Hubo un tiempo, antes de Power Point, en el que tambiรฉn habรญa diapositivas. No tenรญan tantos colores ni efectos de transiciรณn, y probablemente solo se diseรฑaban por necesidad. La agencia de comunicaciรณn Duarte recogiรณ algunas de estas diapositivas en Slideshare, el servicio para compartir presentaciones y documentos, bajo el nombre de Vintage Slides.
El equipo las encontrรณ realizando una investigaciรณn en la biblioteca de la universidad de Stanford (California). Pertenecen a General Electric y son toda una maravilla con un estilo aรฑos 50, de cuando las diapositivas se tocaban, eran pequeรฑas y necesitaban un proyector mรกs rudimentario y ruidoso. Son verdaderas obras de arte comunicativas, dibujadas para explicar o convencer cuando no habรญa letras relampagueantes ni cortinillas de todo tipo.
General Electric las utilizรณ, en concreto, para hablar de los resultados anuales de 1958 y de los logros corporativos conseguidos en los aรฑos previos. De los clรกsicas barras para comparar los ingresos anuales a otros diseรฑos mรกs trabajados, como hombres crecientes para explicar los aumentos anuales de personal.
Recorrer estas diapositivas es pasear por la historia de la primera mitad de siglo de Estados Unidos. Tras el crack del 29 y con la economรญa recuperada, el empleo en Estados Unidos creciรณ sostenidamente durante dos dรฉcadas, de finales de los aรฑos 30 a finales de los 50, con una proporciรณn de desempleo increรญblemente baja. Incluso, la compaรฑรญa se atreve a proyectar un idรญlico 1967, donde tan solo un 4,45% de una poblaciรณn activa de 78,5 millones de ciudadanos no tendrรญa trabajo.
Y de los niveles de empleo y desempleo saltamos a otro importante factor econรณmico: el nivel de vida. Su aumento a lo largo de los aรฑos comportรณ un incremento del salario de los empleados de General Electric, a la vez que la empresa continuaba generando mรกs y mรกs empleo, representado con hombres que parecen reciรฉn salidos de โMad Menโ.
En blanco y negro, las ilustraciones y la tipografรญa de algunas de estas diapositivas recuerdan a la publicidad en prensa de aquellos tiempos.
Sin lugar a dudas, las modas del diseรฑo de aquellos aรฑos tambiรฉn se trasladaron a las diapositivas. Duarte recoge otro ejemplo, en este caso de IBM, que recoge la esencia de los aรฑos 80 en todo un estallido pop de color.
Incluso, estaban los antepasados de las imรกgenes prediseรฑadas de Microsoft Word:
En todas estas diapositivas se sobrentienden mimo y paciencia. Hay sombras, brillo en los metales, bordes resplandecientes o detalles minรบsculos: como se ve mรกs arriba, los empleados parecen llevar el pelo engominado, y uno de ellos lleva un pasador en la corbata. El nivel de puntillismo es tal que hasta se pueden observar los pliegues de las camisas.
Detrรกs de ellas hay tiempo, esfuerzo y aprecio por la estรฉtica. Duarte reflexiona sobre el valor de las propias diapositivas: que ahora nos salgan โgratisโ en el ordenador puede hacernos olvidar que estas pequeรฑas dosis de informaciรณn eran caras de producir, y que sus creadores tenรญan que darle muchas vueltas a la cabeza para saber quรฉ resaltar en tan poco espacio.
Con el fin de que nos demos cuenta del mimo que requerรญa el trabajo, esta agencia de comunicaciรณn recuerda que las diapositivas debรญan estar listas una semana antes de la presentaciรณn, y que se encargaba de ellas una persona en exclusiva; nada de la โmultitareaโ que hoy ejercitamos con el Power Point y sus parientes, que nos obliga a pensar en las diapositivas pero tambiรฉn a diseรฑarlas y ensayarlas. Un recuerdo a esos artistas que supieron concentrar en tan poco espacio las imรกgenes mรกs persuasivas para una audiencia.
โโ-
La imagen principal es de Shutterstock y muestra lo que no deberรญa ser una presentaciรณn de Power Point.