Realmente Bravo es el dúo creativo formado por Paula Vila y Víctor Clemente. Desde 2014, este pequeño estudio formado en Elche se dedica al diseño gráfico y la dirección creativa para proyectos culturales: desde artworks para música hasta créditos de cine. Sus trabajos apuestan siempre por el DIY, reivindicando diseños sencillos, conceptuales y muy cuidados.
Uno de los últimos encargos que han desarrollado con mucha ilusión fue el que les llegó desde MÁRGENES, Festival Internacional de Cine. Este festival les propuso encargarse de diseñar la imagen de su 15ª edición, que se celebra en Madrid desde el 22 al 30 de noviembre. Y aprovechando esta ocasión, les hemos hecho unas cuantas preguntas sobre su trabajo y la importancia del cine en él.

Siendo un dúo, ¿cómo os soléis enfrentar a un encargo como el de MÁRGENES? ¿Cuál es vuestro proceso creativo?
Somos un estudio pequeño, así que solemos abordar los proyectos desde una perspectiva muy artesanal y DIY. Además, para nosotras es superimportante conectar con lo que hacemos: que el proyecto nos guste y que, en cierta forma, también seamos parte de su público. Por eso, trabajar con un festival de cine como Márgenes ha sido muy guay.
En cuanto al reparto de tareas, Paula muchas veces se encarga más de conceptualizar el proyecto o buscar referencias, algo así como la preproducción; y Víctor, de desarrollar el diseño y del arte final, aunque prácticamente los dos hacemos de todo. A veces incluso diseñamos en paralelo y competimos por ver quién hace el diseño ganador. No es un método demasiado eficiente, pero es divertido.

¿Cuál es el concepto detrás de la imagen que habéis desarrollado para Márgenes? ¿Fue vuestra primera idea o tenéis por ahí otros bocetos descartados?
Partimos de una idea que Pela, el director creativo del festival, nos transmitió. Hace tiempo que él quería trabajar con imágenes aéreas de accesos y circunvalaciones a la urbe. Así que exploramos la idea de ordenación del territorio y la ciudad: los símbolos que la configuran, la señalética urbana, las grietas y tensiones en la distribución del espacio público, los puntos de encuentro… Esa configuración necesaria para que haya un margen, una periferia.
Por otro lado, no queríamos alejarnos de la imagen que ya mantiene el festival desde otras ediciones. Surgió la idea de exprimir y distorsionar la ‘M’ corporativa y crear ese punto de fuga/perspectiva que nos acercase al concepto de camino. Nos parecía una manera interesante de conservar la identidad. También hubo algunas de las ideas que se descartaron, con trazos orgánicos y un enfoque algo más abstracto y arty. Finalmente, teniendo en cuenta tiempos y pensando en adaptabilidad (y en ponérselo fácil a las compis que trabajarán con tus materiales), decidimos entre todos quedarnos con la que fue la serie de carteles final.
Como tenéis mucha experiencia en el sector cinematográfico —habéis diseñado carteles de películas como Capitanes, Canto cósmico, La comunidad (reestreno)…—, nos gustaría saber cuál es vuestra relación con el cine. ¿Sois cinéfilos? ¿Consideráis el cine como una de vuestras principales fuentes de inspiración?
Jo, pues sí, nos gusta mucho el cine. La verdad es que yo (Paula) estudié Comunicación Audiovisual porque de adolescente pasaba horas viendo videoclips; me encantaban el cine y las artes visuales. Diseñar pósteres, títulos de crédito o hacer gráficos para props de pelis es una manera de acercarme y participar de algo que me maravilla.
Así que a la pregunta sobre el cine como fuente de inspiración: absolutamente sí. Ninguno de los dos hemos estudiado Diseño Gráfico. Nuestro acercamiento a la disciplina ha sido bastante autodidacta y está, sin duda, más relacionado con lo cinematográfico y las artes plásticas que con el diseño gráfico puro.


¿Qué películas os han inspirado más en vuestro trabajo como directores creativos y diseñadores? ¿Y por qué?
- Picnic at Hanging Rock (Peter Weir, 1975): una masterpiece del «no pasa nada», inquietante.
- Ocaña, Retrato intermitente (Ventura Pons, 1978): nos introdujo a un personaje superimportante en nuestro imaginario. Marginal, folclórico y reivindicativo.
- Tríptico elemental de España (José Val del Omar, 1955-1961): no necesita justificación.
- Mapa (León Siminiani, 2012): cuando se estrenó, nos gustó mogollón su acercamiento al documental. Todo lo que tiene que ver con el metalenguaje en cualquier disciplina nos flipa. Tiene algo de DIY también.
- Harry Potter y la piedra filosofal (Chris Columbus, 2001): sinceramente, Chris Columbus nos encanta.
En realidad, hay muchísimas películas que nos han inspirado: El extraño viaje (Fernando Fernán Gómez, 1964), Meshes of the afternoon (Maya Deren, 1943), Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1972), El desencanto (Jaime Chávarri, 1976), After Hours (Martin Scorsese, 1985). También cortometrajes como El ataque de los robots de Nebulosa-5 (Chema García Ibarra, 2008).
Para nosotros fue inspirador el hecho de saber que se puede filmar un corto genial desde Elche con pocos medios y buenas ideas. Y que, a veces, limitar los recursos es una herramienta en sí misma. Hacer de la necesidad una virtud, como decía Víctor Diago en la presentación de Downriver a Tiger o como en muchas ocasiones practican nuestros amigos Za!
Si Realmente Bravo fuera una película, ¿qué película sería?
Nos encantaría decir con la boca llena que Espíritu sagrado (que es una absoluta genialidad), de nuestros amigos Chema García Ibarra, Leonor Díaz y Ion de Sosa, pero quizá estamos apuntando muy alto jaja.

Y para terminar, ¿cuál es vuestro top 3 de carteles favoritos de la programación de MÁRGENES 2025?
Nuestro favorito es el de Control Anatomy (Mahmoud Alhaj, 2024), es sencillo y potente. El mensaje es superclaro.

Frío metal (Clemente Castor, 2025), simplemente maravilloso.

Sutura simple (Laura Vargas, 2025), pocos elementos y flow analógico.

Y como extra, sentimos el autobombo: el nuestro de Balearic (Ion de Sosa, 2025), que finalmente no es el póster oficial. Nos ha sucedido en alguna ocasión que, después de semanas de trabajo en el cartel con directores y productores, entregando incluso arte final, en el último momento las distribuidoras deciden cambiarlo y utilizar otro póster para su estreno en salas y en festivales.
Queríamos aprovechar para animar a las distribuidoras a apostar y confiar más tanto en el trabajo de las diseñadoras como en el criterio visual del público, sobre todo cuando se trata de películas que no toman al espectador por tonto. Sentimos que hay una obsesión por querer contar demasiadas cosas de las películas en los pósteres cuando a nosotros nos interesa mucho más (como creadores y como espectadores) cuando un cartel te evoca una sensación o te presenta un elemento icónico.











