Los teléfonos móviles y las tabletas han alcanzado una calidad muy semejante a la de los equipos profesionales de fotografía y vídeo. Tanto es así que muchos fotógrafos han incorporado a su equipo un teléfono con buena óptica e incluso realizadores consagrados han utilizado el móvil para hacer películas.
Stephen Soderbergh, por ejemplo, ha rodado Unsane con un sencillo iPhone pero, antes de él, el Festival de Sundance de 2015 acogió el estreno de Tangerine, una película rodada con tres iPhone5-S y una aplicación que no superaba los ocho euros.
Hechos como estos demuestran que, hoy en día, el principal problema a la hora de rodar una película no es la tecnología. El talento o la destreza en manejar los aparatos son mucho más importantes que los aparatos mismos.
Por eso, si están pensando en dejar de rodar bodas y bautizos y dar el salto al mundo de la realización cinematográfica de autor, aquí va una serie de consejos sobre cómo usar la tecnología correctamente. Lo del talento, como es más complicado de determinar y transmitir, ya lo resolvéis vosotros solos.
1.- Una pregunta. No, mejor dos.
Antes de seguir adelante, responde a estas dos cuestiones: ¿Tienes los ojos uno sobre otro? ¿Tienes un monitor vertical? Si la respuesta es no porque, como casi todos los humanos, los tienes colocados uno al lado del otro en horizontal y tu pantalla no tiene la forma del monolito de 2001, ¿por qué colocas el móvil en vertical para rodar vídeo? Salvo que la historia lo pida o estés experimentando, mejor rueda con la cámara en posición horizontal.
2.- Utiliza las dos manos.
Una de las razones de colocar el móvil en vertical es que resulta más sencillo de sujetar con una sola mano. Aunque sea más complicado, utiliza las dos y así será más sencillo sostener el móvil en posición horizontal y evitar vibraciones en la imagen. ¡Ah! y no pongas el dedo delante de la lente.
3.- Cuida la composición.
Procura que lo que aparece en la pantalla responda a criterios estéticos y narrativos. Eso no quiere decir que tenga que estar todo equilibrado u ordenado. Sencillamente, haz que lo que grabes resulte atractivo de ver y ayude a contar la historia. Por supuesto que puedes innovar y cortar las cabezas de la gente que aparece en plano. En esos casos, a diferencia de lo que dice la mafia, que no parezca un accidente, que se note que es intencionado.
4.- Hágase la luz.
A pesar de los avances tecnológicos en el campo de los diafragmas y las lentes, la sensibilidad del ojo humano ante la luz no es igual que la de las cámaras de los teléfonos móviles. En otras palabras: aunque tú veas la escena que quieres rodar, posiblemente la cámara de tu móvil no. Por eso, es importante que la ilumines bien. De esta forma, además de permitir que el espectador vea aquello que quieres transmitirle, evitarás ese grano que sale cuando se compensa la falta de luz con la apertura de diafragma.
5.- «Más luz».
«Más luz», la petición que, se supone, dijo Goethe en su lecho de muerte viene de perlas para seguir tratando el tema de la iluminación. Procura que la luz sea suficiente, pero no excesiva. Para ello, evita las horas en las que el sol esté más alto o pon un filtro en los focos para tamizarla un poco. Acuérdate también de colocar la fuente de luz frente a los personajes y no a su espalda. Salvo que quieras que solo se les vean las siluetas, claro.
6.- Enfoca… o no.
Es aconsejable que la imagen esté enfocada. Si optas por el enfoque automático (el que suele venir por defecto en los móviles), el dispositivo tenderá a enfocar aquella parte mejor iluminada. Si la luz es buena y constante, no habrá problemas, pero si no, el enfoque variará a medida que fluctúe la luz. Si quieres decidirlo tú, seguro que en el menú de settings hay una opción manual.
7.- Silencio… Se rueda.
Los móviles suelen grabar al mismo tiempo la imagen y el audio. Todas las chorradas que digas mientras estés rodando se quedarán ahí. Si eres testigo de un hecho histórico, como la caída de las Torres Gemelas, cuida tu lenguaje si es que quieres que tus imágenes se puedan emitir en los principales telediarios de las cadenas generalistas de todo el mundo.
8.- Micrófonos de pértiga, de corbata… y de bolsillo.
En los móviles, el micrófono está junto a la cámara. Esto hace que, si el personaje al que estás rodando se encuentra alejado de ti, el audio pueda llegar con dificultad. En esos casos, dile a la persona en cuestión que ponga su móvil a grabar audio y se lo introduzca en un bolsillo del pantalón, la chaqueta o la camisa. Su voz se registrará con mejor calidad y luego no tendrás más que sustituir una pista de audio por otra.
9.- Evita el zoom digital.
Mucha gente tiene la tentación de utilizar el zoom digital cuando el óptico no permite acercarse más. El problema es que el zoom digital amplía la imagen ya existente, de manera que, si esta imagen no tiene una buena calidad, la ampliación no hará más que evidenciar esas imperfecciones. Por eso, para llegar allá donde no llega el zoom óptico, mejor desplazarse hacia el objeto que recurrir al digital.
10.- Configura bien el vídeo.
Antes de empezar a grabar, comprueba las especificaciones de imagen como el ancho de pantalla, la calidad y los fotogramas por segundo. De esta forma, podrás grabar con diferentes móviles en diferentes momentos y, posteriormente, montar los múltiples clips sin que se aprecie que proceden de diferentes dispositivos.
11.- Ejercita la memoria.
El vídeo ocupa mucha memoria. Si no quieres estar descargando la tarjeta cada dos por tres, hazte con una que tenga capacidad suficiente. Pero, ¡atención!, cada vez que acabes una sesión de grabación, descarga el material en un ordenador o disco duro: cuanto más capacidad tenga la tarjeta y menos la descargues, más trabajo perderás en caso de pérdida o deterioro.
12.- Busca ayuda.
Todos estos consejos se basan en las prestaciones que acostumbran a tener todos los dispositivos móviles de fábrica. Sin embargo, existe una amplia variedad de accesorios que pueden mejorar tus vídeos en aquellos aspectos en los que tu móvil se queda corto. Desde trípodes para estabilizar la imagen a micrófonos inalámbricos, sin olvidar ópticas especiales como los angulares y los teleobjetivos.
El grano tiene que ver con la sensibilidad del sensor, no con el diafragma