Todos los seres humanos somos en mayor o menor medida animales musicales. Cantar está en nuestro ADN y existen muy pocas cosas que se puedan comparar al canto para expresar emociones básicas y complejas: alegría, dolor, amor, pasión, rebelión, alegría…
En muchas culturas el canto y el baile servía para archivar y recordar hechos del pasado en forma de letanía, proclamar el amor a la pareja, consagrar la madurez, dar el último adiós a los seres queridos, o incluso desafiar al enemigo como en la haka maorí.
Pero en nuestro día a día, por culpa de esta sociedad en la que todo se mide por parámetros de éxito y que juzga muy duramente el hecho de que probablemente no afinamos tan bien como Plácido Domingo, apenas se canta: nos da vergüenza. Y por tanto nos cortamos de liberar nuestros sentimientos y compartirlos con el mundo.
Únicamente lo hacemos en la intimidad de nuestra ducha, o cuando el velo del alcohol ha aletargado suficientemente nuestra percepción o cuando nos sentimos refugiados por el colectivo en los actos religiosos. Pero esta experiencia furtiva rara vez proporciona la auténtica catarsis del canto sentido, orgulloso y sin barreras.
El concepto de Karaoke surge en Japón precisamente para generar unas buenas condiciones para que cualquiera pueda cantar: micrófono, letra y música, y habitualmente hasta un público entregado. Todos hemos experimentado alguna vez esta maravillosa sensación. Sólo basta observar la cara de felicidad y relajación que reflejan los encorbatados ejecutivos japoneses cuando están ante el micrófono.
La evolución 2.0 de este concepto es RedKaraoke, una red social para la gente a quien le gusta cantar: El programa de su web proporciona la letra y música de tus canciones favoritas y permite que el artista desarrolle su arte ante la webcam. La actuación queda entonces convertida en un videoclip musical de altísima calidad que se puede compartir con los miles de usuarios que esta red tiene en todo el mundo.
Y la última vuelta de tuerca de este concepto es Virtual Sing. Con esta aplicación de RedKaraoke ni siquiera tienes que ser tú el protagonista físico del clip: puedes crear un cachondo avatar 3D personalizado por ti que entona tus canciones e incluso las baila siguiendo los pasos que tú le marcas, y además lo hace en el escenario que tú eliges.
Ya ves, aunque seas vergonzoso ya no tienes excusa para no cantar.
DESDE EL CORAZÓN DEL MIB