Hay algo en la ilustración que David Sierra ha hecho para la portada de Yorokobu que sabe a verano de los de antes, de cuando familias enteras viajaban en un seiscientos hasta el Mediterráneo en busca de sol, calor y playa. Ese mismo sabor desprende también la contraportada, realizada con la colaboración de Estrella Damm y que firma el mismo ilustrador.
Con el mar en la cabeza, Sierra ha recurrido a un lettering con sabor a postal añeja que tanto le gusta, a esas postales coloridas donde el nombre de la ciudad representada brillaba igual que el sol que reflejaban las imágenes.. «Me encanta la tipografía ilustrada y tiré por ahí».
Aquí tienes el making of (¿te suena la música?):
El mar que dibuja este ilustrador gallego es intensamente azul y limpio. La sostenibilidad, la ecología, están presentes en su representación del entorno marino; de hecho, Sierra fue una de las muchísimas personas que pelearon contra el chapapote tras la tragedia del Prestige para devolver al océano la vida que el petróleo amenazaba con quitarle.
Por eso cree que hay que proteger los mares y sus entornos, sus costas, sus fondos. Porque el mar, y el Mediterráneo en especial, es energía limpia, es pura vida, a pesar de lo calmado de sus aguas. Por eso ha dibujado esas olas de espuma blanca, la representación de la fuerza y de las ganas de vivir.
Para el ilustrador, el Mediterráneo sabe a verano. De ahí el luminoso sol que luce en la contraportada, junto a otros iconos mediterráneos por naturaleza como las noches mágicas, los faros desde los que contemplar el ocaso, una naturaleza endémica que se revuelve contra la sobreexplotación de recursos, y el sabor de unas cervezas Estrella Damm frente al mar.