Nunca pensé que alguien pudiese convertir el canto de un pajarito en un sonido atronador. Y acaba de empezar. Twitter es la reina de las redes sociales. Por su simplicidad. La misma simplicidad que ha convertido al iPhone en el rey de los teléfonos móviles.
(Opinión)
“Ahora que teníamos a nuestros clientes aborregados con los 906 y 902, sin saber si pagan todo, nada o parte de la llamada”, piensan las compañías de toda la vida. Ya dominados y relajaditos con sus quejas a través del teléfono, van y crean este invento infernal y le ponen de logo un pajarito como si fuese algo inocente, inocuo.
“¿Y quién va a tratar de gestionar al pajarito?”, piensan las compañías de toda la vida, conscientes de que la cosa esa de tratar a los clientes ha estado en manos de las personas menos cualificadas y/o externas, siempre que resultara más barato. Pues los mismos, o en su defecto algún jovenzuelo de los que se acaban de incorporar. Total…
No fiches a ningún directivo que no utilice Twitter, sería como dejar las llaves de tu coche a un marciano. No hay como usar las cosas para saber de sus posibilidades y consecuencias. Si quieres que tu compañía siga viva dentro de diez años, asegúrate que tu equipo de dirección sabe de esto. No enjaules al pajarito o te encontrarás a un dragón cuando vuelvas a visitar la jaula.
Las grandes, las de toda la vida (finita) han pensado: “Esto está ‘chupao’. Al que se queje en el Twitter este, le pedimos que lo haga en privado. No vaya a ser que se enteren los otros clientes de lo poco que nos importan, estos y todos. Cuando los incautos hayan picado el anzuelo, les mandamos otro mensaje. También por privado, privadísimo, y les decimos que llamen al teléfono de atención al cliente. El de toda la vida. Y así hemos salvado nuestra reputación digital. Voilà”.
Y se quedan tan anchos. ¿Te ha parecido divertido? ¿Quieres hacer la prueba de cómo te llaman tonto sin despeinarse? Prueba tú mismo aquí @endesaclientes
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Sixto Arias es director general de Mobext
Foto: Dûrzan cîrano bajo licencia CC.
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