Sorolla, el cazador de tendencias obsesionado con la moda

De Sorolla siempre se dice que es el pintor de la luz. Pero sus cuadros muestran mucho más que el sol evocador del Mediterráneo. Sorolla es también un cronista de su época y un cazador de tendencias que mostró una gran fascinación por la moda. A la importancia de esta en su obra está dedicada la exposición Sorolla y la moda que se exhibirá en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid y el Museo Sorolla hasta el próximo 27 de mayo con el apoyo de Audi.

img_1594-copia-1

Sorolla y la moda

En 1906 Sorolla viaja a París, donde se celebra su primera exposición en Francia. La ciudad impresiona al artista por la elegancia de las mujeres parisinas. Gran observador de todo lo que le rodea, Sorolla estudia minuciosamente las últimas tendencias en el vestir de aquellas mujeres. La moda parisina le fascina, le cautiva. Sentado en algún café de París, esboza compulsivamente cada detalle de su indumentaria en la parte trasera de los menús. Su mirada es minuciosa, como demuestran las cartas que escribió a su mujer Clotilde García del Castillo detallándole la indumentaria de aquellas mujeres.

apuntes-sorolla-3
«Él viaja a París, Londres, Estados Unidos, a Barcelona, a Sevilla y en todos los lugares a los que viaja sabe captar lo que se lleva y lo que no se lleva», explica la conservadora del Museo Sorolla, coorganizador de la exposición. «Persigue en ocasiones a alguna mujer que ha visto por la calle bien vestida para preguntarle dónde se ha comprado la ropa y poder ir a comprar esos trajes y complementos para su mujer y sus hijas».

sorolla-en-su-estudio-franzen
Adiós al corsé

En París, Sorolla conoce de primera mano las últimas tendencias en la alta costura que luego le servirán de inspiración para realizar sus retratos. Pero es una creación del modisto Mariano Fortuny, el legendario vestido Delphos, el que más le cautiva. Con él se pierde la rigidez en la forma de vestir femenina y consigue dar a la mujer un aire elegante y sencillo que rompe totalmente con lo que había. «El vestido estaba diseñado para llevar sin ropa interior», añade Delgado.

[mosaic]img_1566-copiaimg_1548-copia[/mosaic]

También descubre el traje de calle, un traje de falda y chaqueta que se lleva con una blusa debajo y que supuso la liberación para la mujer de la Belle Epoque. La mujer busca su lugar en la sociedad y rompe con la imagen rígida y sometida de otras épocas. Es el fin del corsé y todo su simbolismo.

[columns]retrato-de-isabel-herraud-de-fernandez-corolla

Sorolla observa estos cambios en la moda y los acepta inmediatamente. Tanto es así que compra un Delphos durante una viaje a París y se lo regala a la menor de sus hijas, Elena, a quien retrata con él y una túnica dorada en 1909 siendo todavía casi una niña. Quedaba patente de esta manera el interés del artista y de su familia por la moda y un aspecto asociado a ella: la elegancia.

[/columns]

El veraneo elegante

 

Con el fin del siglo XIX y la llegada del XX, nuevos usos y costumbres se abrían paso en la sociedad. Una de ellas fue el veraneo y las recomendaciones médicas de tomar baños de sol y sal. Sorolla y su familia también asumieron aquellos nuevos usos y empezaron a pasar sus veranos en Zarauz y San Sebastián. De esos veraneos en el norte, son testimonio sus numerosos cuadros en los que retrata a su familia disfrutando del mar y de la playa, vestidas elegantemente con trajes blancos, refinados sombreros y complementos que embellecen sus figuras. El velo cobra un protagonismo especial en estos cuadros porque permite a Sorolla captar un instante concreto, como si de una fotografía se tratase, aportando movimiento a la escena.

[mosaic]img_1525-copiaimg_1516img_1688-copia[/mosaic]

La casa de Sorolla

 

img_1608

Nada representa mejor la personalidad de Sorolla que su casa. Un proyecto que el pintor realizó a medida para él y su familia. «Fue un empeño personal. Él intervino en todas las partes de la construcción de la casa y hay una parte pública que era su despacho, el comedor y su estudio, que se conserva exactamente igual que en vida de Sorolla», explica Lorena Delgado. En ella atesoró las cosas que le interesaban, como una gran colección de cerámica y cuadros, entre ellos un grabado de Velázquez, su pintor más admirado. «Era una casa muy moderna para su época. Revela su afán de coleccionista y su gusto por la modernidad. Hay dos lámparas de Tiffany que compró en Estados Unidos que demuestran su gusto por ir coleccionando y comprando las últimas tendencias durante sus viajes».

[mosaic]img_1691-copiaimg_1713img_1717[/mosaic]

[mosaic]img_1612-copiaimg_1705-copia[/mosaic]

Durante el mes de abril y mayo, Audi se adentra en el universo de Sorolla poniendo a su servicio el buque insignia de la marca para realizar los trayectos entre el Museo Thyssen y el Museo Sorolla. A bordo del nuevo Audi A8, podrán disfrutar de la tecnología más avanzada, el complemento idóneo para explorar al Sorolla más vanguardista.

4 Comments ¿Qué opinas?

  1. «El vestido estaba diseñado para llevar sin ropa interior»,
    …y cómo sujetaban la tena lady?

  2. Los cuadros de Clotilde y sus hijas en la playa de la Malvarrosa de Valencia son impresionantes parece que vallas a mojarte y jugar con la arena ,nadie como èl para pintar (el o la) El mejor

Comments are closed.

No te pierdas...