La poesía sale del underground en San Isidro

Una persona se acerca a un poeta que aguarda con su máquina de escribir y le pregunta: ¿cómo funciona esto? Tú me das el tema y yo escribo el poema, contesta el poeta saboreando la incertidumbre segundos antes de conocerse esa dirección temática que guiará su universo creativo. El poeta conectando con el transeúnte ya transformado en actor performativo de un baile donde no solo suenan las palabras, sino también algo más.

Ese algo más que se apodera del slammer cuando sube al escenario y se olvida de los tres minutos con los que cuenta para convencer al público de que merece pasar a la siguiente ronda. Ese algo más crujiendo en la atmósfera eléctrica de los micros abiertos cuando alguien toma la palabra y todavía no se sabe poeta, y le tiemblan los adentros, pero ahí está con una necesidad a la par obscena y admirable por desnudarse. La poesía debe arriesgar y eso implica deshacerse de toda aspiración de control.

Esta foto es en el Rastro de Madrid. No encontré ninguna en la Plaza Mayor.

Intervención poética colectiva organizada por Momento Verso en el Patio de la Cebada para recaudar fondos para la ONG Living Meki. Foto de Javier Jimeno.
Intervención poética colectiva organizada por Momento Verso en el Patio de la Cebada para recaudar fondos para la ONG Living Meki. Foto de Javier Jimeno.

Durante la tarde del domingo 15 de mayo ya no será uno sólo, sino 25 los y las poetas que pasarán por las 10 máquinas de escribir con las que contará la intervención callejera Momento Verso en la Plaza Conde de Barajas. Una lluvia de teclas al servicio de las personas que quieran acercarse y pedir un poema original, personal e instantáneo. O quizás que opten por sentarse a improvisar o a improvisarse en una de las máquinas que quedará libre permanentemente para que cualquiera pueda participar de ese, ahora ya sí, tú nos das el tema y nosotros escribimos el poema.

Esta intervención la organiza el grupo poético homónimo y forma parte del programa cultural de las Fiestas de San Isidro de Madrid. Según María Helena del Pino, poeta mecanógrafa empedernida, va a ser una gran oportunidad para generar colectivamente una experiencia muy potente. «La esencia va a ser la misma, el poder intercambiar ese algo… esa conexión con la persona que pide el poema. Sin embargo, el hecho de estar arropada por otros poetas va a hacer de ello algo muy especial», reconoce. «Normalmente, la calle me da más respeto, más miedo».

Para las fiestas de este año, el Ayuntamiento también ha apostado de forma pionera por otras dos vanguardias líricas de la escena madrileña, el Poetry Slam, que tendrá lugar el sábado 14, y el recital y micro abierto Poesía o Barbarie, el lunes 16.

Luis Lambas, presentador de la Poetry Slam Madrid y primo pequeño de El Gran Lebowski. Foto de Paula Diaz
Luis Lambas, presentador de la Poetry Slam Madrid y primo menor de El Gran Lebowski. Foto de Paula Diaz

El Poetry Slam es una competición de poesía escénica que se celebra en la sala El Intruso una vez al mes y donde 12 contendientes disponen de tres minutos para cautivar al público con la palabra. Una vez que el slammer termina su intervención, el público vota del 1 al 10 en cinco pizarras. Los tres más votados pasan a la ronda final. Este formato nació en Chicago hace más de 30 años con el propósito de acercar la poesía a la gente y rápidamente se extendió a otros lugares como Alemania o Reino Unido. En Madrid ha sido la asociación cultural sin ánimo de lucro Poetry Slam Madrid la que desde hace siete años lo ha hecho crecer hasta consolidarlo como uno de los mejores espectáculos de spoken word del país.

Por otro lado, Poesía o Barbarie es probablemente el recital poético de referencia en Madrid en la actualidad. Este evento que se celebra también una vez al mes en el Teatro del Barrio de Lavapiés comenzó su andadura hace dos años y, tras 23 ediciones, puede presumir de haber contado con más de 200 artistas y miles de espectadores. Como es habitual, el próximo lunes también proporcionará un espacio de micro abierto para los asistentes que quieran compartir sus textos.

Según sus organizadores, el colectivo Másquepalabras, «ya era hora de que proyectos que nacen de los tejidos culturales de los barrios y que crecen de manera independiente por su calidad artística recibieran el apoyo, el reconocimiento y la valoración de las instituciones públicas. Es de agradecer que el Ayuntamiento empiece a hacerlo».

Cristina Mirinda participando en una edición de Poesía o Barbarie. Foto de Dopamine Studio
Cristina Mirinda participando en una edición de Poesía o Barbarie. Foto de Dopamine Studio

La poesía no sólo debe modificar los usos del espacio público, sino los de la propia poesía. Sin embargo esto no tiene por qué hacerla inaccesible. De hecho, este San Isidro la poesía underground, además de tomar la calle, tiende una mano al transeúnte. Sus formatos ya evidencian este acercamiento: Momento Verso es on demand sobre un tema, en Poetry Slam el público es el que manda y Poesía o Barbarie, siguiendo el ejemplo de muchas otras históricas jams madrileñas, invita a los asistentes a su micro abierto.

Este acercamiento no es otra cosa que la poesía tratando de afianzarse en otros entornos más allá de las almenaras intelectuales clásicas y los libros de texto decimonónicos. La poesía está de moda y, por el otro costado, el público encoge cada vez más la ilusión que le separa del artista, un público cada vez más propenso no sólo a disfrutar poesía, sino a ser partícipe de ella e incluso a generarla.

Tomar la calle no necesariamente significa conquistarla, vale con provocar pequeñas irrupciones en los hábitos para que allí se alojen las pequeñas conquistas.

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