El videocreador Roman Holiday recopila planos de pelรญculas donde los personajes vuelcan las mesas con todo lo que hay encima.
El montaje de Roman Holiday recoge momentos grabados en la memoria del pรบblico. Villanos atacados por la ira, hรฉroes frustrados, hรฉroes impotentes, mujeres hartas de todoโฆ
Aparecen los violentos chicos de La naranja mecรกnica desordenando la casa chic del matrimonio al que atacan con violencia. Aquรญ, volcar la mesa es mรกs que volcar la mesa: es un ataque visceral a la sociedad que vive en el orden y no el caos.
Cuando el tranquilo y parlanchรญn pistolero Samuel L. Jackson vuelca la mesa en Pulp Fiction sabemos que se acabaron las tonterรญas. Lo sabemos incluso la primera vez que vemos la pelรญcula de Tarantino.
Cuando Orson Welles/Charles Foster Kane vuelca la pequeรฑa mesa de miles de dรณlares muestra su impotencia a pesar de ser un tipo tan poderoso que pone y quita presidentes.
Rara es la versiรณn cinematogrรกfica sobre Jesรบs que no lo muestra tirando las mesas de los que hacen negocio con la religiรณn. Por esto Roman Holiday escoge planos de cuatro pelรญculas sobre Jesรบs: Rey de Reyes (1927), Jesucristo Superstar (1973), Jesรบs (1999) y Jesรบs de Montreal (1989). La escena es llamativa: Jesรบs actรบa como un hombre pacรญfico hasta que ve a los mercaderes.
El pretendiente de โKate Winslet en Titanic vuelca la mesa con gran violencia. Una escena rara en las pelรญculas sobre la alta sociedad de otros tiempos. Por eso funciona: no esperamos que un tipo refinado vuelque una mesa.
Violentรญsimo momento en el Robert de Niro/Jake la Motta vuelca la mesa en Toro salvaje. Recordemos que Jake quiere un filete ยซen su puntoยป y lo quiere ya. Cuando la esposa se lo sirve de malos humos, Jake vuelca la mesa. Demuestra que Jake es un tipo con baja tolerancia a la frustraciรณn y que esta deriva en una violencia difรญcil de controlar.
En la recopilaciรณn estรก el capitรกn Garfio de Disney volcando una mesa. En las pelรญculas para niรฑos solo los malos vuelcan las mesas. Las productoras de animaciรณn para niรฑos no quieren que los padres se quejen porque la princesa o el animalito de turno vuelca la mesa y da mal ejemplo.
Mesas que unos vuelcan para desahogarse; otros, para hacer borrรณn y cuenta nueva; otros, porque son incapaces de usar las palabras; otros, para amedrentarโฆ Aterrador y a la vez liberador, segรบn el lado de la mesa en el que se estรฉ. Pocas veces un objeto tan cotidiano ofrece tanta informaciรณn cuando estรก del revรฉs. Cuando un personaje vuelca una mesa todo lo que vendrรก despuรฉs serรก distinto.
