En un estudio pequeño de Madrid, hay un usuario anónimo de internet que se mueve por la Red como un pollo descabezado. Hace clics en vídeos de YouTube. Pincha en banners sin piedad. Selecciona artículos en eBay. No permanece más de unos segundos en cada lugar. Su paciencia es ínfima. «Si lo sueltas en Google y vuelves al cabo de 15 minutos, te lo encontrarás en una página de L’Oréal o haciendo like a un comentario en Facebook. No hay forma de controlarlo. Es totalmente aleatorio», explica Arturo Melero.
El usuario en cuestión no tiene carne ni hueso. Es un bot que habita en un cursor ochentero de Apple. Se llama Random User y es un pasatiempo del diseñador y su compañía Monobo, especializada en desarrollo y diseño de webs.
El experimento surge a raíz de esos momentos que dedica Melero a la experimentación. En su día a día, el UX es una parte importante de su trabajo. Esta disciplina trata sobre la experiencia de usuario. Su cometido es diseñar webs que tengan en cuenta a las personas. Pese a ello, en el mundo inabarcable de internet siempre hay variables que no se pueden controlar.
«Por mucho que intentes hacer una buena estrategia de UX, te das cuenta de que no puedes preverlo todo. En parte porque el 60% del tráfico en internet son bots», añade Melero. Normalmente los bots son programas informáticos que imitan el comportamiento de los humanos pero que habitan únicamente como software. Random User lo traslada a la vida real permitiendo visualizar cómo un cursor se mueve por la Red haciendo clic en todo lo que encuentra a su paso. Su funcionamiento es relativamente sencillo. «El ratón antiguo está intervenido con dos motores y conectado con una placa de Arduino».
Navega con la punta
No es la primera vez que Melero y sus compañeros experimentan con el fetichismo del cursor. En un proyecto anterior, llamado Navega con la punta, lanzaron una alternativa a la flechita en forma de pene pixelado para moverse por la web.
El dedo que siempre hace scroll
Con la introducción del iPhone en 2007, se aceleró lo táctil. El cursor empieza a tener menos sentido en un mundo donde el dedo es el que te permite navegar por internet desde cualquier smartphone. Infinite Scroll es otro trabajo reciente de Melero donde explora la influencia de lo táctil en la experiencia de usuario. Un dedo de plástico hace scroll infinito.
Los bots no solo existen en bits. Aunque atendiendo al uso de webs cada vez más efímero, puede que Random User no vaya mal encaminado a la hora de imitar el comportamiento humano en internet. Si has llegado hasta el final de esta noticia, significa que todavía no has sucumbido ante la fiebre del clic, clic, clic.