Si eres de esas personas que alardean de vida sexual y que va haciendo muescas en su cuenta de folleteos varios, este diario no es para ti. Recopulatorio no está pensado para ser un contador de polvos, sino para iniciar una autoexploración en el terreno sexual de cada persona.
Creado y publicado por la agencia creativa Utopicum, este cuaderno, afirman, no deja de ser un libro más que habla sobre sexualidad, con la diferencia de que este está en blanco. «Sobre sexualidad hay tantas cosas escritas que puede llegar a marear —justifican desde la agencia—. Solo hay que ver qué distinto se trata el sexo en la Biblia y en una canción de reguetón. ¿A cuál tengo que hacerle caso? Bueno, pues probablemente a ninguno. El sexo debe pasar por una educación que está muy por encima de la religión, el porno, o la cultura popular. Y una vez asentada esa base, explorar hasta donde el cuerpo te pida. Y es ahí donde un diario como este te puede servir para llevar un registro de tu autoexploración».
Dividido en varios bloques, se invita al usuario a reflexionar sobre su propia sexualidad, su manera de vivirla, sus parejas y sus fantasías. El objetivo, apuntan, no es hacer un conteo de relaciones sexuales, sino poner ante los ojos de cada persona cuál es su realidad en este aspecto para conocerse mejor. De esta manera, se pueden eliminar mitos y tabús.
«Y también tiene que ver con algo muy importante, y es que somos seres sociales y el sexo es una manera más de socializar. Las relaciones sanas, en general, no solo las sexuales, se construyen sobre una comunicación sana. Y la comunicación sana con el resto empieza con una comunicación sana con uno mismo. Comprenderte, respetarte, escucharte, quererte, y todos esos verbos reflexivos son importantísimos para luego poder llevarlos a cabo con el resto. En el sexo es exactamente igual, solo que además tiene una recompensa muy guay que, a veces, llega en forma de orgasmo».
La idea, cuentan desde Utopicum, nació a partir de un «molaría» que se fue cociendo a fuego lento hasta acabar de hacerse realidad. El brainstorming para recopilar los cuándos («En un bautizo»; «Cuando a las 02.00 son las 03.00»; «La noche del gol de Iniesta»), los cómos («No sé ni cómo se llama»; «No me esperaba yo este dedo»; «Un momento, ¿me acaba de azotar sin avisar?») y los dóndes («En un transbordador espacial»; «En un supermercado»; «En el Primavera Sound») de las relaciones sexuales que se invita a recoger en Recopulatorio fue una de las partes del proceso más divertidas.
«Como ha sido un proyecto que hemos ido cocinando a fuego lento, íbamos apuntando cosas que se nos ocurrían, que vivíamos, que nos encontrábamos, que nos contaban, que leíamos… A la mayoría de gente le encanta hablar de sexo si le preguntas con naturalidad».
Para desarrollar esta idea, se apoyaron en recientes estudios sobre psicología sexual que hablan de los beneficios que aporta mantener un diario sexual para el crecimiento personal y la salud mental, algunos de ellos publicados en la revista Archives of Sexual Behavior. Según estas investigaciones, reflexionar sobre las experiencias sexuales puede promover una mayor autoconciencia, autoestima y satisfacción sexual.
Al llevar un registro escrito, las personas pueden identificar patrones, preferencias y necesidades, lo que, a su vez, contribuye a una mayor comprensión de sí mismas y de sus relaciones. Pero surge una duda: ¿Y si, al hacer esa revisión y recuento personal de relaciones sexuales, en lugar de autoconocimiento lo que puede sentir el usuario es frustración, bien por no ser muy prolífico o bien por tener relaciones demasiado estables?
«Una de las cosas que más se repiten a lo largo del diario es que no se trata de un reto o una competición», responden desde Utopicum. «Lo bueno es que, al tratarse de algo personal y, en principio, no compartible, cada uno es libre de sacar sus propias conclusiones y decidir cómo quiere disfrutar su vida sexual. Las sensaciones de aburrimiento o de frustración empiezan cuando te comparas con las vidas de otra gente. Pasa mucho en Instagram, por ejemplo. Pero esto es todo lo contrario a Instagram: se puede hablar de sexo y además es solo para ti».
Porque es ahí, insisten, en el ámbito personal, donde debe quedarse este diario y desde donde debe hacerse esa reflexión. «Si el conteo es algo íntimo, puede arrojar datos muy interesantes sobre lo que te gusta, lo que te gustaría, lo que odias, lo que buscas, etc. Este es un espacio seguro y personal para reflexionar sobre nuestra vida sexual, y que nos permite conocer mejor nuestras preferencias y necesidades, y comprender cómo nos sentimos en cada experiencia. Reflexionar de esta forma también nos permite mejorar nuestra comunicación y tener una vida sexual más satisfactoria».
En las relaciones sexuales cabe todo: las relaciones esporádicas, la masturbación, los aquí te pillo, aquí te mato y, por supuesto, las relaciones monógamas. Este tipo de relaciones que, a priori, parecen no estar recogidas en Recopulatorium «también son estimulantes, variadas y siempre hay cosas que aprender de la otra persona, aunque a veces la poca comunicación hace que todo se vuelva monótono», matizan desde la agencia creativa.
«Este diario también puede servir para conocer más en profundidad a tu pareja sexual exclusiva, es más, incluso podría rellenarse entre los dos. Saber cómo ha vivido la otra persona la misma situación que has vivido tú, plantear nuevas situaciones, lugares o estímulos, recordar juntos escenas memorables… Aun así, y como se trata de la primera edición, estamos abiertos a recoger sugerencias, comentarios o recomendaciones para siguientes ediciones en evolución@recopulatorio.com. Tal vez, en el futuro, podamos lanzar nuevas ediciones enfocadas a perfiles mucho más concretos».
El diario está ilustrado con figuras que representan el máximo de situaciones sexuales posibles. Sus protagonistas son personajes asexuados que buscan plasmar el sexo de la manera más universal posible. «Somos una agencia a la que le gusta tener productos propios con los que divertirse y experimentar, y que, además, tiene muy buenos amigos que nos acompañan durante todo el proceso. Este en concreto no hubiese sido posible sin Miguel, un gran amigo nuestro que estuvo en el origen de la idea, y luego un montón de gente más que se ha ido sumando al proyecto aportando su granito de arena».