ยฟEn quรฉ se distingue un โ€˜pedo de provinciasโ€™ de un โ€˜pedo de actrizโ€™?

Tirarse pedos es un arte y, por lo tanto, algo รบtil en la vida
Pierre-Thomas-Nicholas Hurtaut
 

ยซEs vergonzoso, lector, que a pesar del tiempo que llevรกis peyรฉndoos no sepรกis todavรญa cรณmo lo hacรฉis y cรณmo deberรญais hacerlo. Es cosa habitual imaginar que los pedos solo difieren del pequeรฑo al grande y que, en el fondo, todos son de la misma especie: craso error (โ€ฆ)ยป.
ยซPeerse es un arte y, en consecuencia, algo รบtil en la vida, tal como seรฑalaron Luciano, Hermรณgenes, Quintiliano y tantos otros. Peerse oportunamente es sin duda mucho mรกs importante de lo que se suele creer.

El pedo que esfuerzo vano en su salida ha engendrado
y su furia a los costados desgarrados trasladado,
la muerte causa en su mayorรญa.
Con mortal estreรฑimiento en su frontera sombrรญa,
el pedo tirado a tiempo, salvar la vida podrรญa.

Por รบltimo, puede peerse con norma y con gusto, tal como les harรฉ apreciar a lo largo de esta obraยป.
Empieza asรญ el escritor francรฉs Pierre-Thomas-Nicolas Hurtaut su tratado sobre El arte de tirarse pedos. La obra apareciรณ en 1751 bajo seudรณnimo y en aquella ocasiรณn tuvo esta imagen como portada.
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La editorial Pepitas de calabaza lo rescatรณ del olvido y en 2009 la publicรณ con ilustraciones de Josรฉ Marรญa Lema. El arte de peerse no ha perdido su vigencia. Tanto es asรญ que muy pronto aparecerรก la tercera ediciรณn y, ademรกs, se publicarรก en catalรกn. Vuelve el tratado de ese ยซdandismo del aire y del sonido, fusiรณn del hombre con las fuerzas de la naturaleza, con las tormentas, los truenos y los vendavalesยป, como describe Antรณn Ventolรญn el arte de tirarse pedos en el prรณlogo de la obra.
Para Hurtaut, ยซel pedo es un acto de afirmaciรณn existencial solo al alcance de aquellos que han conquistado su libertad mรกs allรก de los prejuicios socialesยป, recuerda el prรณlogo. Y a partir de este tratado, ยซa los hombres y mujeres habrรญa que medirlos tambiรฉn por su capacidad para usar sus pedos como arma socialยป.
Es ahรญ, en sociedad, ยซdonde el pedo puede tener sus mejores desarrollos, ya sea para iniciar una conversaciรณn, para hacer callar a un contertulio fatigoso o como salida triunfal en una disputa dialรฉcticaยป.
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Hurtaut define el pedo como ยซun compuesto de ventosidades que salen despedidas tanto con ruido como sin รฉlยป. Pero entonces, allรก por los inicios de la ilustraciรณn, no todos pensaban igual. Habรญa autores que, basados en los versos de Horacio, desdeรฑaban los oreos silenciosos.
El ยซpoeta de los vientosยป, como lo denomina Ventolรญn, continรบa su tratado hablando de la โ€˜formaciรณn del pedoโ€™, la โ€˜diferencia entre el pedo y el eructoโ€™, de las โ€˜desgracias y accidentes causados por los pedos diptongosโ€™, de โ€˜remedios para provocar pedosโ€™ o sus โ€˜efectos perniciososโ€™.
El autor hace una clasificaciรณn de los pedos mรกs comunes en funciรณn de las memorias que le van enviando personas procedentes de varios lugares del mundo. Y de ahรญ establece que hay pedos de seรฑorita, pedos mudos, pedos involuntarios, pedos laicos, pedos de alfarero, pedos de vieja, pedos de maestro de esgrima, pedos de jovencitas, pedos domรฉsticosโ€ฆ
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De los pedos de provincias dice que ยซno son tan falsos como los de Parรญs, donde todo se refina. No se sueltan con tanto alarde, sino que son naturales y tienen un cierto regusto salino, parecido al de las ostras verdes. Abren agradablemente el apetitoยป.
Los pedos de casadas ยซsolo tienen gusto para los amantes. Los maridos normalmente no les hacen mucho casoยป, escribiรณ Hartaur, autor tambiรฉn del Ensayo de medicina sobre el flujo menstrual, segรบn la entrada con su nombre en Wikipedia.
Los pedos de campesinos tienen mala reputaciรณn. Sin embargo, ยซson hermosos y estรกn bien confeccionados. A pesar de estar condimentados a la aldeana, mantienen el buen gusto y se asegura a los viajeros que es un verdadero bocado para ellos y que podrรกn tragarlos con plena seguridad, como cerezasยป.
El pedo de burguรฉs ยซtienen un buen tufillo, ya que estรก bien cebado y debidamente aderezado, con el que uno se puede contentar a falta de otroยป.
Entre los cornudos hay dos tipos. Pueden ser ยซdulces, afables y suavesยป. Esto ocurre si el cornudo es voluntario. Pero si no es asรญ, sus pedos se vuelven ยซbruscos, irracionales y furiososยป. Es preciso estar en guardia, advierte Hurtaut, pues al salir ยซparecen un caracol que lo primero que saca de su cรกscara son los cuernosยป.
Y podrรญa ocurrir que un dรญa clamara el cielo. O quizรก eso pareciera pero, en realidad, no fuese asรญ. Podrรญa tratarse del ยซgran pedo-petardo o vocal plenoยป. Ese que ยซse manifiesta con gran estruendo, tanto por el calibre, que es amplio y espacioso (como el de los campesinos), como en relaciรณn con la gran multitud de ventosidades que se producen, la gran cantidad de alimentos flatulentos o la debilidad del calor natural del ventrรญculo y los intestinosยป.
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