Madrid no es de nadie. O, al menos, es una ciudad tan trufada de variedad migrante que cada habitante de la misma podría ofrecer su visión y todas ellas serían diferentes y complementarias a la vez.
Lo que está por venir a comienzos del mes de octubre es precisamente eso: análisis, historia, método y futuro de Madrid. La Semana de la Arquitectura COAM 2015 tratará de dibujar un masivo retrato de Madrid en torno a su arquitectura, patrimonio, vivienda, sostenibilidad e impacto turístico.
En esos 11 días —del 1 al 11 de octubre— de actividades, se incrusta la propuesta analítica de Pedro Pitarch, un arquitecto de 25 años con el suficiente arrojo como para trata de proponer una redefinición de cómo se han de analizar y presentar las ciudades del nuevo milenio. Pitarch sostiene que los proyectos urbanísticos deben contemplar también los elementos y los fenómenos que no son meramente arquitectónicos pero que contribuyen a definir el ADN de un espacio urbano.
Su proyecto, que se denomina Archipiélago Lab, será uno de los que forme parte de Architectus Omnibus?, una gran exposición que apuesta por la experimentación, el empoderamiento ciudadano y una decidida mirada a la dimensión más amplia de la arquitectura.
Pedro Pitarch, que era músico antes de acabar enrolado en una trayectoria de arquitecto extremadamente precoz, afirma que su visión de la arquitectura no se centra en la visión más nuclear y tradicional de la misma sino en lo que él denomina «las periferias».Eso, traducido a un escenario como Madrid, asemeja mucho más su rol de arquitecto en la ciudad contemporánea al de un productor musical o un editor de prensa, que han de «gestionar una serie de elementos para configurar un proyecto que explique lo que les rodea», explica el arquitecto. «En la arquitectura, no toda la realidad es obra construida».
[pullquote class=»left»]«No importa tanto la propiedad sino más el uso y el acceso a los espacios»[/pullquote]
Archipiélago Lab es el Madrid de Pitarch, un «proyecto urbano que tiene la intención de definir un modelo proyectivo para la ciudad contemporánea». La propuesta analiza las condiciones de la propia ciudad e incorpora situaciones que, según el arquitecto, «generan ciudad y sociedad pero que no estaban concebidas dentro de la práctica profesional del urbanismo». Su propuesta extrae elementos que contribuyen a generar el Madrid que conocemos y los representa como islas en un océano urbano.
«He concebido el proyecto como un manifiesto en el que las tipologías de este archipiélago se representan mediante un documento tradicional, como plantas, alzados, secciones o planos de detalles». Pitarch quiere analizar la ciudad a través de sus partes, de fragmentos que «son prototipos de la ciudad en la ciudad y se identifican como laboratorios, como modelos urbanos».
Pedro Pitarch explica la relación entre el ciudadano de Madrid (o de otra capital europea) y su continente trazando un paralelismo con algo tan cotidiano como el consumo de música. Hace 20 años, la apropiación de algo así se realizaba a través de la compra de material. Ahora, ni siquiera es necesario. Uno tiene su disposición un ingente catálogo en streaming, haciendo uso de él sin necesidad de tenerlo en propiedad.
Para el arquitecto, la realidad urbana se asemeja a eso. «La diferenciación entre lo privado y lo público no tienen tanto que ver con un régimen de la propiedad sino con el régimen de acceso y uso. La concepción de la ciudad ahora tiene que ver con ese cambio de percepción», asevera.
El arquitecto admite que le llaman la atención manifestaciones humanas masivas como los grandes festivales de música o las aglomeraciones como las Jornadas Mundiales de la Juventud. «Son eventos pop-up, que parecen y desaparecen, y que tienen un gran peso económico, presupuestos equiparables a piezas significativas y un poder de atracción y convocatoria mucho mayor que éstas».
Ese tipo de eventos o elementos que no son estrictamente arquitectónicos y cuya duración es efímera merecen, a su juicio, ser analizados como urbanismo ya que generan sociedad y construyen ciudad. «Todo ese material contribuye a generar un masterplan que sirve como modelo para explicar las ciudades contemporáneas en este escenario de crisis», argumenta Pitarch.
Las ciudades son entes cuya naturaleza tiene muy poco que ver con la que ayudó a definir cómo se entiende el urbanismo contemporáneo. Por eso, Pitarch exige que el análisis de las ciudades no parta de la geometría y de la traza urbana sino de «una serie de relaciones entre diferentes agentes como la sociología o la economía y que no son localizables en una lugar concreto».
Esta es la visión de Pedro Pitarch de cómo se han de leer las ciudades en el siglo XXI. Architectus Omnibus?, la exposición que le dará espacio a partir del 7 de octubre en las Arquerías de Nuevos Ministerios, en Madrid, se completa con otros nueve proyectos que puedes descubrir en este enlace.
La Semana de la Arquitectura COAM 2015 tiene a Berlín como ciudad invitada y viene cargada de actividades que configuran un programa en el que las conferencias, los talleres, las exposiciones y los coloquios explorarán el trayecto que ha emprendido el urbanismo, especialmente en las capitales de España y Alemania. Puedes consultar el programa completo aquí.
Madrid no tiene playa pero sí está formada por islas
