Pintxos de tres metros de alto

Ositos de peluche gigantes, pintalabios para la mujer de 50 pies y trozos de tarta del tamaรฑo de un minipiso. La desmesura del artista pop Oldenburg no podรญa encontrar mejor emplazamiento que Bilbao. El mismo centro, concretamente.

El Museo Guggenheim de Bilbao cumple 15 aรฑos y su entrada sigue flanqueada por Puppy, el terrier de Jeff Koons de 12 metros de altura y corazรณn vegetal. Al otro lado se levanta la araรฑa gigante Mamรก, de Louise Bourgeoise, no apta para aracnofรณbicos, por no hablar del recinto mismo, al que los parroquianos mรกs viejos del lugar llamaban โ€œla lata de espรกrragosโ€ (con 24.000 metro cuadros, no veas la de hortalizas que caben dentro). Asรญ, que, de alguna manera, Oldenburg estaba predestinado a encontrarse con la capital vizcaรญna y unos habitantes que siempre han tenido fama de superlativos.

ยฟY quiรฉn es รฉl?

Al lado de una de sus obras mรกs famosas, Tarta de suelo (1962) nos encontramos a Claes Oldenburg (Estocolmo, 1923), un seรฑor que a sus 83 aรฑos todavรญa tiene unos andares de lo mรกs toreros: prestancia, porte y mucho sentido del humor. La exposiciรณn, centrada en los aรฑos 60 (porque una antolรณgica de este hombre se antoja tarea titรกnica), se abre con sus trabajos de inspiraciรณn grafitera, dรฉcadas antes de que a Basquiat o Haring les diera por ahรญ y las librerรญas se llenaran de libros a todo color sobre el streetart.

Llegamos a la cocina: decenas de reproducciones en plรกstico, cerรกmica o escayola, que vendรญa a clientes como Andy Warhol en โ€œLa tiendaโ€, su local del Lower East Side. Con lo que sacaba, se montaba unas perfomances que rรญase usted de la marcha bilbaรญna y su txikiteo por las cรฉlebres Siete calles: corrรญa el alcohol (dice Oldenburg que a รฉl el LSD nunca le hizo tilรญn) y el verano del amor se adelantaba varias estaciones.

 

El humor sale a la calle

Llena la panza, Oldenburg decidiรณ investigar con las cosas de casa, esas que todos tenemos pero en las que nunca reparamos. Para que las valorรกramos como se merecen, les dio un tamaรฑo, digamos, bilbaรญno: enchufes gigantes, telรฉfonos gigantes, ceniceros que no tendrรญa que vaciar Josรฉ Luรญs Garci en un aรฑoโ€ฆ Todo a lo grande, produciendo una extraรฑa sensaciรณn de pesadilla surrealista pasada por el tamiz de lo cรณmico. Pero su burla no se iba a quedar ahรญ: en nada empezรณ a proyectar ositos de peluche descomunales para instalar en Central Park, un poco a lo el Hombre de Malvavisco de Los Cazafantasmas. Tambiรฉn hubo un monumento al cigarrillo (mi preferido) y un tanque-pintalabios que, polรฉmica mediante, acabรณ de situar a Oldenbug como un nombre fundamental de la escultura moderna.

El proyecto se lo pidiรณ la Universidad de Yale, como homenaje a los sindicatos estudiantiles. Era 1969, la Guerra se recrudecรญa en Vietnam, las mujeres no llevaban sujetador y el feminismo tomaba carta de asignatura acadรฉmica. Todo eso esta reflejado en la escultura: la guerra, con el tanque que le sirve de base; el papel creciente de la mujer (que hasta ese aรฑo no fueron admitidas en Yale), en el pintalabios; la lucha por los derechos civiles y el pacifismo, en la funciรณn que tenรญa como plataforma de protesta la parte superior del tanqueโ€ฆ y huelga decir que el tamaรฑo del mismo (7,5 metros de altura) de un objeto cotidiano era el toque Oldenburg. Ante objetos tan desaforados, tan fuera de lugar y de tamaรฑo, solo cabe una conclusiรณn: no hay nada mรกs grande que el sentido del humor.

La guinda al 15 aniversario la pone la exposiciรณn Egon Schiele. Las obras del Albertina Museum vienรฉs reflejan una visiรณn mรกs dolorosa de la existencia. Schiele (1890-1918), de vida tan breve como intensa, discรญpulo de Klimt, apasionado del freudismo y del teosofismo, reflejรณ la intimidad del cuerpo desnudo, ya sean de mujeres o de niรฑos, de una manera inquietante e inmediatamente reconocible.

Claes Oldenburg: los aรฑos sesenta. Hasta el 17 de febrero en el Museo Guggenheim (Bilbao).

โ€”

Nota: El Museo Guggenheim corriรณ con los gastos de transporte y alojamiento.

รšltimo nรบmero ya disponible

#142 Primavera / spring in the city

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Patrick Thomas

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