El origen de los dichos: Pedir el oro y el moro

Pedir el oro y el moro

Esa es la sensaciรณn que tenemos muchos cuando escuchamos a la seรฑora Merkel y acรณlitos exigirnos mรกs reformas econรณmicas en nuestro paรญs. Porque si te piden el oro y el moro, te estรกn pidiendo algo exagerado, imposible de asumir.

O, como lo explica Josรฉ Marรญa Iribarren, pero en la versiรณn prometer el oro y el moro, ยซofrecer cantidades o ganancias considerables y, por lo comรบn, mรกs exageradas que positivasยป.

Empecemos por decir que son varias las expresiones que juegan con oro y con moro: pedir, prometer y querer son las mรกs conocidas. Y como ocurre con otros dichos, podemos encontrar dos teorรญas sobre su origen.

La mรกs resultona โ€“si me permitรญs la expresiรณnโ€“ es la que recurre a un hecho histรณrico. No hay nada como que nos cuenten historias, ยฟverdad? Serรก que algunos todavรญa llevamos un niรฑo dentro. Pero, al grano. Quiero decir, a la Historia.

Jerez, 1426. ร‰poca de la Reconquista. Varios caballeros jerezanos capturaron a unos cuantos moros importantes de la รฉpoca. Para unos, 40; para otros, alrededor de 50. Entre ellos, se encontraban el alcaide de Ronda, Abdalรก, y su sobrino Hamet.

[pullquote class=ยปrightยป]Si te piden el oro y el moro, te estรกn pidiendo algo imposible de asumir[/pullquote]

El tรญo consiguiรณ su liberaciรณn mediante el pago de un suculento rescate, pero al sobrino le tocรณ seguir chupando cautiverio porque no habรญa quien se lo pagara. El caso es que el hecho del secuestro llegรณ a oรญdos del rey Juan II de Castilla, quien exigiรณ a los caballeros jerezanos que liberaran a Hamet y al resto de prisioneros.

Pero los caballeros declinaron la oferta. Al contrario, lo que hicieron fue pedir que se les entregaran cien doblas de oro, que al cambio debรญa de ser un porrรณn de dinero, por los gastos de manutenciรณn y guarda del cautivo.

El rey se enfadรณ y exigiรณ que se trasladara a su corte a Hamet y a sus compaรฑeros. Evidentemente, la orden no gustรณ a los caballeros jerezanos y es de suponer que se produjera algรบn rifirrafe entre el monarca y sus sรบbditos. Y con seguridad, las palabras ยซoroยป y ยซmoroยป debieron aparecer en las conversaciones repetidas veces. No es de extraรฑar que el pueblo llano se quedara con la copla y fuera diciendo a los cuatro vientos que el rey querรญa el oro y el moro.

Hasta aquรญ, la explicaciรณn histรณrica. La segunda teorรญa, defendida por Iribarren, es que lo mรกs probable es que sea una fรณrmula de repeticiรณn ยซen la que entra la m como inicial de la segunda palabra, como ocurre en ares y mares, tus ni mus, troche y moche, orondo y morondo, sin chistar ni mistar, etc.ยป.

Elegid vosotros con cuรกl os quedรกis. Yo, como ferviente seguidora de los cuentos que contaba mi abuela frente al fuego, lo tengo claro.

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#142 Primavera / spring in the city

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Patrick Thomas

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