DF, la pista de baile más grande del mundo

A Gabriella Gómez-Mont, una artista visual mexicana, se le ocurrió que la Ciudad de México debía convertirse en la pista de baile más grande del mundo. No por una cuestión cultural, sino por salud. México es actualmente el país con mayor obesidad del mundo, un 32,7% de la población, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Desde el año pasado, los gobiernos han unido fuerzas para combatir el mundo de las grasas: se impusieron fuertes impuestos a las marcas de refrescos, se han hecho campañas para luchar contra la diabetes, se recomienda a los restaurantes no poner sal ni azúcar en las mesas. Pero a Gómez-Mont, directora del Laboratorio para la Ciudad, un organismo que trabaja aportando soluciones creativas al gobierno del Distrito Federal para los principales problemas de la ciudad, se le ocurrió que la mejor forma de combatir la obesidad era bailando.

Esta artista trabaja en una plataforma online llamada ‘La pista de baile más grande del mundo’, que pronto verá la luz, con la que pretende que personas de toda la metrópoli comiencen batallas de baile en espacios públicos y los suban a la web. Los mejores ganarán distintos tipos de premios. La idea es generar una fiebre de baile de todo tipo: salsa, cumbia, danzón, rockabilly, breakdance. Todo el DF tiene que bailar.

«Hay dos narrativas del DF. Por un lado, somos una ciudad de obesos con un problema de salud gravísimo que puede inundar el sistema de salud en unas décadas. Por otro, somos una ciudad dinámica, vital y enamorada del baile. Lo que queremos es juntar estas dos narrativas para encontrar una solución a un problema de salud», afirma Gómez-Mont.

Por este proyecto fue ganadora del premio anual que ofrece TED a alguna persona excepcional que quiera cambiar el mundo. La plataforma durará seis meses. Empieza con varios eventos de música en distintos puntos de la ciudad para convocar a todo tipo de ciudadanos a participar y a la vez descubrir que se baila en cada barrio de una ciudad con 21 millones de habitantes, donde algunos apuestan por el reggaeton y donde otros acostumbran desde hace años bailar danzón en las plazas públicas.

«La obesidad es un problema de cultura, no es tanto hereditario sino de estilo de vida, que es la cultura de la alimentación y demás», dice la directora de Laboratorio de las Ideas. De hecho, México es el principal consumidor de refrescos y bebidas azucaradas, un promedio de 163 litros al año por persona, según estudios de Oxfam.

Los especialistas explican que México ha llegado a convertirse en país con mayor obesidad del mundo, por encima de Estados Unidos, debido al consumo de alimentos con alta concentración calórica, que son baratos, además de la poca actividad física y la inseguridad para desarrollar deporte en espacios públicos. Gómez Mont quiere encontrar una solución a través de mecanismos culturales y artísticos que ayuden además a descubrir la identidad de la ciudad a través del baile.

El Laboratorio de las Ideas, un grupo multidisciplinar de 15 personas incluidos artistas, sociólogos, arquitectos y psicólogos, es un think-tank creativo para solucionar grandes problemas. Además de este proyecto contra la obesidad, el laboratorio trabaja en otras propuestas como Ciudad peatón, un proyecto para disminuir el uso del automóvil y concretizar a la población sobre el uso del espacio público, y en otras como Innovación Cívica, una plataforma para que la sociedad civil participe de manera interactiva en la toma de soluciones sobre la ciudad.

La pista de baile más grande del mundo incluirá interacciones con profesionales, ciclos de cine sobre danza en espacios públicos y salones de baile y una campaña sobre la historia de los distintos tipos de baile en la ciudad.

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Patrick Thomas

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