Las sombras de Grey y el porno para mujeres

15 de octubre de 2012
15 de octubre de 2012
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Lo reconozco, me lo he preguntado siempre: ¿A las mujeres no les va el porno? ¿O es algo que dicen porque les da cosa, no sé, vergüenza, porque está mal visto?. “A mí no me gusta el porno”, me dice una amiga, “es que no me pone”. Pues será eso. Digo yo. Vamos, que lo dice ella.

Pero he aquí que me encuentro algo, un éxito, un libro, mejor dicho, tres, una trilogía. La de las sombras de Grey, ya sabéis, los best sellers del año. Una moda, un suceso, un éxito sin precedentes. ¿Pero qué será? ¿Literatura erótica? ¿Porno para mamás, como dicen por ahí? ¿Un romance con escenas (explícitamente) calientes?

“Al principio, cuando empecé el primero, me pareció un poco fuerte”, me comenta otra amiga. “Pero a medida que avanza la historia lo he visto más romántico, él deja de necesitar ese tipo de sexo duro y las escenas son más románticas”. “En realidad es una especie de Pretty Woman, la chica humilde que enamora al millonario y lo redime”, dice otra. “Y por el camino se lo pasa de muerte en la cama. Vamos, ¿quién no lo firmaría?”.

La trilogía comienza cuando Ana, una muchacha joven, ingenua y todavía virgen, tiene que entrevistar al tal Grey, un multimillonario atractivo pero para nada inocente. Las chispas empiezan a saltar cuando él le propone sexo, puro y duro y sin romanticismos, llegando a presentarle un contrato de confidencialidad y obediencia que incluye la sumisión a todo lo que a él le apetezca.

La relación pasa a ser una deriva de erotismo desenfrenado, con todo tipo de perversiones, cercanas, en muchos casos, a eso que se llama ahora BDSM: Bondage (esclavitud), Disciplina, Sadismo y Masoquismo. Todo ello auspiciado por Grey, un tío brutalmente masculino y por Ana (en realidad, Anastasia), completamente entregada a sus encantos.

“Vuelve a azotarme. Gimo al propagarse la sensación. Inicia un patrón de golpes: izquierda, derecha y luego abajo. Los de abajo son los mejores. (…) Es una sensación erótica muy estimulante y, por alguna razón, porque soy yo la que ha impuesto las condiciones, no me preocupa el dolor. No es doloroso en sí… bueno, sí, pero no es insoportable. Resulta bastante manejable y sí, placentero… incluso. (…) Me azota un par de veces más, luego tira del pequeño cordel que sujeta las bolas y me las saca de un tirón. Casi alcanzo el clímax; la sensación que me produce no es de este mundo. (…) Me coge de las manos, me las sube por encima de la cabeza y se desliza sobre mí, dentro de mí, despacio, ocupando el lugar que han dejado vacía las bolas. Gimo con fuerza”.

El libro está salpicado de párrafos como el que habéis leído, entre los cuales se diluye una historia de inocencia perdida, de autodescubrimientos postadolescentes. “El protagonista nos tiene enamoradas a todas. Adoro al señor Grey”, me dice una interlocutora. “Necesita una relación muy fuerte de sexo, sin amor, y luego se da cuenta con ella cómo deja de necesitarlo… no sé, lo veo romántico”, me comenta otra. Aunque no a todas gusta: “No entiendo que se la tilde como la trilogía que revolucionó a las mujeres, mi fantasía no es tener a mi lado a un hombre posesivo y obsesivo”.

¿Historia de amor? ¿Porno acaramelado? ¿La atracción de lo prohibido? “Me han comentado que es muy porno y precisamente por eso me lo han recomendado. Mis amigas me conocen. Ya me leí uno parecido este año que se llama ‘La fiera indomable’ y va de una muchacha que se enamora de su profesor de lengua. Supongo que es ese toque ‘prohibido’ lo que me atrae”.

O sea, que a las mujeres sí que os gusta el porno… ¿no? ¿Preguntamos a unas cuantas chicas? “Yo consumo porno, más relatos y fotos que vídeo, pero no puedo negar que verlo, lo veo”. “Yo fotos y relatos no, alguna peli de vez en cuando”. “El porno explícito me aburre, todo se resume a felación, misionero, ella arriba o abajo, de lado y por detrás…”. Claro, ¿no es eso lo que, en fin, lo que mola? “A mí sólo me gusta el porno cuando hay al menos dos tías”. “Uy, no, si hay más de dos creo que prefiero dos tíos”. “Prefiero escenas de alto contenido erótico. ¿Has visto Melisa P.?”. Pues sí, sí que la he visto, y, la verdad, no me parece tan fuerte… “A mí hay una directora que me encanta. Se llama Erika Lust y hace cine pornográfico para mujeres, es decir, muestra sexo explícito pero con elegancia, mejor calidad de imagen, escenografía, fotografía, algo de argumento”. “Yo es que necesito que me estimulen. Igual es más estimulante leer, que te puedes imaginar lo que quieras”.

Vale, vale, que lo he entendido. Que, al final somos tod@s iguales: a cada uno nos gusta algo distinto.

P.D.: Muchas gracias a las que me habéis hablado 🙂

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