A Warhol le gustaban las cosas aburridas, por eso hacía pósteres

La muestra 'Andy Warhol. Posters' exhibe una selección de sus famosos carteles y pósteres en la Fundación Canal de Madrid
posters de Andy Warhol

En 1962, el vuelo 007 de Air France que volvía de Atlanta con un grupo de pasajeros que pertenecían a la Atlanta Art Association y que regresaban de un tour de un mes por Europa visitando tesoros artísticos se estrelló causando la muerte de 129 pasajeros. Andy Warhol leyó la noticia del peor accidente aéreo hasta la fecha en el New York Times y quedó impresionado por la fotografía que ilustraba el accidente.

El artista, que ya se había labrado una carrera como ilustrador publicitario, tomó aquella fotografía como base y la recreó en un acrílico con el titular 129 die in jet. Había nacido su primera obra seriada, la que daría paso a una de las facetas más conocidas y reconocidas del icono del por-art, en la que pone de manifiesto que la imagen pasa a ser un producto más que puede ser domesticado y asimilado para su consumo en masa.

A una parte de esa obra seriada, la que se recogió en pósteres y carteles de todo tipo, está dedicada la exposición Andy Warhol. Posters que se podrá visitar en la Fundación Canal de Madrid hasta el 4 de mayo. La muestra, comisariada por Jürgen Döring, del Museum für Kunst und Gewerbe (MK&G) de Hamburgo (Alemania), exhibe 134 piezas que abarcan desde 1962 hasta el final de la carrera de Warhol: desde las primeras invitaciones plegadas o mailers que enviaba al galerista Leo Castelli, hasta anuncios publicitarios, retratos, autorretratos, portadas de revista y carátulas de discos.

posters de Andy Warhol
Autorretrato. Exposición en el Museo de Arte del Williams College, Williamstown, Massachusetts. Serigrafía, 1986. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

Por si aún no conoces a Warhol

Decir por-art es decir Warhol, tal es la influencia de este artista nacido en Pittsburg (Pensilvania) en 1928. Hijo de padres checoslovacos, se aficionó pronto a las revistas de cine y a los cómics, los únicos entretenimientos que tenía, junto con colorear, cuando sufría de niño brotes de coreomanía (una afección nerviosa que provoca movimientos incontrolados de las extremidades y desórdenes en la pigmentación de la piel) que le obligaban a permanecer en la cama gran parte del tiempo.

El consumo de este tipo de medios de comunicación de masas debió impregnar su imaginación y su imaginario hasta el punto de convertirlos en herramienta artística años después.

Warhol se graduó en diseño gráfico por la Carnegie Tech y comenzó su carrera como ilustrador comercial, trabajando en distintas campañas publicitarias gracias a las cuales comenzó a hacerse un nombre. En la década de los 50 ya era el ilustrador comercial más conocido, mejor pagado y mejor valorado en Nueva York, ciudad a la que se mudó tras su graduación. Esos trabajos determinaron el lenguaje visual y las estrategias creativas que más tarde definirían su estética y metodología. Por esta razón, los carteles formaron parte de su trabajo hasta el final de su carrera.

Durante dos décadas y media, Warhol diseñó una treintena de carteles, pero las impresiones de su obra, siempre creadas con su consentimiento o siguiendo sus instrucciones, son más del doble. Y todas tienen en común una cosa: la repetición de un motivo ya realizado. El trabajo en equipo parecía obligado, algo que venía exigido por el gusto de su tiempo por la reproducción masiva de imágenes (que fue la base del pop-art) y que le llevó a crear The Factory en 1963.

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Liz. Cartel para la Morris International Gallery de Toronto. Impresión offset, 1964. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

Repetir, repetir, repetir… pero nunca igual

Warhol se sentía cómodo con la repetición y reproducción mecánica de un mismo motivo, una pulsión que casi se diría obsesiva. «Me gustan las cosas aburridas. Me gusta que las cosas sean lo mismo una y otra vez», comentó en cierta ocasión. Y con ello, lo que conseguía era democratizar el arte, convertirlo en un artículo más de la cultura popular. Billetes de dólar, latas de sopa Campbell, botellas de Coca-Cola, botes de kétchup Heinz… cualquier producto de consumo es susceptible de convertirse en una serigrafía o una impresión en cualquier otro soporte.

A diferencia de los ready-made de Duchamp, a quien conoció en 1963 en Pasadena, Warhol no despoja a esos objetos cotidianos y producidos en serie de su funcionalidad ni los considera un objeto artístico en sí mismos. Él los interviene como base para una nueva creación artística y se construyen como objetos de arte que han adquirido una categoría estética para convertirlos en iconos.

A Warhol no le importaba tanto evocar la perfección del objeto retratado, sino demostrar la técnica depurada con la que pretendía forjar un nuevo estilo artístico. Imprimía fotografías en blanco y negro sobre lienzos y sobre ellas dibujaba a mano todos los detalles decorativos, retrazaba los contornos de las figuras y aplicaba grandes manchas de pintura con colores llamativos.

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Marilyn. Galeria Binhold, Hamburgo. Impresión offset, 1968. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

«El particular método de Warhol le distanciaba de sus temas hasta tal punto que no importaba si utilizaba fotografías preexistentes, proporcionadas por el modelo, o imágenes mecánicas que él mismo supervisaba. (…) No importaba si sus temas estaban muertos hacía tiempo. Su técnica serigráfica le permitía tomar imágenes de varios siglos antes y hacer recreaciones pop de otros artistas, como hizo con la Mona Lisa de Leonardo», escribió sobre su técnica el crítico de arte, editor y escritor David Bourdon en su artículo Art in America en 1987.

Siempre interesado por el avance técnico e industrial, el icono del pop-art experimentó con todo tipo de géneros, técnicas y máquinas. A partir de 1962, la serigrafía le proporcionó una manera de reproducir imágenes en grandes cantidades. Fue así como los carteles y los pósteres se convirtieron en los principales protagonistas de su producción.

Unas veces, adaptaba a ese formato póster obras originales. Otras, esos carteles estaban hechos exprofeso para dar a conocer sus propias exposiciones, sus nuevas series o sus proyectos gráficos. También trabajó bajo encargo (los retratos, por ejemplo, que se convirtieron en su principal fuente de ingresos) y siempre estuvieron presentes en su obra los anuncios publicitarios, como el frasco de Chanel Nº 5, cuyos derechos compró la marca durante un periodo de tiempo. Todo era susceptible de convertirse en una serie, y esa característica le permitía fabricar una iconografía con elementos que le obsesionaban.

La exposición

Dividida en seis secciones temáticas que responden a la tipología de las obras, la exposición pretende ser una panorámica visual de su obra gráfica. En sus primeros carteles, un formato que ya era tradicional en Europa pero no en Estados Unidos hasta la década de los 60, se puede observar un enfoque ambivalente hacia este medio. Por una parte, en encargos en los que desarrolla propuestas originales y conceptualmente novedosas; y por otra, la producción de pósteres que se limitan a meras reproducciones o leves variaciones de su obra. Estas reelaboraciones son empleadas a menudo para la realización de carteles y mailers en la promoción y autodifusión de sus propias exposiciones.

Dos ejemplos son el cartel de Elizabeth Taylor para la Morris International Gallery de Toronto y el mailer con los sellos verdes S&H para la exposición del Instituto de Arte Contemporáneo de Filadelfia.

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Sellos verdes S&H. Exposición en Instituto de Arte Contemporáneo de Filadelfia. Impresión offset, 1965. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc / VEGAP

Los papeles pintados o wallpapers, que comenzó a imprimir en 1966, también están presentes en la exposición. Con ellos evita la habitual presentación de obras de arte en un marco, lo que aporta más versatilidad a la hora de crear una composición. El motivo de la vaca roja y amarilla fue el primero que utilizó para este formato, producido para una exposición en la galería de Leo Castelli.

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Vaca. Papel pintado para la exposición en la Galería Leo Castelli, Nueva York. Serigrafía, 1966. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

Además de carteles y wallpapers, se exhiben adaptaciones y series gráficas con las que Warhol adaptaba o versionaba algunas de sus obras gráficas más conocidas. En ellas, solía hacer una combinación de colores diferente, añadía algún dibujo, a veces escribía él mismo el texto del cartel y, con frecuencia, un mismo motivo era usado en varios carteles con distinta tipografía. Las tres versiones del cartel original de la película Querelle (1982) y el proyecto Reinas reinantes (1985) son dos buenos ejemplos de todo ello.

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Querelle. Edición especial en tres colores del cartel de la película de Rainer Werner Fassbinder. Impresión offset, 1982. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP
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Reinas reinantes: Isabel II del Reino Unido. Cartel con motivo de Art Expo Dinamarca. Impresión offset, 1985. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

No faltan en la exposición sus carteles tardíos, en los que recrea su famoso icono de la lata de sopas Campbell, y diversos carteles publicitarios para marcas como Levi’s, Absolut y Perrier. Y otros, menos conocidos, en los que se puede observar el interés de Warhol por el cuerpo masculino y la sexualidad. Y, por supuesto, los retratos, que llegaron a convertirse en su fuente principal de ingresos. Se estima que entre 1972 y 1987 creó más de 1.000 retratos, muchos de ellos publicados como series de grabados.

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Lata de sopa Campbell. Exposición en Meta Galleria, Florencia. Impresión offset, 1981. Cartel. © 2025 Andy Warhol Foundation for the Visual Arts / ARS, NY / TM Licensed by Campbell’s Soup Co. All rights reserved

En esta faceta de retratista, queda claro que sentía debilidad por las estrellas de cine y del espectáculo. Al retratarlos y multiplicarlos por cientos, pretendía, más que acercarlos al resto de los mortales, bajarlos del panteón de los dioses donde el público les situaba.

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Elvis. Exposición Arte americano de los años 60. Impresión offset, 1989. Cartel. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

La última sección está dedicada a las carátulas de discos que hizo para diversos grupos y artistas, entre los que se encuentran su icónica portada del plátano para The Velvet Underground o la del álbum Sticky Fingers de los Rolling Stones.

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Lp de The Velvet Underground The Velvet Underground & Nico. Impresión offset, 1967. © 2025 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / VEGAP

En muchas de esas portadas se anticipan soluciones formales e iconográficas que Warhol incorporaría posteriormente a su producción pictórica y cinematográfica. También se muestran portadas para la revista Rolling Stone y para Interview, la publicación que creó en 1969.

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