El proceso se repite muchas veces. No por eso deja de tener interés. Un artista reinterpreta el mundo que le rodea y ofrece una visión acerca de él que, en ocasiones, aporta una nueva mirada. Señor Bermúdez es como tú o como yo. Ve películas, escucha discos y devora series. Pero como es diseñador y los diseñadores tienen el vicio de diseñar, a Bermúdez le ha dado por plasmar su impresión acerca de esas obras que consume en una serie de preciosos y limpios carteles.
Igor Arregi, que así se llama el Señor Bermúdez, tenía un sueño no hace mucho. Saboreaba el trabajo de Javier Aramburu mientras escuchaba sus discos favoritos, algunos de los cuales habían sido ilustrados por el artista donostiarra. Bermúdez, también donostiarra, decidió que «dibujar las portadas de mis bandas favoritas parecía una idea muy molona».
No quiso, claro, limitarse a eso. Así que ha decidido plasmar en un chispazo lo que le sugieren algunos de sus referentes de la cultura pop. Todo empezó cuando quiso regalar un cartel de La jungla de cristal. «Disfruté mucho del proceso y empecé a diseñar basándome en películas y series, algo que en un principio no me había planteado».
La lista se ha ampliado con sus propuestas acerca de Breaking Bad, The Wire, Homeland, El gran Lebowski, la imprescindible Atrapado en el tiempo o la mítica serie para insomnes -por la hora a la que la emitían en La 2- Doctor en Alaska.
«Hay otros que son más personales», explica. Diseños como ‘Follow Your Dreams’ o ‘Let Your Imagination Fly’ son su interpretación minimalista de cartel inspiracional. «Me hace muy feliz saber que son dos de los diseños con los que más se identifica la gente», asegura el donostiarra.
Todos sus diseños son dignos herederos del estilo que ha intentado marcar como su identidad. Imperan los colores sólidos, la limpieza de líneas y la reducción casi al mínimo de las ilustraciones. «La obra de Aramburu y Madoz tiene parte de culpa, una mezcla entre el trazo de sus ilustraciones y el lenguaje de sus fotografías. Me encanta cómo Magnami, Ryan Atkinson y Munn utilizan los colores», explica. «Imagino que todas las horas que dedicábamos Mónica Lavandera y yo a hablar de la armonía en su estudio caló hondo en mi subconsciente y se refleja en mi trabajo».
Allí, en el estudio de Mónica Lavandera, fue donde todo comenzó para Arregi. Señor Bermúdez estudió diseño gráfico y dio sus primeros pasos en el diseño de moda, junto a Lavandera, y en la fotografía en un periódico local. «Mientras trabajaba en mi primera colección, me fueron surgiendo algunos encargos para diseñar carteles para locales y DJ de mi ciudad. Me enganchó desde el principio y terminé centrándome en el diseño de carteles. Disfrutaba y era más honesto como diseñador gráfico que como diseñador de moda», confiesa. Eran tiempos en los que alternaba el diseño con otro tipo de trabajos que ayudaban a completar un salario digno, porque desde hace unos meses se dedica en exclusiva a alimentar al Señor Bermúdez.
Arregi cita a Chema Madoz como su principal referencia junto a Javier Aramburu. A partir de ahí, confiesa como sus influencias a Erik Johanson; a Emiliano Ponzi, Gianmarco Magnani, Magoz, Jason Munn, Mike Kus o Puño dentro del diseño y la ilustración o a Jesús Prudencio con su proyecto Cars & Films. Parecen muchos nombres pero, mientras siga sintetizando tantas fuentes en diseños con tan pocos elementos, todo irá bien. Seguro.