además, no se queda sólo con marcas masivas, sino que publica marcas que están en pleno crecimiento.”

La Moda, en la universidad

El interés por el diseño en Argentina no es nuevo ni pasajero, y forma parte del programa educativo universitario. La Universidad de Palermo cuenta con la facultad de Diseño y Moda, en la que entre otras se imparte la carrera ‘Diseño textil e indumentaria’, y en la Escuela Argentina de Moda, en activo desde 1992, se pueden cursar diferentes carreras y cursos oficiales. “En realidad, la carrera de Diseño, indumentaria y diseño textil surgió en la Universidad de Buenos Aires en 1988 como un desprendimiento de arquitectura y urbanismo”, señala Ana Torrejón, que imparte clases en la Universidad de Palermo de imagen y estilo, y desarrolló un seminario de comunicación y moda junto a la directora general de Harpers Baazar, Claudia Pasquini. “La moda es un lenguaje que me interesa desde lo académico y desde lo profesional. Nuestros alumnos son argentinos y de otros países latinoamericanos y manejan un profundo interés”.

Poco conocida en España por diversos factores, entre los que Torrejón señala un mercado textil pequeño, sin volumen para exportar y la distancia geográfica, la moda argentina tiene su propia historia, con épocas de crisis y de esplendor, como el momento presente. La directora de Harper’s Baazar marca su inicio “en el año 2001 como una bisagra, el 2002 como el tiempo de los nuevos talentos y a partir del 2005 como el crecimiento económico sostenido del sector en lo que respecta a mercado interno”.

Castillo recuerda entre los primeros diseñadores que se instalaron en Palermo a Mariana Dappiano, Mishka, Pesqueira, Cora Groppo, María Cher (antes de convertirse en una marca masiva), Juana de Arco. Todos ellos tienen una característica común, no tienen miedo a apostar por el color y los estampados. Torrejón lo explica desde el punto de vista sociológico: “Argentina es un país abierto, donde ha habido vanguardias artísticas importantes y donde el psicoanálisis es de alcance popular. Es uno de los pocos países donde existe el matrimonio igualitario y hay una ley de identidad de género, comunica y se comunica, y se trabaja para que no existan prejuicios.”

Ruta por Palermo

Para comprobarlo, no hay nada mejor que dar una vuelta por las tiendas de Palermo viejo. Jimena Castillo recomienda dos completas rutas “Una: Desayunar en Mark’s, cruzar a Cora Groppo, darse una vuelta por Mishka, imperdibles las estampas de Pequeira, pasar por 9.25 y no perderse la ropa interior de Juana de Arco. Terminar almorzando en Bar 6. El mejor horario de Palermo es la mañana, definitivamente. Otra ruta: Desayunar en Mama Racha, pasar por Jazmin Chebar, Salsipuesdes para ver vestidos, visitar el local de Paula Cahen Danvers y el de Rapsodia. Pasear por el local de Nike y almorzar en Social Paraiso”.

Y desvela un secreto que todavía no reflejan las guías turísticas: la mayoría de las tiendas cuentan con su propio outlet a solo unas cuadras de la tienda original, en la calle Gurruchaga, en el barrio contiguo Villa Crespo.

 

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