Rumbo a África con un cine a pedales

«Es muy distinto decírselo a tus amigos que a tus padres», cuenta Isa.

«Nuestras madres todavía tienen los pelos de punta», añade Carmelo.

No es para menos. Isabel y Carmelo se lanzan en junio a recorrer el continente africano a lomos de sus bicicletas con un equipaje muy especial, un cine que funciona a pedales. A lo largo de la travesía, estimada en dos años, organizarán proyecciones allá donde les lleve el destino. El objetivo principal, aportar algo de valor durante este peregrinaje vital, la magia del cine. El público asistente no tendrá que pagar por la proyección, pero sí tendrá que dar algo a cambio. ¡Unas buenas pedaladas!

«Es pura incertidumbre», comenta Carmelo durante el coloquio posterior a una de las proyecciones que han organizado, «no sabemos lo que va a pasar». El evento ha tenido lugar en la librería Ocho y Medio de Madrid y la película exhibida ha sido Línea Discontinua, de Marine Des Contes, un mediometraje muy íntimo y cautivador sobre la visita de Marine a Melilla para ver a su hermana. Algunos voluntarios del público nos hemos turnado para pedalear. En un momento dado, he cruzado agachado la primera fila de espectadores, tratando infructuosamente de pasar por debajo del halo lumínico que emanaba del proyector, para llegar a la bici estática que funciona a modo de dinamo. Mi predecesora se ha bajado y he cogido el testigo cinético, todo ello, dentro del minuto aproximado que aguanta el ultracapacitor sin que se apague la película. El invento funciona.

dentro
Carmelo, previa proyección, explicando un poco cómo va la vaina.

«Es una tecnología bastante pionera», explica Carmelo durante el coloquio. «Hace unos años este viaje era impensable en bici ya que tenías que cargar con unas baterías de 40 kilos. Ahora, gracias a estos ultracapacitores podremos llevar el cine a cualquier rincón». Me pregunto si proyectaran películas delante de personas que nunca hayan visto una.

la máchina
La bici generador-dinamo.

El proyecto Cinecicleta surgió a partir de dos influencias. La primera: realizar un gran viaje en bicicleta. Carmelo ya se ha marcado buenos viajes en bici alrededor del mundo e Isa alguno que otro y ambos están convencidos de que es la manera más auténtica de viajar, aparte de caminar. La segunda y la inspiración más potente: las misiones pedagógicas de la Segunda República. Salvando las distancias, por supuesto, pero con un espíritu no menos soñador, Carmelo confirma en esta entrevista en el Eldiario.es su admiración por el coraje de esta gente. «Aquel proyecto era de tal calado, generosidad, presupuesto, solidaridad y amor por las personas y la cultura, que hoy nos parece imposible tanta entrega desinteresada. […] Esas fotografías de Val del Omar y su equipo eternizando aquel brillo en los ojos por la sorpresa y la fascinación por lo no conocido, son un punto de partida y una referencia. […] Sería bonito poder proyectar en un lugar donde nadie lo hubiera hecho antes».

Carmelo haciendo ejercicio antes de la proyección.
Carmelo haciendo ejercicio antes de la proyección.

Marine pedaleando antes de la proyección de su mediometraje.
Marine pedaleando antes de la proyección de su mediometraje.

Carmelo e Isa son conscientes de la magnitud de la aventura que acometen. Por eso, en la medida de lo posible, pretenden establecer contacto con los locales (asociaciones, organizaciones, etc) antes de entrar en cada país. «Tenemos un itinerario semiestablecido pero sabemos que va a cambiar. Nos lo vamos a tomar con mucha calma».

En cuanto al cine que van a proyectar, «el objetivo es entretener, así que habrá de todo. Creemos que las películas mudas funcionarán muy bien así como los documentales», afirma Isa. «También tenemos mucho interés en proyectar cine local». Precisamente a finales de este mes viajan al Festival Panafricano de cine de Burkina Faso para mostrar su proyecto y establecer contacto con directores y productores africanos. «Cuando le contamos el proyecto a los directores y productores de aquí, todos se muestran súper receptivos para ceder sus películas», cuenta Carmelo.  Ese es el caso por ejemplo del ganador del Goya Javier Fesser que ha cedido su película Mortadelo y Filemón.

Durante los próximos meses, estos intrépidos cinecicletos seguirán organizando proyecciones en colegios, festivales y locales varios para dar a conocer el proyecto y buscar, muy importante, la financiación y los patrocinadores (siempre y cuando tengan una política de beneficios justa) que les ayuden a materializar su ciclosueño. Toda la información correspondiente la podrás encontrar en su página de FB o en su blog.

¿Por qué África?

«Por qué no».

Cinecicleta, ¡allá que vamos!
Cinecicleta, ¡allá que vamos!

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