¿Tienes problemas? Lee un tebeo

18 de agosto de 2015
18 de agosto de 2015
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El cómic puede ser un modo de explicar determinados temas. «En las manos correctas pueden ser un método muy poderoso de comunicación», afirma Ethan Persoff, responsable de Comics with problems, página web donde se recopilan decenas de antiguas publicaciones pedagógicas y educativas sobre todo tipo de temas.
¿Embarazos no deseados? ¿Cáncer de útero? ¿Olor corporal? ¿Abuso de heroína en Vietnam? ¿Escapes de gas? ¿Educación víal? ¿Depresión? ¿Violencia en las aulas? ¿Homosexualidad dentro del ejército? ¿Educación sexual?… Sigan leyendo porque, como bien dice Persoff, «casi todos los problemas del mundo pueden resolverse a través de Comics with problems».

A finales de 1999 Ethan Persoff, buscador empedernido de rarezas afincado en Austin (Texas), comenzó a escanear aquellas cosas que llamaban su atención para posteriormente subirlas a su página web.
Las emparejaba según los temas. «Dos libros contra la heroína que se titulaban Hooked y Trapped o dos cómics sobre bombas nucleares como If an A-Bomb falls y The H-Bomb and you, cosas así».
El proyecto fue creciendo y en 2005 se escindió, dando lugar a una nueva página web, Comics with problems, que aglutina «los más raros “tebeos de sensibilización” de décadas pasadas, algunos de los cuales tienen graves fallas entre el modo en que están escritos y el mensaje que realmente quieren transmitir».

Comics with problems funciona como una revista mensual que, cada cuatro o cinco semanas, saca a la luz uno de esos trabajos. El primero de ellos fue Rex Morgan MD Talks to You About Your Unborn Child, un tebeo sobre embarazadas que fuman, beben y se drogan que, según explica Persoff, «tiene un título tan ofensivo y extraño que justo por eso describe muy bien el conjunto del proyecto».

Lo raro, lo ridículo y en ocasiones lo ofensivo son algunas de las cosas que hacen de este material algo tan atractivo como adictivo. Lo más curioso es que su objetivo es justamente el opuesto: concienciar a la población sobre determinados temas, no abocarla a ellos.
«Eso es lo más divertido de los antiguos cómics educativos. Muchos de ellos los he elegido porque el resultado no coincide en absoluto con el mensaje que se quería transmitir. La gran mayoría procede de agencias del gobierno, lo que provoca que no haya ninguna emoción o interés por parte de los autores en su producción. Si un departamento necesita un tebeo sobre condones, paga a un equipo anónimo que produce un tebeo sobre usar preservativos. Por otra parte, muchos de estos productos resultan sonrojantes por su moralismo. Por ejemplo, en The marijuana mystery aparece un robot que hace afirmaciones falsas sobre que el TCH contiene altas cantidades de veneno y otras mentiras. Por eso, para Cómics with problems, los tebeos más deshonestos y los que han sido encargados por un comité son los mejores».

Persoff se toma muy en serio la búsqueda de este tipo de piezas. Nunca se sabe dónde puede aparecer una de estas joyas. Por eso los métodos de búsqueda son muy variados y heterodoxos, aunque sí es cierto que hay algunos elementos que ayudan a ello.

«Todo comienza con un buen título. Algo chulo e infantil relacionado con algún tema problemático es una buena pista que indica que el cómic puede ser bueno. Por ejemplo Pip the elephant on poison prevention o Wanda lust in VD claptrap sobre enfermedades venéreas. Los que más me gustan son los cómics que no han aparecido en ningún otro sitio antes de que yo los suba a la web, así que todos los días busco nuevos tebeos raros. El mes pasado encontré un título anticomunista completamente desconocido titulado Comrad Marxie and his plans for América que solo fue posible encontrar gracias a esa búsqueda incansable. Además, ¡menudo título! ¡Comrade Marxie!».

La mayoría de estas obras son piezas anónimas, realizadas por autores desconocidos o que prefieren no firmar semejantes trabajos. Sin embargo, en ciertas ocasiones grandes figuras del cómic han puesto su talento al servicio de estos productos educativos.

«No es extraño que reconocidos dibujantes donen su trabajo para una buena causa. El problema es que las “buenas causas” del pasado en ocasiones no envejecen muy bien. De esta forma, encontramos un espantoso cómic en la web titulado How to spot a jap que fue escrito y dibujado por ¡Milton Caniff! Para mí, es estupendo encontrar un cómic realizado por un artista importante y poder subirlo a la web. Por ejemplo, la serie de Frank Thorne sobre los Servicios Sociales titulada The far out green super cool, que subí como número especial de vacaciones, es fantástica».

Como sucede con los padres y sus hijos, Persoff no es capaz de decidirse cuando se le pregunta cuál es su «problema favorito».
«Es realmente complicado. Tal vez podría decir tres que actualmente me gustan mucho: Sam the disaster horse on terrorism, Tough to be free (que trata sobre esnifar pegamento), y siempre he sido fan de un alien superhéroe del espacio, El Capitan Al Cohol. Pero no tengo un favorito. Me gustan todos».

Tras su paso por el universo digital, el futuro de estos tebeos podría volver a estar en el mundo del papel. Muchos fans con problemas acogerían con los brazos abiertos uno o varios volúmenes de este extraño material.
«Estaría genial editar un libro de Comics with problems. Tengo muchas ideas sobre cómo hacerlo para que todo el mundo se divirtiera. Dudo que haya un libro semejante a este, pero me centraré en ello cuando haya concluido lo de la web. Me gustaría subir por lo menos un centenar o más de esos tebeos. Por ahora todo el tiempo se concentra en encontrar esos cómics, escanearlos, subirlos y encontrar un cómic que cure cualquier problema conocido del planeta».

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